viernes, 17 de abril de 2020

En tus llagas, las nuestras reciben ESPERANZA. Jn 20,19-31

"Había comenzado algo nuevo".
La Pascua les había abierto los ojos - Dios era cercanía -"Abba" que amaba - los otros tan humanos - hermanos.

"A ese hombre que había sido entregado... ustedes lo hicieron morir; clavándolo en la cruz por medio de los infieles... Pero Dios lo resucitó... 

Y TODOS NOSOTROS SOMOS TESTIGOS..." (cfr. Hech 2, 1-47)

A partir de la pascua de Jesús los discípulos experimentaron que la vida tenía otro sentido... lo percibían en la libertad con la que iban viviendo... en el sentido nuevo que le daban a las cosas... en la manera nueva que tenían de relacionarse entre ellos.

¿Cómo callar esta experiencia?
Pero también, ¿Cómo transmitirla?... de allí los relatos y las palabras con las que hoy nos encontramos que no buscan otra cosa que acercarnos a esa misma experiencia.


"Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos..."

"Encerrados" y "con miedo"... así los había dejado aquel viernes santo; que ni el anuncio de la Magdalena había logrado hacer algo.

"Encerrados" y "con miedo"  que lleva siempre a dividir "los de adentro" y "los de afuera"... que lleva "a cerrar puertas"... levantar muros... volver absolutas normas insignificantes... todo para defenderse de aquellos a los cuales son enviados.

Pero seguir al Resucitado es seguir al "hijo del carpintero" que hace puertas y ventanas y no al "hijo del piedrero" que hace muros y paredes; por eso habrá que dejar que los miedos se aflojen... se abran las puertas y con libertad y sin condiciones se acoja a los demás.

"Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a ustedes.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado..."

En medio de aquellas relaciones que iban dejando espacio a un modo de amar que no calcula y no pone condiciones... perciben que Jesús está porque "en esto reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros..." (cfr Jn 13, 35).

Y pueden dejar que las propias llagas queden expuestas porque TOCAR LAS LLAGAS DE LOS OTROS ES TOCAR LAS LLAGAS DE JESÚS... "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo..." (cfr Mt 25, 40)


Las llagas abiertas y presentes en Jesús son el más contundente testimonio de que de nuestras propias llagas brotará también vida.
Sus "heridas abiertas" no acusan... traen PAZ... abren el horizonte... quita los miedos... libera de las miradas cerradas y estrechas donde las propias llagas encierran.
Y anuncian que toda lágrima... toda pena y angustia... todo dolor y muerte... toda entrega y abandono... han entrado para siempre en el camino de transformación iniciado por Él en la pascua.


Sus llagas -sus heridas- sus marcas son las nuestras...  tocar entonces nuestras llagas es entrar en contacto con lo más sagrado de nuestras vidas -con aquello que guarda como un "tesoro escondido"- con el "... AMOR derramado en nosotros por el Espíritu que se nos ha dado." (cfr Rm 5,5) 

"Soplo sobre ellos y añadió:
Reciban el Espíritu Santo..."

Pero Tomás "no estaba con ellos cuando llegó Jesús..." y su miedo a ser descubierto en sus dudas y en sus heridas más profundas lo llevan a descreer del testimonio de la comunidad... de alguna manera él necesita tener experiencia...

SÓLO EN COMUNIDAD PODEMOS PONERNOS EN CONTACTO CON EL VIVIENTE... porque si no corremos el riesgo de que nuestra fe se vacíe de sentido...


Y allí está Tomás... y Jesús se hace presente -"porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre yo estoy presente en medio de ellos..." (cfr. Mt 18,20) e invita a dejar los miedos regalando paz aún en medio de las dudas...
Invita a Tomás a dejarse mirar y amar... a percibir que sus mayores heridas son comprendidas y amadas.

"Trae aquí tu dedo, aquí están mis manos...
Acerca tu mano, métela en mi costado..."

Jesús lo invita a entrar en su modo de estar y acercarse a través de sus manos atravesadas... en su manera de amar a través de su costado abierto.

Y a experimentar que así como HAN PERMANECIDO SUS LLAGAS y están ahora llenas de vida y misericordia... así también SU AMOR HA PERMANECIDO...PORQUE DIOS ES INMUTABLE EN LA FIDELIDAD DE SU AMOR.

Tomás puede animarse a tocar sus propias llagas porque ahora son de Jesús...
La COMUNIDAD se ha transformado en lugar  y expresión del DIOS que ama desde siempre y para siempre... y también hoy.

Y las llagas de Tomás -que ejercían poder y exclusión para él y para los demás- quedaban vencidas por esa Incondicionalidad...


"Tomás respondió: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO" 

Y podían permanecer ahora abiertas... y dejar que de ellas brote compasión y ternura para los demás.








domingo, 12 de abril de 2020

"A OSCURAS... eN la viDa... haCienDo ReInO..." Jn 20,1-9

¿Qué significa que Jesús Resucitó?
¿Qué significa que nuestra vida no termina con la muerte?
¿De qué vida estamos hablando? ¿de esta sujeta al tiempo y a las necesidades cotidianas?
¿O de esa vida que se va haciendo carne en nosotros cada vez que amamos como Dios ama?


