lunes, 27 de diciembre de 2021

HaciEndo saGrada la viDa. Lc 2, 41-52

La FAMILIA que hoy celebramos es una familia que estará en muchos momentos de viaje; al menos una vez al año estará de peregrina a Jerusalén.

Al mismo Jesús lo encontraremos en el camino... siempre saliendo... e invitando a estar de salida... o al menos estar en la puerta como centinelas... esperando al que viene... haciéndonos entender tal vez que la comodidad y la indiferencia son nuestros mayores obstáculos para dejarnos encontrar... para dejarnos transformar por la vida, dónde Dios está. 

Y justamente esta imagen de estar de camino es una de las imágenes que más nos acerca a Dios.

NAVIDAD es imagen de ese Dios que está de viaje - que toma otro lugar - que desciende hasta lo más bajo de toda humanidad.- 

Aceptar seguir a este Dios que está de camino es haber aceptado caminar hacia abajo para encontrarnos con él. 
Y este camino no tiene otro comienzo que el de reconocernos como somos dejando atrás toda falsa imagen que no hace otra cosa que ocultarnos de los demás y separarnos.
Abajo, en lo profundo, no hay necesidad de personajes.


Por eso en Belén nos han liberado de la necesidad de tener que fingir, de tener que mentir para tapar y ocultar nuestra fragilidad.
Dios, como en Jesús de Nazaret, está y viene a nosotros en nuestra propia humanidad, por eso, necesitamos -nos hará bien- quedarnos como desnudos... desamparados... sin defensas... como el establo que lo recibió... donde no había ni puertas ni ventanas.

En Navidad le permitimos a Jesús, pequeño y pobre y necesitado, nacido entre pobres, que sea la norma -el criterio- la vara con que medirnos y medir a los demás.
Donde todo sometimiento y toda prepotencia será entonces fruto de la ignorancia.

Y entonces podremos reconocer que nosotros también vamos creciendo como Jesús que lo iba haciendo ante Dios y ante los demás.
Podremos reconocer que nosotros también tenemos TIEMPO y ESPACIO para crecer; y que por otro lado son los mejores dones que podemos regalarle a los demás.

Espacio para crecer... para buscar... para ser ellos mismos... ni tan cerca que asfixie ni tan lejos que se experimente indiferencia... espacio que dé aire y que permita por sí mismo descubrir que hay horizontes... que hay oportunidad detrás de cada equivocación... al menos de aprender y eso ya es mucho.

Tiempo para crecer... para aprender... dar tiempo es haberse puesto en los zapatos del otro... es haber comprendido sus luchas... es soltar los propios criterios... es dejar de remarcar una y otra vez el mismo error... es dejar de llevar cuenta de lo que hace o no el otro... es soltar la propia ansiedad.

Dar tiempo y espacio para crecer ayuda a encontrarse con la propia libertad, espacio privilegiado donde se ejercita la confianza en sí mismo.
Es un paso de humanidad reconocernos en camino, creciendo con otros; es haber descubierto que cualquier ambición, sea la que sea, es una esclavitud y la esclavitud genera violencia.

Tal vez estas -junto a muchas otras- sean las claves que hacen de las relaciones en torno a Jesús un lugar donde aprender. 

Si Jesús aprendió a relacionarse allí en Nazaret, entonces NAZARET se convierte en una escuela de relación:
Lugar donde se descubre y crece la propia identidad -aún con el riesgo de la angustia de sus padres y no siendo chantajeado con eso-.
Donde la vida es entendida como entrega -y no hay reclamos ni reproches por lo que se da-.
Donde se aprende a dar tiempo como a la levadura con la masa y a dar espacio sin tener que hacer nada como el sembrador en la noche mientras la semilla germina sin saber cómo.
Donde el servicio es la actitud para con los demás -y no un escalón para pisotear y mandar-.
Donde el afuera es lugar de encuentro y de confianza -y no lugar del miedo y de la desconfianza como a veces se lee en nuestros dichos y juicios- o del cansancio y la molestia. ¿Qué escuchan de nosotros,  los más pequeños,  cuándo hablamos de los que "no son de los nuestros"?.

