lunes, 27 de marzo de 2023

Somos LÁZARO. Somos MAGDALENA

"Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en su pregunta, se incorporó y les dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió a agachar y siguió escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?” Ella le contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno..."
Jn 8, 1-11
Lázaro... Magdalena... Pedro... Judas...
Vos... yo... cada uno de nosotros...

Podemos pasar del reproche a ser voz portadora de esperanza. 
Podemos abandonar el prejuicio y ser mirada de aceptación. 
Podemos soltar nuestras razones y ser palabra que alienta.

Podemos ser manos que levanten.
Ser pies que busquen y generen encuentro. 
Ser corazón que ama y perdona.

AGRADECIDOS seamos con los que en nuestra historia personal lo han sido ... lo son ... para cada uno de nosotros. 

sábado, 25 de marzo de 2023

Cada uno de nosotros es LÁZARO. Jn 11, 1-45

Aunque sabemos que después de una pérdida viene un tiempo llamado "duelo", eso no significa que lo aceptamos de buena gana o que lo transitamos de buena manera... cómo si hubiese una buena manera.

Más de una vez hemos corrido el riesgo de alargar esos tiempos tal vez por miedo a olvidar, o por la culpa de no haber hecho lo suficiente; haciéndose dificultoso poder reconocer que algo nuevo puede llegar.

Cuántos de nosotros hemos experimentado cómo queda desgarrado el corazón cuando hemos perdido lo amado... y no sólo sentimos que algo nos arrebataron sino que además en algo eso le daba sentido a la vida. Cuántas veces hemos escuchado después de una pérdida: "¿... y ahora que voy a hacer?" 

Tal vez necesitamos un baño de sinceridad y reconocer que la mayoría de las veces el llanto es por nosotros... siendo la angustia por la pérdida el lugar dónde nos encerramos... y el querer entender el modo en cómo alargamos el dolor y el sufrimiento.
¿Quién está preparado para una pérdida?
Qué difícil resulta ver en medio de ella y más aún tener esperanza en la "vida escondida" en toda situación humana.

A cuántas maneras de pensar... a cuántas culpas... a cuánto sufrimiento inútil... nos aferramos...
que nos detiene y nos aísla. 

Lázaro es una imagen de la dificultad que tenemos en vivir desde esa Vida que no está atada ni se rige por las creencias o imágenes que llevamos dentro.
Por esperar no sé qué vida o forma de vivir... nos seguimos encerrando en los sepulcros esperando a saber qué cosa o a quién...

Estamos transitando una muerte... el riesgo es atarnos al sepulcro por el miedo al vacío que produce dicha muerte.
Cuántas ideas -como vivencias- de Dios y de cómo debe ser la vida están muriendo... y qué difícil se hace no aferrarnos a lo que ya hemos reconocido incapaz de dar vida. 

Enfrentados al límite... desnudados de toda seguridad que dan las ideas... somos invitados a permanecer en el vacío... no solos sino sostenidos por una comunidad... 

Somos invitados a permanecer en el vacío pero no de cualquier manera, sino abiertos a la escucha de una Palabra que invita a salir... a dejar de esperar en lo que ya hemos experimentado como "sin sentido"... que invita a la libertad de todo mandato... y a encontrarse con ese "núcleo escondido" que no se banca que lo reduzcamos a nuestras necesidades o heridas.

Es una Palabra que levantando las losas pesadas de tantas creencias y culpas pretende despertarnos de las ilusiones dónde instalados, nos sentimos seguros... descubriéndonos las posibilidades latentes que la misma vida posee como don a los demás.
Es una Palabra de apertura frente a la cerrazón del sepulcro que limita la vida a lo que se ve o se siente o se piensa y que por miedo tiende a volver a lo seguro -regresión- y a lo que "siempre se hizo así".

Es una Palabra que impulsa... que pone en movimiento... que levanta... que nos saca de esa tendencia a replegarse -a encerrarse- en el sufrimiento del cual nos aferramos.

