¿Cuándo entenderá que muchas veces no sabe lo que quiere cuando busca a Dios?
¿O que muchas veces no se da cuenta que no ve más allá de las apariencias?
La gente se ha ido detrás de Jesús buscando lo que tal vez no pudo encontrar en otros lugares y es el mismo Jesús que a través de sus gestos y de sus palabras nos conducirá, a largo del cap. 6 de san Juan, a comprender en verdad que significa "seguirlo" -optar por vivir de acuerdo a la fe- .
Comienza por encontrarse en primer lugar con lo que la gente necesita, con lo que busca, con lo que en apariencia desea: salud, descanso, aprender... saciar su hambre.
Como si fuesen primero necesarios los gestos que dan vida, que brindan confianza y seguridad, para que después el encuentro con él se transforme en una verdadera búsqueda de sentido.
"Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para darles de comer?. Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer..."
Y frente al desafío que les presenta a los discípulos, las respuestas de Felipe y de Andrés como las reacciones de la gente frente a las palabras de Jesús, pueden iluminar nuestras propias respuestas y también los obstáculos y resistencias al momento de ser invitados -dónde se juega la libertad- a caminar hacia lo que es más verdadero en nosotros como son la confianza, el perdón y el compartir.
Si algo tan simple como el conseguir el pan está sujeto a otra cosa como el tener dinero... entonces la vida de las personas está sujeta a las condiciones económicas que se tengan... y por ende el pan, como la vida, parece no estar al alcance de todos.
Dentro de esa estructura que esclaviza a las personas a la miseria o a la protección de lo que se tiene no es posible dar de comer... "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan", respondió Felipe.
Por otro lado Andrés ofrece todo lo que tenía un niño -como aquella viuda del templo- pero sigue sin poder ir más allá de las apariencias... se queda sin poder comprender que para dar vida basta la totalidad en los pequeños gestos.
Jesús toma lo que se le ofrece y lo eleva a Dios recordándonos que todo alimento... que todo en la vida es un regalo para todos.
Es como si nos liberará de esa actitud posesiva de querer tenerlo todo para sí para que los demás puedan tener también lo necesario.
Es como si nos liberará de tantas cosas de las que hemos hecho depender nuestra felicidad... nuestro deseo de vida... y nos invitará a descubrir que al COMPARTIR LA VIDA con todo lo que eso significa experimentaremos lo que en verdad significa "estar vivo".
Pero nosotros seguimos buscando a Jesús sin querer soltar lo cómodo y lo seguro que sin darnos cuenta nos atan y estrechan la vida.
Seguimos sin comprender que a Dios lo encontraremos en el camino de hacer que los demás se encuentren con lo más auténtico y verdadero que llevan dentro, porque eso libera a las personas y las pone de pie... pero nadie puede ayudar a los demás si antes no se ha encontrado con lo auténtico que lleva dentro...
Es como si nos liberará de esa actitud posesiva de querer tenerlo todo para sí para que los demás puedan tener también lo necesario.
Es como si nos liberará de tantas cosas de las que hemos hecho depender nuestra felicidad... nuestro deseo de vida... y nos invitará a descubrir que al COMPARTIR LA VIDA con todo lo que eso significa experimentaremos lo que en verdad significa "estar vivo".
Pero nosotros seguimos buscando a Jesús sin querer soltar lo cómodo y lo seguro que sin darnos cuenta nos atan y estrechan la vida.
Seguimos sin comprender que a Dios lo encontraremos en el camino de hacer que los demás se encuentren con lo más auténtico y verdadero que llevan dentro, porque eso libera a las personas y las pone de pie... pero nadie puede ayudar a los demás si antes no se ha encontrado con lo auténtico que lleva dentro...
A cuántas cosas, también a Dios, le seguimos pidiendo que estén a nuestro servicio.
Seguimos sin creerle a Dios que LO MEJOR PARA NOSOTROS es aprender a vivir desde lo más auténtico que llevamos dentro.
NAdie puede negar que nos gusta hacer cosas para los demás pero nos sigue dando miedo dejarnos llevar por el DON que nos habita.
