lunes, 6 de mayo de 2024

Y sabremos que el AMOR ES POSIBLE. 15, 9- 17

 

"Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes..."

¿Será posible, después de tantas historias que llevamos dentro, un amor gratuito y verdadero?
¿No existe acaso en todo encuentro -por más íntimo que sea- una cuota de desentendimiento y decepción?
¿No experimentamos un poquito de miedo cuando nos entregamos de alguna manera a los demás - o cuándo confiamos?

Todos hemos experimentado la necesidad de un "lugar en el mundo" dónde poder bajar la guardia, ser nosotros mismos y poder expresar sin miedos lo que llevamos dentro -las broncas, los odios, los celos, las envidias, los deseos, etc-, sintiéndonos seguros y sin presiones sabiendo que no seremos ni juzgados ni exigidos ni presionados a cambiar algo para sentirnos buenos.

Pero nuestro corazón tiene registros dónde hemos experimentado esa forma de relación dónde lo posesivo se hacía presente bajo las formas del chantaje y la manipulación, dónde la propia debilidad era usada para manejarnos según unos caprichos egoístas.

Cómo no andar protegidos en medio de estas experiencias, cómo no vigilarnos entre nosotros mirando qué movimientos hacemos, cómo no estar alertas para reaccionar ante cualquier agresión atacando el punto débil del otro... cómo no actuar nosotros también desde el poder y el miedo... y cómo no pensar que el amor entonces no es otra forma más de sometimiento...

"No hay amor más grande
que dar la vida por los amigos..."

También en nuestra experiencia humana hemos experimentado la aceptación en medio de un momento de enojo, el abrazo en medio de una profunda desesperación, la escucha atenta a nuestra envidia o a nuestros celos, dónde habiendo expresado nuestra división interna recibimos un "no tengas miedo, yo estoy".
Es de valientes abrirle el corazón a alguien mostrando la luz y también las sombras que lo habitan, porque este es justamente el camino que abre a un nuevo horizonte, a un nuevo estilo de vida; dónde el círculo cerrado del miedo y del poder se rompe.

El amor no se basa en la voluntad de escuchar, de comprender los problemas ajenos o de aguantar, sino que tiene como base el encuentro en la mutua debilidad.
El compartir la debilidad -lo que desgarra el corazón- hace brotar el amor y queda superado todo tipo de violencia.
Si le permitimos al trigo que crezca junto con la cizaña no le tendremos miedo a cada conflicto o discusión; porque es ahí donde el amor genera una sonrisa y donde el humor puede suavizar en vez de caer en la ironía o en el "ya lo sabía, nunca cambiarás".
Encontrarnos desde la debilidad nos hace descubrir que Amar es expresar Verdad, Ternura y un total Desarme de sí mismo.

El AMOR es ante todo VERAZ. 
Amor como aceptación de nuestra frágil condición humana, dónde ningún ser humano tiene poder sobre otro. 
El Amor es expresión entonces del encuentro en la verdad de cada uno creando así el espacio dónde poder ser en libertad. 
Y se convierte en guía de la fidelidad en los vínculos despojándonos de todo fingimiento, de todo cuánto no sea auténtico.

El AMOR es la TERNURA. En el amor las manos no agarran, sujetan o retienen sino que levantan, acarician, dan fuerza, incitan a crecer. En el amor la boca no muerde, devora o destruye sino que se convierte en palabra que sana, en beso que alienta a no tener miedo. En el amor los ojos no pretenden atrapar ni generar vergüenza sino que se convierten en mirada que recubre la vida y el cuerpo del otro en una profunda calidez humana.

El AMOR requiere un total DESARME. Un vínculo de "amor en la verdad" es un encuentro sin armas. 
Recuerdos, sospechas, dudas y comentarios guardados en nuestro interior pueden convertirse en armas que escondemos por cualquier cosa. 
Y aunque este desarme lleva tiempo, el don de esa mutua apertura y libertad es el PERDÓN. Y la vulnerabilidad compartida se transforma en el núcleo de fortaleza de todo vínculo y lo que parecía que producía vergüenza crea libertad, autonomía y mutua donación. 
El poder mata. La debilidad crea.
El amor se expresa aquí como un acto de perdón en el que toda situación -por más terrible que sea- no es irreversible; y en dónde toda persona -por más herida que esté- es transformada... se vuelve creadora.

"Amémonos unos a otros, 
ya que el amor es de Dios, 
y todo el que ama ha nacido de Dios 
y conoce a Dios." 1Jn 4, 7-9

Entonces, ¿es posible amar?
Tal vez lo primero es aceptar la ambigüedad del corazón que va del deseo de posesión al deseo de perdón. Nos sale ser ambiciosos y competitivos y al mismo tiempo queremos perdonar. Nos sentimos seguros y fuertes pero a veces queremos expresar que no podemos o que necesitamos de los demás. Queremos herir y a veces curar. 
Y tenemos razones para sentir miedo.
El amor significa apertura, vulnerabilidad, disponibilidad y desarme.
Esto es algo muy arriesgado porque puede haber quien no responda con amor sino que nos tome por nuestra parte frágil y la utilice... y nos rechace con un gesto de desprecio. Y esto no es sólo una posibilidad sino que es una cruda realidad de muchos.

Aun así es posible trascender - ir más allá- de esas estructuras y abrir nuestro caparazón aunque sea un poco, en algún lugar, de algún modo, alguna vez.

Porque en Jesús se nos ha revelado que el AMOR ES UNA POSIBILIDAD.
Tal vez está sea la mejor definición de la buena noticia de Jesús - de lo que nos vino a revelar: ES POSIBLE AMAR.
Amándonos nos hace pisar terreno firme para que la disponibilidad no nos genere ansiedad... y la entrega sea un hogar dónde sentirnos bienvenidos... y la debilidad no sea amenaza sino sea una riqueza y un don porque estamos rodeados por una fuerza creadora.

El Amor es una posibilidad que nace en medio de las personas cuando son capaces de encontrarse en la debilidad.
Y aquí el amor ya no es en la búsqueda de aferrarse al otro por miedo a lo que pueda suceder o para sentirse de alguna manera, sino que es encuentro en la libertad que es capacidad de crear algo nuevo.
Y este amor no tiene necesidad de demostraciones de ningún tipo.

En la medida en que experimentamos la vida de seguimiento a Jesús como una vida que impone restricciones a nuestra libertad de expresión, hemos confundido su esencia.
Lo esencial de la buena noticia de Jesús es justamente sobre la posibilidad que tenemos, de trascender la forma posesiva de nuestra existencia humana.

JESÚS mostrando totalmente su vulnerabilidad rompió con todas las cadenas del egoísmo posesivo que lleva a la muerte y encontró VIDA permaneciendo en el amor en medio de la absoluta entrega.
Y de esa forma nos desafía a romper el círculo que nos aprisiona.

Jesús nos desafía a mirar a los demás sin miedo y a entrar con Él en la mesa de los vínculos donde se comparte la debilidad, sabiendo que eso no supondrá nuestra destrucción sino una nueva creación, nueva energía, nueva vida... 
y sabremos que el AMOR ES POSIBLE.

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