Es una Palabra que invita a caminar "sueltos de toda atadura" sin buscar retener lo conseguido porque en el morir ... como el grano de trigo... encuentra la razón de su existencia.
Es una Palabra que invita a andar despacio... con los ojos bien abiertos... respetuosos de la vida de los demás qué frágil se va abriendo camino en medio de lo dificultoso o duro de la existencia.

Cada uno de nosotros es Lázaro.
El tiempo en el que vivimos es Lázaro.
La comunidad cristiana es Lázaro.

¿Cuáles son los sepulcros en los que estamos? ¿Qué es lo que hay que reconocer que ha muerto en nosotros?
¿Cuáles son las vendas que tienen atados los pies y las manos y nos ciegan el camino?
¿Quiénes son los que sentencian que allí ya no hay vida... quiénes atan al sepulcro porque sus creencias así lo determinan?

martes, 21 de marzo de 2023

El DON nos hace LIBRES.

Vivir desde la consciencia de que la VIDA ES DON nos libera del miedo a perder... 

Un miedo que atraviesa la relación con nosotros mismos y con los demás y con el mundo.
A cuánto nos aferramos...
De cuánto dependemos...
Cuánto nos contenemos...

La VIDA es un DON que gratuitamente recibimos para DAR.
Y esa VERDAD nos hace LIBRES.

Todo entonces está abierto.
Todo es camino por recorrer.

domingo, 19 de marzo de 2023

MIRA, sin límites puestos por ti. Jn 9, 1-41

¿Qué es lo que tendríamos que descubrir con nuestra mirada?
¿Por qué lo tosco de la vida es portador de más luz si lo aceptamos cómo es?
¿Hay algo en verdad que puede limitar la capacidad de mirar?

Creo que estamos de acuerdo que la capacidad de ver es uno de los sentidos que más valoramos; siendo además una facultad de la que nos enorgullece tenerla a la hora de hablar de alguna situación. 


Nos creemos lo que vemos; olvidándonos por supuesto que nuestra perspectiva es sólo eso "nuestra perspectiva", una entre muchas... que depende de nuestra percepción la cuál esta bajo la influencia de creencias y mandatos.

¿Qué es lo que no podía ver aquel hombre ciego?
Y ¿qué es lo que los demás decían ver pero tampoco lo estaban haciendo?

"no hay peor ciego que aquel que no quiere ver ... cómo no hay peor sordo que aquel que no quiere escuchar"

"al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento..."

La VIDA, y Jesús ahí, se encarga muchas veces de tomar la iniciativa en buscar sacarnos de las ceguera en las que estamos instalados y seguros.
Creo que somos conscientes de que permanecer en ciertas situaciones, aunque sean conflictivas, pueden traernos beneficios como desligarnos de responsabilidades o regalarnos la ilusión de una aceptación que hay que cuidar y defender. 

El ver nos responsabiliza y compromete.
El ver nos pone en movimiento.
El ver nos libera de los prejuicios y de la indiferencia en los que la ceguera o la pretensión de estar viendo nos instaló. 

El ver es cómo un despertar ... un salir de ... una apertura a una dimensión de las cosas que aunque es nueva, ya estaba allí.

"Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)..."

Situaciones no siempre cargadas de luz -cómo el barro- son portadoras de una promesa qué para alcanzarla supone el ejercicio de esa libertad que es capaz de permanecer creyendo en el camino, que acepta los tiempos y se abre a los procesos... aún cuando no se vea lo que consideramos que se tendría que dar.

En todo camino de nuevas miradas y de aperturas hay una cuota de desapropiacion e impotencia... hay cómo una suspensión de nuestra capacidad de entender. Actitudes para las cuales no fuimos enseñados habitualmente. 

¿Cuál habrá sido la primera reacción de aquel ciego al encontrarse con barro... y llamado a caminar?
¿Cuánto tardo el trayecto? 

