sábado, 25 de enero de 2020

Un tiEmpO nuEvo ha cOmenZado. Mt 4, 12-23

El evangelio nos ubica ante la actitud de Jesús frente a la noticia del arresto del Bautista... en vez de dejarse llevar tal vez por el miedo y la precaución, sale por los caminos a encontrarse con la gente... expresando cercanía y misericordia... haciendo presente el Reino.

Es como si fuese más urgente salir al encuentro... para que el "Reino de Dios" llegue.


Y la predicación de Jesús junto con su modo de vivir es percibida por aquella comunidad de Mateo como el comienzo de algo nuevo... de un tiempo nuevo.

"El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte se levantó una luz..."

Las palabras del profeta se cumplen... la "Buena Noticia" - el Evangelio de Jesús- es luz que descubre... que visibiliza personas y situaciones... que rompe con condenas y exclusiones.
LA PRESENCIA DE JESÚS ES LUZ QUE LIBERA.

"A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca."
Porque el Reino de Dios re-sitúa todas las demás cosas de la vida Jesús invita a la conversión.
"Conviértanse..." que no es otra cosa que reorientar el corazón -dividido y disperso- hacía aquello que es más esencial en nosotros... hacía aquello que nos hace más humanos... y que se expresa en todo cuanto hacemos y decimos.

No se trata de una cuestión moral... es una disposición a tratar bien a todos... a "enmendarse" de las conductas injustas para que el Reino se haga presente...
"...porque el REINO DE DIOS está cerca."
He aquí nuestra misión... hacer presente lo que Jesús hizo presente.

El REINO -aunque fue el núcleo de su predicación- no viene explicado explicita-mente por Jesús en el evangelio sino que lo da entender con parábolas... con su vida... con sus modos de relacionarse con los demás...
Donde aparece de alguna manera LO QUE DIOS DESEA PARA NUESTRAS VIDAS.

"El Reino de Dios está cerca" cuando nos dejamos llevar por la presencia de DIos que nos habita haciendo de nuestros gestos y palabras... sus gestos y sus palabras... optando aún en medio de los sentimientos que podemos percibir en nosotros.


El Reino de Dios es un modo de relación con el mundo... con lo que nos pasa... con los otros... DONDE LA COMPASIÓN ES LA NORMA y el samaritano de la parábola es el modelo.

El Reino de Dios es apertura... ES SALIDA A LOS DEMÁS... sobre todo a los que sufren... y a los que se sienten marginados.
Como Jesús que andaba por los caminos predicando y sanando...

Cuántas vidas experimentarían sanación - aceptación - valoración de sí - si se encontrasen con hombres y mujeres abiertos... sinceros... más cercanos... compasivos.

EL REINO ES UN MODO DE ENTENDER LA VIDA.
ES LA VIDA COMO DIOS LA PIENSA.
Una vida más digna... más justa.
Una vida más solidaria... más dichosa para todos.


EL REINO ES JESÚS...
Por eso el Reino se transforma en llamada... y en seguimiento.

"Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos... y les dijo: Síganme... Inmediatamente ellos dejaron las redes y lo siguieron..."

Seguirlo simplifica la vida y brinda libertad para estar totalmente disponibles.
Por eso no irá de la mano de la posesión porque esta será contraria a la esperanza.

¿No será que nosotros seguimos reduciendo la fe -y por ende el seguimiento- a  una simple aceptación de normas y doctrinas que muchas veces no entendemos - y sin que esto transforme la vida?
¿No será que nosotros nos contentamos con cumplir ciertos ritos buscando la seguridad de estar bien con Dios?
¿No será que necesitamos volver a creer...?
¿No será que necesitamos encontrarnos verdaderamente con Dios y entusiasmarnos  de nuevo por la propuesta de Jesús?
Un tiempo nuevo comenzó con Jesús... es posible responder de otra manera a la lucha cotidiana y al conflicto en la vida... hay alternativas...
Solo seremos auténticos si nos dejamos llevar por el Don que es Dios en nosotros. Y solo seremos comunidades auténtica-mente cristianas si a ese Don lo expresamos en nuestra vida... buscando que todos tengan una vida más digna... más justa... más dichosa.