Jesús vivió lo que aprendió.
Se relacionó con toda vida humana como tierra sagrada... y esto mismo es lo que predicó con palabras y gestos.
PORQUE PROPIO DEL AMOR ES HACER SAGRADA TODA VIDA.

En el Amor que iba recibiendo... Jesús percibió el Amor entrañable de Dios, su Padre... y le fue bastando... entonces pudo acercarse a los demás sin defensas... no eran amenaza de nada... ni tampoco tuvo que usarlos obligándolos a algo para sentirse que él valía.

No hay familias sagradas. 
Hay personas que hacen sagrada la vida de los demás AMANDO.
Descalzándose ante toda vida humana como si fuese "tierra sagrada".
Brindando tiempo y espacio para crecer... para ser.

No hay familias sagradas. 
Hay personas que hacen sagrada la vida de los demás AMANDO y enseñando a amar.




sábado, 25 de diciembre de 2021

Nuestra vida está escondida con Cristo, en Dios. Jn 1, 1-18


Habiendo elegido caminar "al modo de Jesús" es haber aceptado ir detrás de un Dios que no se presenta con gritos, ni con imposiciones, ni bajo ciertas formas que obligarían a creer; y se revela en lo que tiene de noche, de pobre, de abierto la vida misma. 

Es haber aceptado que por más sentimientos lindos que tengamos -sobre todo en estos días-, el camino sigue siendo hacia el centro de uno mismo dónde Dios está; y esto supone encuentro con lo que hay de oscuro y desagradable en cada uno de nosotros.


Volver a pasar por el corazón las imágenes del nacimiento de Jesús que es narrado en medio de la noche, sin lugar para nacer, en un pesebre... es una invitación a mirar a través de esas imágenes y encontrarnos con la verdad anunciada: Dios en toda persona humana... Dios en toda humanidad, en nosotros y en los demás... en todos.

El mismo Dios que se hizo tan cercano, tan palpable en la persona de Jesús, está presente también en nosotros.
Y es posible percibirlo, ser conscientes de ello, sobre todo cuando somos capaces de dejar que la "Vida" que está como en el pesebre "envuelta en trapos" se despliegue, liberándola de tanto miedo y de tanto prejuicio que la mantiene atada.

Dios está dónde está el amor.
Dónde la aceptación es más fuerte que la negación.
Dónde el abrazo se convierte en luz en medio de la desesperanza.
Dios está dónde hay "puertas abiertas y manos tendidas".
Dónde hay otros.
Dónde la tolerancia se convierte en espacio que posibilita toda vida.
Es Navidad.


En Jesús, como lo expresa el evangelio de Juan, somos invitados a descubrir como fuimos pensados... es como si Dios en Jesús terminará de explicarnos la creación... cuál es el sentido de la vida... dónde alcanzar plenitud... por dónde caminar.

Haciéndonos dar cuenta de que dentro de nosotros fluye la misma vida que estuvo en Jesús. Solo si estamos abiertos a vivir esa realidad somos liberados, "salvados", de todos esos "estilos de vida" que atan la vida a la satisfacción de nuestras necesidades, haciéndonos esclavos de cosas y personas; como así también de todas esas formas de apropiación tan contrarías al amor.
 
Jesús, identificado con nosotros y "volcado" totalmente hacia Dios, nos descubre como está Dios en nosotros, amándonos tal como somos, invitándonos a vivir desde nuestro verdadero ser. Su modo de vivir su humanidad abierta es camino.

Que sea Navidad en nosotros. 
Que sea Belén en nosotros.

Que la pobreza de nuestros intentos por vivir al modo de Jesús, tan parecidos a la pobreza del pesebre, no nos escandalice ni desanime.
Permitamos que lo roto - lo que está abierto, lo que huele mal- que hay en nuestras vidas, cómo aquel establo de Belén, permanezcan ahí invitándonos a un camino de profunda aceptación.

Porque desapropiándonos -no tomando como certezas absolutas lo que pensamos y sentimos- somos capaces de recibir  lo que no puede nacer de nuestros cálculos.
Para que desde lo roto que nos descentra y nos silencia, aceptado y amado, se cuele lo más auténtico que tenemos en nuestras vidas; y sea posibilidad para que los demás puedan acercarse.