Seguimos sin creerle a Dios que LO MEJOR PARA NOSOTROS es aprender a vivir desde lo más auténtico que llevamos dentro.
NAdie puede negar que nos gusta hacer cosas para los demás pero nos sigue dando miedo dejarnos llevar por el DON que nos habita.
Dios sólo quiere que seamos auténticos... pero nosotros muchas veces hemos reducido el seguimiento a Jesús a una cuestión solidaria.
No hemos dejado de calcular entonces.
El centro del corazón lo seguimos teniendo nosotros y no Jesús.
Por eso como aquella gente lo volvemos a querer hacer "REY" buscando refugio y protección tal vez frente a lo que sentimos como doloroso y decepcionante y no viendo en ellas oportunidades para aprender a ser más don.
Que sea "REY" entonces podemos permanecer en nuestras distracciones mientras él se hace cargo de lo que necesitamos -de nuestros pequeños hambres-.
Que sea "REY" y podremos conservar la imagen falsa de Dios que nos deja tranquilos con nuestra comodidad.
No hemos dejado de calcular entonces.
El centro del corazón lo seguimos teniendo nosotros y no Jesús.
Por eso como aquella gente lo volvemos a querer hacer "REY" buscando refugio y protección tal vez frente a lo que sentimos como doloroso y decepcionante y no viendo en ellas oportunidades para aprender a ser más don.
Que sea "REY" entonces podemos permanecer en nuestras distracciones mientras él se hace cargo de lo que necesitamos -de nuestros pequeños hambres-.
Que sea "REY" y podremos conservar la imagen falsa de Dios que nos deja tranquilos con nuestra comodidad.
Que sea "REY" para que nos calme de vez en cuando la culpa o los dolores que buscamos tapar mientras seguimos esclavos de tantas adicciones.
Como aquella gente que sigue a Jesús necesitamos encontrarnos con el pobre y limitado que está oculto en nosotros y dejarnos llevar desde las apariencias que nos engañan a lo que es más auténtico en nosotros... descubriendo esos deseos -esas búsquedas- que nos mantienen lejos de nuestra verdad más profunda.
Necesitamos sentarnos junto a aquella gente aceptando esa parte de nosotros mismos que nos negamos a ver, que nos negamos a reconocer para que en el encuentro con Jesús la unidad de nuestro corazón pueda restablecerse...
Como aquella gente que sigue a Jesús necesitamos encontrarnos con el pobre y limitado que está oculto en nosotros y dejarnos llevar desde las apariencias que nos engañan a lo que es más auténtico en nosotros... descubriendo esos deseos -esas búsquedas- que nos mantienen lejos de nuestra verdad más profunda.
Necesitamos sentarnos junto a aquella gente aceptando esa parte de nosotros mismos que nos negamos a ver, que nos negamos a reconocer para que en el encuentro con Jesús la unidad de nuestro corazón pueda restablecerse...
PORQUE DEL CORAZÓN UNIFICADO NACE LA VERDADERA FECUNDIDAD DE NUESTRA VIDA.
COMO AQUELLA GENTE,
HERIDOS, atormentados por muchas necesidades y divididos llegamos ante Jesús.
Aceptando que muchas veces por miedo nos defendemos o levantamos barreras; que para no sentir la angustia o la soledad nos llenamos de distracciones.
Aceptando tal vez que la comodidad -justificada por tantas renuncias que hemos tenido que hacer- nos mantiene esclavos y que la susceptibilidad se ha convertido en el pretexto para aislarnos o para no buscar con otros.
PERO, ¿QUÉ PASARÍA SI DEJÁRAMOS EN SUS MANOS TODO LO QUE LLEVAMOS?
Tal vez Jesús volvería a rezar su acción de gracias como lo hizo con aquellos "cinco panes y dos pescados", liberándolos de toda apropiación egoísta y de todo miedo a perder...
Y nuestra fragilidad y debilidad -lo que está y no lo que querríamos conseguir- sería como una semilla muy pequeña que crecería poco a poco y se transformaría en alimento para otros.
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