Miremos hoy a aquellas mujeres... miremos a través de sus gestos... y dejemos que ellos nos hablen de dónde y cómo encontraron al Resucitado... de dónde y cómo nuestra vida renace y se hace nueva.

"...de madrugada, cuando todavía estaba oscuro,
María Magdalena fue al sepulcro."

Como aquellos primeros hombres y mujeres nosotros también frente a la pérdida y a la ausencia (frente a las situaciones de la vida que no responden como nosotros quisiéramos), reaccionamos de muchas maneras... y es entonces cuando se pone en riesgo nuestra fidelidad y permanencia (que no es otra cosa que permanecer en los modos de amar de Jesús)... corre riesgo nuestra búsqueda.

Pero el corazón lo expresa... los ojos lo dicen... cuando se ha tenido experiencia de encuentro... el corazón te traiciona y vuelve allí... algo falta... recuerda... hace memoria... es como si estuvieses buscando... sin saber que... todo ha quedado polarizado en Alguien.


Y sólo la búsqueda quita lo que impide ver... sólo poniéndose de camino se clarifica la vida.
JESÚS ABRIÓ LA VIDA.
Viviendo a pleno su propia humanidad le dio a la nuestra "un sentido nuevo"... un "para qué ETERNO".
Y Dios le fue Incondicional... aún en medio del rechazo y la muerte.
VIVIR ASÍ VALE LA PENA... dijo DIOS.

Jesús a fuerza de Amar venció la muerte... le quito aquello que tiene de final y de olvido... y la transformó en "espacio de ofrenda"... en "expresión de amor".


EL AMOR ES MÁS FUERTE QUE LA MUERTE.

AMAR ASÍ VALE MÁS QUE LA VIDA.

De esa manera TODO PEQUEÑO GESTO DE AMOR SE TRANSFORMO EN GESTO DE REINO - EN CONSTRUCTOR DE VIDA VERDADERA... de vida que no se termina con la muerte.

Pero tal vez seguimos detenidos... miremos: los pies de aquellas mujeres no quedaron atados a la muerte... al fracaso o la decepción de lo vivido... no se quedaron inmóviles frente a la impotencia pensando en la piedra de la tumba que superaban sus fuerzas... esto no las detuvo...
Quién o qué las movilizo? tal vez recuerdos... tal vez el simple hecho de cumplir con un rito de compasión... tal vez volver a comprobar que no habían soñado.

Nosotros podemos ser capaces de prolongar el sábado... corremos el riesgo -frente al fracaso y la decepción- de refugiarnos en lo cómodo...en lo fácil... corremos el riesgo -frente al esfuerzo que sentimos que nos demandan - decir -interiormente- hasta acá llegue... corremos el riesgo de negar lo que nos pasa... corremos el riesgo de olvidar y de no hacer memoria.

Pero, cómo a aquellas mujeres se nos presenta un camino alternativo: "ECHAR A ANDAR A OSCURAS".
Ellas no esperaron la claridad del día para ponerse en camino; ni la propia fragilidad o angustia las detuvo; las lágrimas las pusieron en camino hacia un lugar dónde no esperaban encontrar otra cosa que un sepulcro.

Hay muchas situaciones a nuestro alrededor donde la vida parece vencida... hay muchos agotamientos y desesperanzas que reclaman presencia... hacía allí nos empujan los pies de las mujeres.

No podemos esperar "sentirnos bien" para echar a andar... para amar más... para servir más... para perdonar más... para buscar.

Caminar hacia los lugares donde parece que la vida peligra nos da vida verdadera. 
NOS ABRE LOS OJOS.
NOS CONECTA CON ESE DEPÓSITO DE VIDA QUE YACE DENTRO, EN LO PROFUNDO. 
Y QUE TAL VEZ UNA PESADA PIEDRA LA ESTÁ TAPANDO.

ES EN MEDIO DE LA VIDA DONDE SOMOS ANUNCIADOS...


Creer entonces en la Resurrección es creer que la propuesta de Jesús es válida - que su modo de AMAR engendra VIDA VERDADERA - VIDA ETERNA - que no acaba con la muerte -.

Creer en la Resurrección es creer que "amar como ama Dios" nos da VIDA... aunque estemos viviendo situaciones de conflicto, de dolor y de muerte...
VALE LA PENA OPTAR POR ESTA FORMA DE AMAR.
AUNQUE NOS CUESTE LA VIDA.

Creer en la Resurrección es creer en el propio barro que es capaz de ser animado por el Espíritu -Dios no necesita de héroes-
Creer en la Resurrección es creer en la fuerza que tienen los gestos pequeños... como la levadura... que se hace una con la maza... y aguarda y espera... no sabe de tiempos... eso lo sabe el que amasa...pero no deja de cumplir su misión.