"Que venga tu Reino" comenzando por ser más compasivos con quienes vivimos...
Liberándonos un poco de la comodidad que nos encierra para mirar un poco más a quienes más sufren...
"Que venga tu Reino" tratando mejor a las personas con quienes nos encontramos... saludando con amabilidad a las personas que se cruzan en nuestro camino...
Animándonos a romper con los grupos cerrados y exclusivos...


Que aquella oración que de niños aprendimos sea para nosotros camino...vida.



sábado, 18 de enero de 2020

"He aHí Quién noS liBerA. Jn 1, 29-34

"Hay ciertas convicciones que permanecen aunque pase el tiempo... porque nacieron en el desierto".

Tal vez estas serían las palabras del Bautista después de dejar el desierto siendo "una voz" a convertirse ahora en dedo que señala: "He ahí el cordero de Dios..."
Sin importarle que la gente deje de seguirlo y haciendo que sus propios discípulos sigan a Jesús... Juan se alegrará... se gozará de que su tiempo y misión vayan disminuyendo.

"Por eso mi gozo es ahora perfecto. 
Es necesario que él crezca y que yo disminuya."  Jn 3, 30

Con el Bautista aquella comunidad de cristianos vuelve la mirada a la experiencia de liberación del primer Israel pero al mismo tiempo señala la novedad.
Viene como "cordero"...  y no por su aspecto sacrificial que tanto nos gusta resaltar para de alguna manera obligarnos al cambio...  o hacernos sentir culpables...  sino que viene a nosotros de manera mansa... humilde... expuesto al rechazo... entregado.
Y allí es liberado el pecado del mundo.

Cuánto hemos reducido esta expresión "que quita el pecado del mundo" a la liberación de nuestro pecado personal porque este nos lleva al reconocimiento de la fragilidad que no se despega de nosotros...
En el evangelio "el pecado del mundo" está identificado con todo aquello que daña a los demás...  con todo aquello que impide crecer... que oprime la vida de las personas convirtiéndola en simple mercancía... por eso encontraremos denuncias contra aquellos que ponen trabas a la vida de las personas...


"El Cordero de DIos que quita el pecado del mundo..."
Que libera de todo cuanto oprime.

Y no de manera poderosa sino rompiendo en él con todas aquellas formas de relación que dañan... que someten... que esclavizan a los demás.
Convirtiendo su tiempo en espacio de encuentro - rompiendo con los miedos y el aislamiento.
Haciendo de su casa y de su propia mesa un lugar de hermanos -rompiendo con toda desigualdad y no utilizando a nadie para sobresalir.
Transformando el camino de la vida -y todo cuanto allí se encuentra- en expresión de seguimiento.
NO DANDO A NADIE POR PERDIDO.

Y esto lo hizo no por el camino de la imposición sino por el camino del servicio y de la sencilla cercanía a todos... permaneciendo en la decisión de amar siempre.
JESÚS quitó de su propia vida todo cuanto podía apartarlo de su propia verdad...
Haciendo esto en su vida... se liberó de cuanto podía dañar a los demás...
PORQUE NADIE PUEDE LIBERAR A OTROS SI ANTES NO ES LIBRE... al menos de algo.

Muchas de las opresiones a las que sometemos a los demás no son más que opresiones que sentimos nosotros... Y otras tantas que nos permitimos soportar no son más que faltas de verdadero amor a nosotros mismos.


A ejemplo del Bautista señalemos con nuestra vida al "Cordero de Dios" que nos ha liberado...esto es:
Creer que vale más el perdón que los deseos de venganza...
Creer que la vida no se nos juega en tener siempre la razón...
Creer que la violencia no resuelve nada...
Creer -contra toda evidencia- que en toda persona hay bondad.