Y aquella experiencia abrió su vida a una libertad para nada aceptada por aquellos que hubiesen preferido que permaneciera en la postración de la ceguera.
Aunque nos parezca inconcebible, no es fácil abandonar el control en favor de la vida y de los tiempos de los demás; muchas veces lo conocido o lo negado en uno mismo, nubla la mirada como la capacidad de apertura.

Un poco de agua y tierra... algo que no deja de fluir desde dentro con algo que parece obstáculo... la obra de la creación continúa. 

Aceptar que nos levanten ... reconocernos ciegos -que partes de la realidad siempre están ahí por abrirse-... dejar que nos pongan en movimiento habiendo escuchado lo que "resonó dentro"... aceptar caminar cómo se pueda... y volver a la fuente -"a la del enviado "- que nos revela el tesoro que oculta toda vida, todo momento y todo dolor.

No será posible ver con más amplitud a los demás o escuchar los tonos intermedios de lo tosco de la vida, si no es posible vernos a nosotros mismos en todo su misterio... si hay rechazo o negación hacia algun aspecto de nosotros mismos.

Allí dónde estamos... 
nos alcanza.

jueves, 16 de marzo de 2023

Siempre volver...

SIEMPRE VOLVER.
Pequeñas cosas... un gesto descuidado, un comentario que parece frío, el cansancio, la incapacidad de alguien para escucharte, el olvido inocente de alguien, el desencanto... que cuando se juntan con otras parecidas dentro nuestro, nos hacen sentir que nada hemos caminado; que estamos de nuevo al comienzo de todo.

Pero recordemos que no podemos volver al comienzo... lo caminado está caminado... sólo hace falta volver de esas "pequeñas cosas" y retomar el camino allí dónde lo hemos dejado. 

SIEMPRE VOLVER...
VOLVER a ese espacio habitado que está dentro... dónde nos dicen quienes somos... dónde nos impulsan a volver a confiar en nosotros mismos... 

SIEMPRE VOLVER ...allí la libertad.

Reclama QUIÉN ERES

RECLAMA
Es posible sentir un cierto descontento al darnos cuenta lo rápido que podemos perder la paciencia o la serenidad interior.
Alguien que conocíamos o no entra en nuestra vida y nos hace sentir inseguros o ansiosos o nos enoja... cómo si de esa persona dependiéramos. 

A cuántos le hemos dado el poder de manejar nuestra vida cómo si fuesen ellos la norma... y con cuánta rapidez una parte nuestra se deja llevar por su influencia haciendo que dudemos aún de lo más valioso... y terminamos creyendo que ellos saben más.

Con humildad de corazón "reclama QUIÉN ERES".
Reconoce tus emociones y elige vivirlas desde un sentido más profundo... "ya eres valioso, ya sos amado"... y esto aunque requiera de mucho tiempo y de lucha.
Vuelve a Aquel que es fundamento de tú vida y deja que tus palabras y tus gestos surjan de allí. 

domingo, 12 de marzo de 2023

Y la mujer dejo allí su cántaro. Jn 4, 5-42

"Vengan a ver al hombre que me dijo todo lo que hice..."

No parece una buena propaganda... 
¿Quién tiene el coraje suficiente para escuchar de una, todo lo que ha hecho?
¿Quién resiste tanta verdad al mismo tiempo?
Acaso, ¿no es mejor olvidar para no seguir con el mismo sufrimiento?

Y lo encontró sentado junto al pozo de agua...
Allí dónde buscamos una y otra vez apagar nuestra sed de amor y aceptación; junto al pozo de los vacíos y el de la desolación que deja el rechazo... allí nos espera... con ese espacio del corazón quiere que nos encontremos... y viene a nosotros en la necesidad de otros que cómo un espejo desnuda la nuestra... se hace necesitado de nuestra agua... 

Todo comienza con un diálogo... con algo que descoloca... que invita a levantar la mirada... a salir de los propios pensamientos y juicios... a separarse de aquello que hay que cuidar tanto.

Y tantos rechazos y decepciones no fueron en vano... la desconfianza y el sufrimiento hicieron muy bien su trabajo... ante las primeras invitaciones para volver a confiar, las defensas y murallas funcionaron muy bien... 