Lo que comenzó junto al barro, en Jesús Dios nos termina explicando a que nos desafía su presencia en nosotros desde siempre...
Su humanidad habitada es el camino.

viernes, 24 de diciembre de 2021

DiOs en noSotrOs, qUe exPlotE la ViDa. Lc 2, 1-14


¿DONDE BUSCARTE?

¿Quién escuchará lo que se anuncia en medio de la noche... a la intemperie?

Como le paso a Elías, a la entrada de la cueva, esperando pasar al Señor, tendremos que aprender otros caminos para encontrarte en esta noche de navidad.

Tendremos que dejar que nuestros ojos se acostumbren a mirar en medio de lo que aparentemente es oscuro y resistirnos a que nos encandilen las cosas que brillan y nos llaman la atención...

Tendremos que dar lugar al silencio de la noche -sin miedos a la soledad- y encontrarnos con que el ruido no hace más que distraernos...

Tendremos que aprender a mirar hacia abajo... donde la ternura de un bebe lo dice todo... aunque no habla... soltando los privilegios que creemos tener, los títulos que creemos valer.

Y entonces podremos escuchar el anuncio que se hace de noche, a la intemperie de la vida de muchos... porque es una buena noticia para todos, sin distinción.

Cuanto más nos acercamos a los espacios que no brillan... donde la vida esta de noche... cuanto más nos dejamos llevar por ese impulso que va hacia abajo... más nos encontraremos con el Dios hecho Niño en la gruta de Belén.

La vida y la historia de cada uno de nosotros esta noche es gruta... hay que abajarse para entrar... hay que dejar que los ojos se acostumbren a la noche... hay que vencer el miedo al mal olor...


Entonces escucharemos..."hoy se les ha dado un Niño... envuelto en pañales... su nombre es JESÚS".

Un anuncio que grita que DIOS ES CON NOSOTROS... CON TODOS... CON CADA UNO... 
COMO LO ESTUVO EN JESÚS.

Como fuerza que empuja desde dentro.
Como impulso de vida que convence.
Como misericordia que abraza todo.
Como perdón que crea oportunidades nuevas.
Como servicio que da felicidad.
Como entrega que da sentido.
Como cotidianidad que da paciencia.
Como lucha que renueva la esperanza...


DIOS ESTA EN NOSOTROS.
EN DEFINITIVA COMO AMOR QUE SALVA.

SI AMAS ENTONCES LO ENCONTRARAS.
LO VERÁS. LO ESCUCHARÁS.

Y todo esto comenzó con unas manos en medio del barro...
Y concluyó en la pobreza de un pesebre...



domingo, 19 de diciembre de 2021

Cuándo lo único absoluto es "el Misterio" en nosotros. Lc 1, 39-45

Nos encontramos ante un relato dónde la presencia del "Misterio" - de lo Sagrado - de la VIDA se hace de tal manera presente que rompe con esas esclavitudes que atan a la propia vida al éxito o al rendimiento.

En María de visita a su prima Isabel podemos tener un "espejo" de lo que significa que la Vida esta de visitas.
"LO MÁS GRANDE VISITA A LO MÁS PEQUEÑO".
Dios en lo cotidiano donde la vida está.

Y una mujer que podía quedarse en la alegría conseguida es capaz de permanecer abierta para percibir en lo insignificante de una visita al Dios palpitando dentro. Isabel no se queda con lo conseguido, su capacidad de sorpresa permanece intacta.

En el encuentro de María e Isabel podemos reconocernos y descubrir nuestras propias vidas que muchas veces se perciben encerradas en los "no puedo" o en los desánimos cuando vemos que nada cambia o en el pesimismo y mal humor provocado por estructuras mentales que enferman y debilitan -tanto de parte nuestra o en los demás-.

En el vacío y en la pobreza de María... en lo estéril y en la vejez de Isabel... podríamos encontrarnos con nuestros propios vacíos y  nuestras pobrezas... con esos espacios estériles, con esos espacios que están aferrados a lo viejo.

