Es hora entonces de reclamar tu identidad de hijo amado... porque solo "la verdad te hará libre".
Para esto debes entrar en contacto con tantas palabras -con tantos mandatos- que a lo largo de tu historia personal has escuchado y en donde buscaste que te dijeran quien eras... y deberás animarte a soltar todo eso.
De pequeño -como parte del proceso de socialización- has ido aprendiendo a hacer aquello que te pedían... para hallar una sonrisa... para encontrar una aceptación... fuiste aprendiendo a ser complaciente con el entorno... y te fuiste agarrando a la palabra y a la mirada de los demás... esperando que te dijeran cada vez más quién eras...
Pero ahora debes dejar de mirarte desde sus ojos... debes dejar de creer que si haces lo que los otros siguen esperando de vos serás más feliz... ellos ya no pueden decirte quien sos...
DEBES DEJAR DE SER COMPLACIENTE... porque la invitación es a descubrir que tú verdadera identidad esta dentro tuyo... es don de Aquel que te creo...
Y cuánto más te acercas a quién sos... más libre te haces... y como aquella fuente... te sentirás con la urgencia de darte a los demás... pero ahora lo harás no buscándote en ellos sino ofreciéndote como espacio donde también ellos experimenten libertad...
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