Señalar con nuestra vida a quién nos ha liberado es APORTAR LIBERTAD.
Siendo menos pre-juiciosos y más tolerantes.
Aportar LIBERTAD.
Siendo menos cómodos y más serviciales.
Aportar LIBERTAD.
Siendo menos ambiciosos y más solidarios, si no es con el tiempo... al menos en lo económico.
Aportar LIBERTAD
Siendo desprendidos de aquellas situaciones donde lo material es lo que vale... siendo menos individualistas y egoístas.

Y no temamos que nuestra vida vaya disminuyendo
mientras sea Jesús quién crezca en nosotros...  

Volemos bajo...






domingo, 12 de enero de 2020

DejaRnoS bauTizaR por el Espíritu de JesÚs. Mt 3, 13-17

"Conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea: Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal; porque Dios estaba con él."    
cfr. Hech. 10, 34-38

"AUNQUE EMPEZÓ EN GALILEA...", aquella primera comunidad cristiana mantiene en su memoria que en torno a la predicación y al bautismo de Juan comenzó la vida pública de Jesús.

Jesús -dice el evangelio- acude a Juan como uno de tantos... y desciende al Jordán... a esas aguas que tantos recuerdos guarda de su pueblo.
Al descender Jesús no teme ser identificado con la misma necesidad de los otros... más aún baja a las aguas HACIÉNDOSE SOLIDARIO con esos tantos otros que se experimentaban abatidos y esclavos de tantas fuerzas que no dominaban...

"A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro,  a fin de que nosotros seamos justificados por él..."  2 Cor 5,21

Y justamente allí... en medio de las aguas que evocaban la esclavitud y la liberación... habiendo descendido...  dejándose bautizar... se abren los cielos que habían estado largo tiempo cerrados y se escucha una Voz:
"Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección."

"CON LOS CIELOS ABIERTOS" no habrá nada que pueda ser obstáculo que evite el encuentro y el diálogo con Dios.

Y en otro sentido el relato de alguna manera nos describe -en un momento concreto- aquello que tal vez fue un camino en la consciencia y en el corazón de Jesús...
Camino que en el encuentro con Juan tuvo tal vez un momento decisivo...
Momento donde Jesús experimenta la certeza de que el Reino se hará presente en su propio destino personal...
Allí Jesús se experimenta HIJO... se sabe AMADO...
se experimenta ENCONTRADO.

El Espíritu que había estado allí en el comienzo de su vida como hombre... esta ahora señalando "Quién es Él"...
JESÚS HACE EXPERIENCIA DE SU IDENTIDAD...
Y dicha experiencia lo ubicará en su MISIÓN: EN ÉL NOS ENCONTRAREMOS SIENDO HIJOS... SIENDO AMADOS... SIENDO ENCONTRADOS... POR DIOS.
De allí aquel pedido a Juan: "...ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo..." que no es otra cosa que hacer coincidir los propios modos de mirar y de actuar a los de Dios.

En Jesús nosotros también hemos bajado al Jordán... Por eso DEJEMOS-NOS BAUTIZAR POR EL ESPÍRITU DE JESÚS.
Dejarse bautizar es aceptar que Dios nos diga quienes somos... y nos ponga en camino hacia los demás...
Dejarse bautizar es descender a las propias aguas donde experimentamos el tironeo y la culpa...
Dejarse bautizar es sentirse a salvo de los propios juicios porque hemos sido recibidos y amados en Jesús...
Dejarse bautizar por el Espíritu de Jesús es hacerse solidario con tantos otros que viven sumergidos en lo que daña la vida...
Dejarse bautizar es romper con las normas que nos hacen jueces...
Dejarse bautizar es dejarse llevar por el deseo de dar vida... de posibilitar que el otro viva...
Dejarse bautizar por el Espíritu de Jesús es romper con los "siempre se hizo así"...
Dejarse bautizar es soltar la falsa seguridad que da el encierro...
Dejarse bautizar es facilitar el encuentro...
Dejarse bautizar por el Espíritu de Jesús es inspirar Vida en medio de los demás...
ES PASAR POR LA VIDA HACIENDO EL BIEN... PORQUE DIOS ESTA CON NOSOTROS.  