Nuestra vida que amontona desencantos y pesimismos... impotencias e indiferencias... lugares que limitan el salir hacía los demás (que por momentos cuestionan el sentido del porqué lo estamos haciendo)... lugares que encierran (que sugieren que lo mejor es quedarse en la comodidad)... que hacen del juicio o de ciertas ideas verdades absolutas.

Necesitamos hacernos conscientes de la imagen  que nos trae el evangelio: viendo a Dios tomando partido por gente que no cuenta... por gente de mala fama... además de regalarnos un poco alivio es una invitación a animarnos a mirar lo que nos pasa desde otro lugar. A no darle al miedo todo el poder.

Aquellas mujeres, al recibirse en lo que viven, son "todo escucha" y al mismo tiempo "todo silencio".
¿Qué significa esto?
Que se reciben sin juicios, sin comentarios, están totalmente para el otro. Y al experimentar entonces esa profunda hospitalidadle permiten al Misterio que las habita hacerse presente.

Pero nosotros tendemos a quedarnos encerrados y hacer de los desalientos y quejas ideologías, o "buenas razones" para quedarnos en los pesimismos que lo único que hacen es encerrarnos a los demás.

El encuentro de las mujeres está impregnado de Vida...de esa Vida que se recibe...de esa Vida que se busca... de esa que se comparte... de esa Vida que se recibe como Don y se celebra... de esa Vida que crea  nuevas maneras de vincularse... porque SOLO LA VIDA QUE SE DA CRECE.

De esa manera, este encuentro, nos muestra que en el fondo de nuestros vacíos y esterilidades yace aquello que es capaz de sacarnos del desaliento estéril: LA PASIÓN POR LA VIDA - lo sagrado de la vida-
Esa pasión -que se identifica con lo más genuino, lo más verdadero, lo más auténtico que llevamos dentro- que tiene a la vida como objeto achica distancias... sabe compadecerse... ilumina y no sentencia... se arrima, visita... busca alternativas y no se queda en la queja.

TRANSFORMA EL VACÍO Y LA IMPOTENCIA EN POSIBILIDAD.
Hace de lo sencillo -como una simple visita o un simple diálogo- un espacio de donación, espacio de reino.

Las mujeres del encuentro han sido transformadas al ponerse en contacto con ese Misterio que llena lo más sencillo de verdadera vida.
Pero para eso fue necesario desalojar de sí toda idea, todo juicio, todo comentario y hacer silencio dentro... para crear un espacio dónde sea posible el recibirse, y de esa manera permitirle al Misterio que se manifieste.

Y la "FELIZ POR HABER CREÍDO" 
en realidad es "FELIZ POR HABERSE HECHO DON".

Feliz por haber descubierto que lo mejor que le puede pasar a la vida es "descentrarse, despojarse, empobrecerse, silenciarse".

Feliz porque se hizo DON, porque a quién se había abandonado es DON.


Que Isabel, la visitada, nos enseñe a estar atentos a lo insignificante de la vida por donde Dios nos visita...


Y que María nos enseñe a hacer espacio dentro nuestro... porque solo recibimos según la medida de ese espacio que desocupamos. 






domingo, 12 de diciembre de 2021

"¿Qué teneMos que hAcer?". Sólo JesÚs. Lc 3, 10-18

Que fuerza tenía aquella Voz  que llevo a las personas que la escuchaban a preguntarse: "¿qué tenemos que hacer?"... ¿por dónde caminar?

"El que tenga dos túnicas que dé una - lo mismo el que tenga comida - que la comparta... 
el que cobra impuestos o hace negocios que sea justo... el que tenga autoridad no extorsione ni se aproveche de los demás..."

Una religiosidad que no pasa por la búsqueda del bien del otro es algo falso... una búsqueda de Dios que no se expresa en una mayor compasión y justicia hacía los demás es una falsa religiosidad.

Y aunque en estas palabras podemos percibir lo que Jesús también nos dirá debemos prestar atención al desde donde se invita a obrar así.  Para Juan el Bautista la justicia hacía los demás es una forma de evitar el juicio de Dios que viene... Dios será bondadoso con nosotros porque fuimos bondadosos... Dios nos perdonará porque perdonamos... Dios será justo con nosotros porque lo fuimos...
Para que Dios nos acepte debemos convertirnos.