Felices Pascuas de Resurrección para cada uno de ustedes... un abrazo grande.
Y que podamos dejarnos llevar por la Vida de Dios en nosotros... Vida Nueva... Vida de Jesús que Ama y Vive con pasión... y esto aunque no estemos bien o nos cueste la vida...

lunes, 6 de abril de 2020

Lo que salva es el Amor - Mt 21, 1-11

Jesús toma la decisión de subir a Jerusalén; decide ir por el camino de darlo todo y de no reservarse nada para sí aun en medio de la aceptación o del rechazo... como si este fuese el último recurso para que pudiesen comprender la novedad del Reino.

Y entra a la ciudad no como un príncipe guerrero dispuesto a conquistar con la fuerza sino como un rey pacifico... pobre y expuesto a todo comentario y rechazo.
ES UN GESTO PROFÉTICO.

¿Quiénes entendieron el signo?
Escuchando a la gente que lo recibe aclamándole como "Rey y Mesías" da la sensación que le gritan a otro tipo de Mesías.
Qué lejano podemos poner a Dios cuando queremos seguir alimentando nuestras expectativas o nuestros modos de entenderlo... cuando la verdad parece no entusiasmarnos demasiado.

Ante las falsas expectativas de algunos que solo le entusiasman las conquistas... ante el rechazo o la indiferencia de otros... ante la incomprensión de los propios discípulos... Jesús permanece en la decisión de ir hasta el final en su decisión de "Amar como Dios ama"...
SÓLO SERÁ AUTÉNTICO SI NO SE CORRE.

Y a los cantos de adhesión le seguirán los gritos de "crucifícalo"... las palmas y mantas se cambiaran por una cruz y unos clavos... a las expectativas frustradas le seguirá la crueldad de la cruz.


¿Cómo interpretamos semejante desenlace?
Atendamos a esto... porque la interpretación que hagamos de la pasión de Jesús determinará nuestro modo de ser cristianos... más aún... nuestro modo de alcanzar mayor humanidad.

Comencemos por darnos cuenta de que tal vez hemos reducido la pasión de Jesús a un simple recuerdo de algo que por momentos nos hace sentir culpables... o nos emociona... centrando nuestra atención en el dolor o en el sufrimiento o en el pecado.

O tal vez seguimos pensando que la pasión de Jesús es iniciativa de un Dios que quiere el sufrimiento de su Hijo para salvarnos... o como pago de nuestros pecados... como si Dios necesitara de sangre para perdonarnos... como si nuestros pecados tuviesen algún poder sobre Dios.

Para acercarnos a una lectura de la muerte de Jesús que no cierra todo al sufrimiento, es necesario dejarse iluminar por sus palabras... por sus gestos... es necesario mirar como él vivió: dando vida... poniéndose al servicio... no condenando a nadie... rescatando dignidad... poniéndose siempre de parte del más débil - del más pobre - del que no cuenta. Y esto lo hizo no de cualquier manera sino dándose... haciéndose DON PARA LOS DEMÁS.

Jesús muere entregado como vivió entregado. 
LO IMPORTANTE ES LA ACTITUD VITAL CON LA QUE VIVIÓ 
CADA MOMENTO DE LA VIDA... Y DE LA PASIÓN.

Muere como consecuencia de su opción de vida... de su humanidad atravesada por un "Amor que vale más que la propia vida"...

Muere por permanecer en una Verdad que desafío un sistema de creencias que anulaba y excluía personas...

Muere porque molestaba su forma de entender a Dios... "un Dios al servicio de la vida del hombre" liberaba personas de cualquier búsqueda de poder.

Muere para decirnos que el Amor de Dios no se aleja jamás de nuestras vidas... que Dios es Fiel aun en medio de nuestro rechazo.

Amar así crea un modo nuevo de vivir donde no hay lugar para dominar ni oprimir ni controlar a nadie... ni aun teniendo buena los razones para hacerlo.
Amar así crea un modo de vivir donde el darse a los demás, aun en medio de la debilidad y dolor, nos conecta con lo más verdadero de nuestra humanidad... nos hace plenos.

"...y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: 
la vida que sigo viviendo en la carne, 
la vivo en la fe en el Hijo de Dios, 
QUE ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ." Gal 2, 20

El camino de Jesús que termina en "más vida" - en "más entrega" - es un camino que no pasa por asegurar la propia vida... sino en hacer de la propia vida un DON para los demás.

"...y hagan del amor la norma de sus vidas,
a ejemplo de Cristo que nos amó y se entregó
así mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio..." Ef 5,2


Por eso COMPARTIR LA PASIÓN DE JESÚS no es subir a la cruz con Jesús sino en vivir pendiente de aquellos que todavía permanecen en la cruz y ayudarlos a bajar de allí.

"¿Se olvida una madre de su criatura...
¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!
Yo te llevo tatuado en las palmas de mis manos..." Is 49,15-16

"TATUADOS EN SUS MANOS"
Cuando le abrieron las manos en la Cruz... Jesús lo vio... 
y no quiso hacer otra cosa que Amarnos porque era un hombre de palabra.

Lo que nos salva no es la cruz sino el Amor.
La cruz aporta una sola cosa:
AMAR ES POSIBLE EN TODA CIRCUNSTANCIA.
NO hay excusas.