Pero tal vez nos sigue escandalizando ser parte de la historia de un Dios que se hizo "uno de tantos" identificándose con aquellos que nadie querría ser identificado.

sábado, 4 de enero de 2020

Un DON al comienZo de la VIDA. Jn 1, 1-18

Al comenzar un nuevo año y creo que más allá de los descansos "merecidos" esta bueno que en algún momento nos podamos preguntar una vez más:
¿Porque vivimos?
¿Porque elegimos vivir?

¿Qué quisiéramos que siga moviendo nuestra vida?
¿Qué sentido quisiéramos seguir dándole?
¿Percibimos que caminamos?

¿Percibimos que dentro llevamos un deseo de más? o por el contrario, como ciertas voces gritan más fuertes (rutina... dolores... conflictos familiares... etc.) y las molestias cotidianas son tantas que nos hemos dejado atrapar por esos deseos parásitos que prometen falsas satisfacciones... creando cierto desgano y pesimismo para aquellas cosas que hasta ayer nos entusiasmaban porque nos expresaban...
¿Percibimos que dentro llevamos una inquietud que nos hace estar siempre en búsqueda? o por el contrario estamos con la puerta cerrada y hemos colgado un cartel de "NO INNOVAR"...


"No, permanecer y transcurrir no es perdurar,
no es existir, ni honrar la vida.
Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia, sin saber, adormecida...
Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir honrar la vida...
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad la bienvenida..."
Dice la canción "Honrar la vida"


Y de VERDAD y de LIBERTAD el himno de san Juan nos puede acercar algunas pistas para aquellos que hemos decidido que la Verdad y la Libertad nos sean mostradas por el "Verbo que se hizo carne"... por el Dios que se hizo Tiempo y tiene Rostro y se llama Jesús.

"Por medio de la Palabra se hizo todo... en la Palabra estaba la Vida...
el mundo se hizo por medio de ella... Vino a su casa..."
Todo un recorrido para volver a decirnos que nuestra vida está unida a Dios y esto no se sostiene con nuestra voluntad ni se gana con nuestros logros.
"Éstos no han nacido de sangre, no de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios..."
Su Vida circula en nosotros como "aire nuevo"... cómo "nos amó primero" así también "se hizo uno con nosotros primero".


Somos esa casa a la cual ha venido a habitar... y esta verdad está al comienzo del camino de nuestra vida.
Verdad que nos libera de la duda de si seremos amados o no... aceptados o no... al percibir en nosotros el error y la debilidad.

Descubramos una y otra vez que el miedo a perder engendra la codicia... el maltrato... la culpa... engendra violencia hacía nosotros y hacía los demás.
DIOS ES UNIDAD.

Entonces.
No hay necesidad de seguir castigándose.
No nos dejan de amar por el error cometido.



"Y la Palabra se hizo carne..."
El alejamiento del Verbo al hacerse carne no rompió esa Unidad con Dios... bajo llevando en sí mismo aquella relación.
Y bajo hasta más allá de la muerte... es decir... hasta la más lejana separación. Abrazando toda distancia - todo alejamiento.
Nada quedaría afuera... y ninguna oscuridad se vería impedida de luz.
Nuestras oscuridades... nuestros propios distanciamientos se han transformados en posibilidades de encuentro.
Podemos percibir "el estar tocando fondo" con alguna situación humana pero aún ese fondo está sostenido... esta habitado... tengo la posibilidad de gritarle a Alguien.
DIOS ES SEPARACIÓN.