El juicio y el miedo obligan.
Y de allí nace el mérito y el reclamo.
Y se cae en la frustración y el enojo.


Y tal vez esta manera de pensar y actuar -tan predicada- sigue siendo aceptada por nosotros con mucha fuerza porque tal vez nuestra duda, de que si somos buenos o no es muy grande... quisiéramos saber que hacer para que nos acepten.
Lo que buscamos en las relaciones con las personas lo terminamos buscando también en Dios. 

¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?...
para que nosotros y los demás piensen bien de nosotros o para evitar un juicio o una crítica.

Cuánta energía gastamos queriendo saber como nos ven los demás... como nos perciben los demás.
Cuánta culpa y auto-reproche nos hacemos cuando experimentamos la falla y la equivocación.
Cuánto mal trato nos hacemos cuando esto pasa.
Cuánta presión para que esto no se vea.


Y cuánto enojo hay dentro nuestro porque los demás no responden a esas necesidades.
Cuántas veces nos encontramos hablando en nuestra fantasía con aquellos que hemos percibido como enemigos a nuestra estima.
Y cuánta ansiedad y angustia nos arrastra por no darnos cuenta de estar dependiendo de esas búsquedas... y cuántas veces sentimos que los demás roban nuestra tranquilidad y privacidad... sin darnos aquello que decimos merecer.

SI NUESTRA IDENTIDAD SE PONE EN JUEGO en lo que nosotros o los demás piensan a partir de lo que hacemos o decimos... estamos casi obligados a aparecer perfectos y maduros... y completos y sanos.

NADA QUE VER CON LO QUE SOMOS EN VERDAD... 
INCOMPLETOS Y ROTOS. 
AMADOS Y HABITADOS.

Nuevamente surge la necesidad de la soledad y el silencio como espacio donde se desmantela el personaje que llevamos dentro.

SOLEDAD Y SILENCIO... no para sentirnos bien...
SINO PARA ENCONTRARNOS CON JESÚS QUE ES NUESTRA VERDADERA IDENTIDAD.

Encontrarnos con Jesús es encontrarnos con la Verdad que nos anuncia con su encarnación QUE HEMOS SIDO AMADOS DESDE ANTES DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN ÉL...
Hemos sido aceptados desde siempre...
y esto no depende de nuestras buenas obras... no depende de nuestra perfección.

El punto de partida entonces para obrar el bien es otro, no es por miedo a un juicio sino por sabernos objeto de la Bondad de Dios.
El "desde donde" es haber encontrado la propia verdad que nos libera de nuestros auto-reproches, de las desvalorizaciones y de buscar en los demás eso que sentimos que nos falta...

El "desde donde" es haber encontrado una identidad que no necesita usar a los demás para sentirse bien... 


LOS DEMÁS...

- liberados de que nos den lo que nosotros sentimos que nos falta...
- liberados de los juicios que hacemos a sus situaciones personales...
- liberados de nuestros puntos de vista...
- liberados de nuestros enojos, de nuestros chantajes y manipulaciones...
- liberados de nuestras búsquedas de competencia...

...MOSTRARÁN SU VERDADERO ROSTRO... QUE COMO EL NUESTRO RECLAMAN COMPASIÓN.

El juicio -sea el que sea- o la espera de recompensa -sea la que sea-  limita la compasión... limita quienes somos... limita que nuestra verdad aparezca... limita nuestra verdadera libertad.

Estamos llevados a hacer el bien porque nos habita "el Todo Bien, el Bien total"...
Estamos seducidos a perdonar porque nos habita el Perdón...
Estamos convocados a dar paz -aunque no la sintamos- y a amar siempre porque nos habita quién es la Paz verdadera... y el Amor que nos amó primero y no deja de hacerlo...


Y ESTO SOLO ES POSIBLE A PARTIR DE UN ENCUENTRO QUE SE DA EN EL SILENCIO Y EN LA SOLEDAD...

ENCUENTRO QUE DA IDENTIDAD.

IDENTIDAD QUE DA VERDAD.