Cuánto más quiere encontrarse con lo valioso que está dentro, después de tanto desprecio, más difícil se hace el creer y confiar... y por ser lo que sé es, "mujer y samaritana", no puede ganarle... racionalmente no ganará... no puede ser verdad...

Hizo falta mucho tiempo para levantar semejantes resistencias para que con unas cuantas palabras quieran atravesarlas.
Y no es fácil aceptar esa pregunta que puede llegar a cuestionar o desestabilizar ese modo de vivir que la ha hecho una sobreviviente... lo aprendido se vuelve absoluto y la herida no sanada nos vuelve sordos... defendemos detalles y hacemos guerras de ideas.

Sólo cuando es tocado ese espacio maltrecho del corazón... sólo cuando la pregunta es sobre lo que se busco para sentirse valiosa... sólo cuando es capaz de ponerse en contacto con esa sed tan intensa de amor y aceptación que la llevó a estar adónde ella está ahora, vacía y sin que nada le sea suyo, ni su cuerpo... solo entonces se quiebran los pliegues del corazón.

Hay que pasar el momento... sentirse quebrantada... sin nada para ocultar la necesidad tapada con tantos "maridos"...
Se deja mirar ... pero esa todavía no es su mayor verdad.

Y es justamente allí... en el lugar de las mayores heridas y el de las luchas más intensas, dónde el corazón cansado deja de pelear y se abre...
Y entonces es posible entrar... el corazón se transforma en un lugar de encuentro... 

Dios estaba allí -esta era su mayor verdad... "Él es la Fuente"-... y es allí, dentro y en lo profundo, dónde quiere ser adorado -quiere mirarnos y decirnos que su "amor basta"-... en "espíritu y en verdad".
Y desde allí quiere ser el que se dé, a través nuestro, a los demás.

Y todo se vuelve libertad... los pies corren solos al encuentro de los demás... ya no hay nada que defender... de nada hay que cuidarse... ni el cántaro ya necesita. 

Ella se ha vuelto -su cuerpo, sus afectos, sus sentidos- 
"MUJER CÁNTARO"... 
la Fuente fluye en ella hacia los demás.

Vengan a ver a quien me ha dicho todo lo que hice... 
ya nada importa más que aquello que está y brota desde dentro. 

Apéndice:

"La mujer, dejando allí su cántaro, 
corrió a la ciudad y dijo a la gente: Vengan a ver..."

DEJÓ ALLÍ EL CÁNTARO 
de las manos siempre vacías porque nada fue suficiente. 

DEJÓ ALLÍ...
el cántaro del cuerpo encorvado por la culpa y la vergüenza
el cántaro del corazón agujereado y roto por las decepciones tenidas
el cántaro de los deseos prohibidos y negados

DEJÓ ALLÍ...
el cántaro de la mirada sometida a las miradas de los demás 
el cántaro de las presiones por no haber podido responder a las expectativas de la gente 
el cántaro de la complacencia que sujetaron sus pies por mucho tiempo 

DEJÓ ALLÍ...
el cántaro del sufrimiento por no sentirse amada ni valorada 
el cántaro de la vida entregada sin sentido 
el cántaro del anhelo profundo buscado saciar torpemente

DEJÓ ALLÍ...
el cántaro del aislamiento que encierra en la soledad y en el desaliento 
el cántaro de la satisfacción inmediata que aleja de lo profundo 

DEJÓ ALLÍ...
el cántaro de las palabras no dichas por miedo al qué dirán 
el cántaro de los rótulos que mantienen amorzada la novedad

Dejó allí el cántaro "vacío" que sólo servía para retener y controlar
y se dejó llevar por ese otro que solo sabe de servicio y entrega.