"se hizo carne..."
Dios se hizo humanidad... entonces mi humanidad es lugar de encuentro.
TODA HUMANIDAD ES LUGAR DE ENCUENTRO.

Y entonces nuestros gestos y palabras hacía los demás pueden expresar la ACEPTACIÓN recibida gratuitamente.
Podemos dejar de castigar a los demás por su error o debilidad.
DIOS ES ENCUENTRO.


"Vino a su casa,

y los suyos no la recibieron..."
Aún a sus discípulos les fue difícil descubrir a Dios en él; Un Dios hecho carne... hecho camino de humanidad... sin cosas fantásticas... sin sorpresas.
Perdonando siempre... poniendo el corazón en la miseria humana... no condenando a nadie, al contrario, rompiendo sentencias.
Queriendo poner una y otra vez sus manos sobre nuestros ojos para que miremos bien... los demás no son árboles que caminan...
Si fuéramos personas reconciliadas dejaríamos el juicio y la condena.
DIOS ES CONFLICTO.


"...les da el poder para ser
hijos de Dios..."
Y descubriremos que a más entrega de los propios criterios... de las propias interpretaciones... más crecemos en humanidad... más "hijos de un mismo Padre" se reflejaría.

Cuándo nos aferramos a nuestros propios criterios... o a nuestras propias formas de mirar la realidad creyendo que es la única... corremos el riesgo de encerrarnos y hacernos esclavos de eso que defendemos... y tendemos a esclavizar  y a someter a los demás.
Puedo correr el riesgo de perder... de no tener siempre la razón... porque lo más esencial no se corre nunca... y es justamente allí donde está el valor y la dignidad de nuestra persona.
DIOS ES ENTREGA.

En la manera de relacionarse Jesús nos mostró aquella primera relación que daba sentido a su vida.
ACEPTADOS Y AMADOS COMO SOMOS estamos en disposición para responder con libertad... con más humanidad... a las situaciones cotidianas.
ACEPTADOS Y AMADOS. 
LIBRES. 
PARA LIBERAR.


Pido al Espíritu que nos habita que nos renueve la ESPERANZA frente a lo que nos toque vivir este año nuevo... que no hay amenazas sino oportunidades.
Y que nos renueve la PACIENCIA frente al ritmo del tiempo.


miércoles, 1 de enero de 2020

Guardando en el corazón aquel SÍ. Lc 2, 16-21

Nos encontramos celebrando el Año Nuevo deseando el don de la Paz para todos los pueblos mirando con sumo cariño a aquella que es Madre.

Al comenzar un año nuevo nos haría mucho bien renovar el sentido del tiempo como DON que se nos ha dado.

"Don del Tiempo" que nos hace PEREGRINOS de un camino por donde otros hombres y mujeres -antes que nosotros- transitaron...

TIEMPO que nos hace parte de una HISTORIA.
TIEMPO que nos hace responsables de este momento - tan de cada uno - tan de todos.
TIEMPO que nos atraviesa despojándonos de la impaciencia y la prisa.

Recibir este nuevo año en clave de Jesús es volver a renovar el deseo de caminar hacia aquellos espacios... hacia aquellas actitudes... que nos hacen crecer en humanidad haciéndonos cada vez más conscientes de que SOMOS UNO CON LOS DEMÁS.

Al mismo tiempo no somos ingenuos del año que comienza... como todos los años vividos sabemos que los imprevistos nos encontrarán en el camino... por eso al celebrar al Señor en este primer día del Año renovamos nuestra confianza en el Señor de la Pascua que le regalo a todos los aspectos de nuestra vida la posibilidad de un sentido nuevo... de una interpretación nueva... de un nacimiento nuevo.


Comenzamos el Año nuevo sabiendo con certeza que nada de lo que vivamos está fuera de la Pascua de Jesús... todo se haya atravesado por el Misterio de Amor que fue capaz de transformar los espacios de dolor, de rechazo y de muerte en espacios de más vida... porque en la capacidad de entrega se mide la propia libertad y la vida.