VERDAD QUE DA LIBERTAD.

LIBERTAD QUE DA COMPASIÓN.




domingo, 5 de diciembre de 2021

DescuBriendo los proFetas de nueStra viDa... Lc 3,1-6



"En el año quince del reinado del emperador...
bajo el sumo sacerdocio de Anas...,
VINO LA PALABRA DE DIOS sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto..."


Hacía tiempo que la PALABRA no era escuchada de esta forma.
Y esto no sucedió en un tiempo ideal y favorable... sino que se escuchó dentro de la historia tal y como estaba.
Y no se escuchó en medio de palacios o templos... SINO EN EL DESIERTO.

EN LA HISTORIA TAL Y COMO ESTABA.
Y EN EL DESIERTO.

Una vez más la historia de cada uno aparece como el escenario donde el drama de la libertad personal juega su mayor lucha: ¿Cómo elegimos? ¿Qué escuchamos para hacerlo? ¿Nos dejamos llevar o nos detenemos a pensar desde dónde estamos eligiendo?... y ¿Cómo interpretamos lo conflictivo del camino?

Necesitamos entonces volver a encontrarnos con que nuestro camino de liberación no es algo que sucede lineal-mente... sino que toma atajos... tiene idas y venidas... esta lleno de confianzas y dudas...

¿DE DÓNDE ENTONCES ESA SENSACIÓN DE QUE "TODO ESTA PERDIDO"?
¿De dónde la desilusión que está pegada al corazón?
En medio de esa historia en donde muchas situaciones de la vida se convierten en nuestros desiertos porque nos llevan al límite... es el lugar donde la palabra de Dios viene.

Y esto sucede no sin antes exponernos a nuestras verdades a medias... a nuestros deseos torcidos... a las colinas del orgullo levantadas para evitar el encuentro con el otro... a esos abismos donde somos llevados por culpas que no soltamos.
Esto sucede no sin antes exponernos al miedo a quedar solos... a las vergüenzas que nos ocultamos... a las continuas dudas sobre si somos buenos o no... etc...

Y es allí... en la carne rota y herida de nuestra humanidad donde Dios está... donde Dios viene... donde Dios se hace VOZ... se hace PALABRA... se hace CARNE.

Pero tal vez nosotros seguimos enganchados con ese dios que mira con desprecio lo que nosotros consideramos feo... con ese dios que está ahí para castigarnos... o probarnos... que para que él venga nos tenemos que convertir... siendo más profetas de Juan que de Jesús, del cual se separará en el anuncio de cómo es Dios... a quién nada debemos temer.

DIOS SE HIZO CARNE
PARA QUE EN NUESTRA CARNE LO DESCUBRAMOS A ÉL.

La ENCARNACIÓN se convierte entonces en una invitación a no rechazar nada de lo que nos pasa... a permitirnos ser amados allí donde parece que nadie nos puede amar... a soltar esa duda que muchas veces nos persigue de si somos valiosos o no para alguien.

Entonces "las colinas del orgullo" construidas para asegurar ese personaje detrás del cual nos escondemos podrán bajarse... "los valles de nuestra confianza" atravesados por tantas exigencias inútiles podrán elevarse... "lo torcido de nuestros afectos" que buscan agarrar y consumir podrán enderezarse y "lo escabroso de nuestros razonamientos" que creen que todo pasa porque lo han pensado podrán abrirse a la novedad del Reino.

Y en el trato hacía los demás será tan patente percibir "los modos de Jesús" que se hará carne aquello de que "todos verán la salvación de Dios".

ENTONCES AQUELLAS MISMAS SITUACIONES, 
TEMIDAS Y NO QUERIDAS,
SE HAN TRANSFORMADO EN NUESTROS 
PROFETAS DE LIBERTAD.






Junto a María recordamos:
Tiempo de Adviento.
Tiempo de los que andan DESPIERTOS.

TIEMPO DE PROFETAS: de aquellos que saben quienes son 
y ayudan a los otros a descubrir lo mejor que tienen... su propia humanidad. 

Y denuncian lo injusto...
lo que oprime... allanando los caminos...
Iluminando vidas...

ADELANTANDO REINO.