domingo, 5 de marzo de 2023

Sólo los de CORAZÓN SIMPLE verán a Dios. Mt 17, 1-9

Vivimos inmersos en la ilusión de que con nuestros pensamientos -y/o experiencias- abarcamos toda la realidad que vivimos... y más de una vez hemos tenido que reconocer lo prejuicioso que hemos sido al momento de aceptar lo que sucedía; y más de una vez hemos sido conscientes de que la realidad y su interpretación se nos escapaba.
Estamos invitados a vivir siendo conscientes de que la realidad es mucho más de lo que experimentamos y pensamos.
Tenemos que reconocer que toda realidad tiene muchas facetas desde dónde mirarla -y por ende de vivirla- y al mismo tiempo es simple por lo que señala o por lo que permanece escondido. 
Sabemos, por historia personal y comunitaria, que en toda realidad se ponen en juego un conjunto de relaciones y vínculos que hace difícil tener una interpretación acabada y cerrada sobre la misma... es como sí fuésemos invitados a permanecer abiertos a lo que la realidad nos quiera revelar de nuevo... y esto tal vez después de mucho tiempo.

Anhelamos  que nuestra vida sea algo más que la satisfacción de nuestras necesidades o el cumplimiento de nuestras expectativas; pero a la hora de vivir e interpretar la realidad la reducimos a nuestros estrechos y cortos deseos de seguridad y claridad... cómo si eso bastara.

Hacer "experiencia tabórica" con Jesús es descubrir que no existe nada que no pueda ser camino que nos revele -nos muestre- quiénes somos y lo que estamos llamados a ser.  

Al no suceder en el templo -lugar del culto oficial- y sí en la montaña del Tabor, Jesús rompe con la división de lo profano y sagrado.
TODA LA REALIDAD QUEDA TRANSFIGURADA, es decir,  toda situación, toda persona, se convierte en una posibilidad para encontrar ese "núcleo escondido" que nos hace conscientes de que la vida es mucho más de lo que estamos viviendo.

Subir con Jesús al Monte del Tabor -como "pasar a la otra orilla- es soltar lo que nos mantiene satisfechos y dormidos con todas sus interpretaciones y prejuicios. Es hacer el esfuerzo por "ponerse de pie" de los auto reproches y de las culpas que no sólo no nos aportan nada sino que además, nos hacen estar postrados y sumidos en la desesperación.

Hacer "experiencia tabórica"...
ES ABRIRNOS A LA ESCUCHA EN MEDIO DE LA OSCURIDAD.
ES "NO ESPERAR" LA CLARIDAD PARA CONFIAR.
ES APOSTAR POR LA APERTURA  AUN CUANDO SE SIENTA MORIR.


Esto es posible porque lo mejor está por llegar porque lo mejor ya está dentro nuestro; y para eso es necesario que se rompan los esquemas mentales, las valoraciones y los personajes que nos mantienen al pie de la montaña...
Es preciso hacer camino de libertad de tantas envolturas que nos mantienen ciegos y con las manos atadas para la compasión... como al Lázaro del evangelio.

Hacer del Tabor nuestra experiencia cotidiana es dejar que nuestra manera de mirar la realidad se transforme... y comprender así que no todo es cómo lo estamos juzgando o  interpretando... es dejar una "rendija abierta" para volver a mirar desde otro lugar... desde lo que permanece escondido -desde esa Presencia que todo lo ha hecho su tienda- ... para seguir abiertos a la escucha...

"BIENAVENTURADOS LOS PUROS DE CORAZÓN PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS"
, les dijo Jesús.
Bienaventurados los de mirada simple porque permanecen abiertos...
el silencio, 
el diálogo sincero y la atención a Dios aportan nuevas miradas

Bienaventurados los de mirada pobre porque reconocen los límites...
no todo es cómo se juzga o se interpreta

Bienaventurados los de mirada paciente porque aceptan los tiempos...
permaneciendo abiertos -aceptando el proceso- vienen otros modos de mirar lo vivido

Bienaventurados los de mirada atenta porque no desprecian ninguna voz...
ni aquella que viene de la debilidad ni de la injusticia

Bienaventurados los de mirada compasiva porque se saben con otros...
haciéndose gesto de presencia y caridad.