"La Paz como camino de Esperanza: Diálogo, Reconciliación y Conversión pastoral" , dice el lema de este año de la Jornada de Oración por la Paz propuesto por Papa Francisco.

Al comienzo de este año tan cargado de violencia deseamos que nuestro corazón busque la paz y rechace toda forma de violencia.

Bien sabemos que significa no tener paz en el corazón... y cómo esa situación hace insoportable la vida con uno mismo y con los demás.

Necesitamos hacernos más conscientes de que la violencia de fuera se engendra dentro de nosotros... en nuestro propio corazón.
Necesitamos proclamar decididamente que la violencia no es el camino para un mundo dividido... ni tampoco para responder a la violencia que sentimos.

Ser constructores de Paz es ser conscientes de que la violencia de las guerras - o de aquella que vemos cotidianamente en las calles - tiene su origen en cada uno de nosotros:

- cuando andamos peleando por cosas que no valen la vida.
- cuando buscamos sacar ventaja
- cuando llevamos una doble vida y nos mentimos que de que "está todo bien"
- cuando nos dejamos llevar por las pretensiones del poder
- cuando hacemos hincapié solo en lo diferente sin buscar puntos de diálogo y de encuentro.
- cuando generamos división y enfrentamientos
- cuando usamos a los demás en beneficio propio
- cuando nos cerramos a nuestras propias ideas creyéndonos dueños de la verdad
- cuando la creación ha dejado de ser hermana y solo es objeto de dominación

Sin PAZ EN EL CORAZÓN... no es posible DAR PAZ A LOS DEMÁS.
Pidamos que Jesús siga pacificando nuestras vidas porque solo la PAZ -hecha de RECONCILIACIÓN Y BUEN TRATO A LA CREACIÓN- hace posible la ESPERANZA... 


"Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción..." 
Gal 4, 4-7

Comenzamos el año celebrando la Fiesta de María Madre de DIos.
Fiesta donde hacemos memoria de aquel primer "Sea en Mí..." con el cual comenzó la buena NOticia de Jesús.

Un Sí esperado y aguardado por un Dios que se acomodaba a los tiempos de una Mujer.
Un Sí que hizo de María una creyente...una mujer confiada a no tener más seguridad que una palabra dada...


Por este "Hágase..." María no buscará planificar ni adelantarse... sino que se hará a los pasos de Aquel que la invitó a caminar.
Por este Sí entraremos en los "tiempos finales" en los cuales el Padre nos habló definitivamente por medio de su Hijo.

En este Sí... en estas palabras de consentimiento aún en medio de la noche y la incertidumbre... María nos abrirá a todas las posibilidades que llevamos dentro para que también nosotros podamos decir "Sí".

En su SÍ está como "en promesa" 
el comienzo de muchas historias de salvación...

Comenzar entonces el Año NUevo haciendo memoria de Aquel primer Sí... es volver la mirada hacía aquel otro Sí dado por Dios -para siempre- a nuestra humanidad en la Encarnación... y que busca hombres y mujeres de todos los tiempos que se atrevan a expresarlo en sus vidas.


Atrevernos a expresar el Sí de Dios en nuestras vidas es en primer lugar abrirnos a la escucha.
Es descubrir que todo en nosotros siempre será respuesta porque la iniciativa -aún de amar- la ha tenido Dios.
Es percibir que la vida es camino... es aprendizaje... es apertura a lo imprevisto.

Atrevernos a expresar el Sí de DIos en nuestras vidas es optar por la vida siempre...
No excluyendo a nadie... no pasando por alto a nadie...
Buscando la paz haciendo que los demás vivan mejor.

Atrevernos a expresar el Sí de Dios en nuestras vidas será...

Creo que cada uno -desde su propio lugar de seguimiento- podrá seguir escribiendo...