viernes, 1 de enero de 2021

"La cultura del cuidado como camino de paz». Lc 2, 16-21

Nos encontramos celebrando el AÑO NUEVO deseando el don de la PAZ para todos los pueblos mirando con sumo cariño a María, Madre de Dios.

"CELEBRANDO EL AÑO NUEVO"
Al comenzar un año nuevo nos haría mucho bien renovar el sentido de la historia... el sentido del tiempo como don DON que se nos ha dado.

"El DON DEL TIEMPO" que nos hace caer en la cuenta de que somos peregrinos de un camino donde otros hombres y mujeres -antes que nosotros- lo transitaron.

TIEMPO que nos hace parte de una HISTORIA que no comenzó ni terminará con nosotros... pero que al mismo tiempo nos hace protagonistas y responsables de este momento.

Recibir este nuevo año en clave de Jesús es renovar la búsqueda y el esfuerzo por todas aquellas actitudes y espacios de vida que nos hagan crecer en humanidad... donde un primer aspecto será el hacernos más conscientes de que somos UNO CON LOS DEMÁS... que no somos seres separados de los demás como intentan proclamar ciertos parásitos bajo pretexto de comodidad y seguridad.

Al mismo tiempo no somos ingenuos del año que comienza... como el pasado sabemos que los improvistos nos encontrarán en el camino.
Celebrar entonces al Señor en este primer día del Año es renovar nuestra confianza en el Señor de la Pascua que le regaló a todos los aspectos de nuestra vida, la posibilidad de un sentido nuevo... de una interpretación nueva.

Comenzamos el año nuevo sabiendo con certeza que nada de lo que vivamos estará fuera de la pascua de Jesús.
Todo se encuentra atravesado por este Misterio de Amor que tiene la fuerza de transformar los espacios de dolor, de rechazo y de muerte en espacios de más vida... porque justamente allí, en la capacidad de entrega se mide la libertad y la vida personal.

Por eso, que se anime el corazón y que se sienta profundamente desafiado a vivir el año en clave de esa libertad, capaz de salir de sí, aun en medio de cualquier situación.


"La cultura del cuidado como camino de paz»



Dice el lema de la Jornada Mundial de Oración por la Paz propuesto por el Papa Francisco para este nuevo año.

El Papa nos invita a dejarnos enseñar por todo lo que fuimos viviendo en el año que se fue... dónde fue muy importante aprender a hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. De ahí que propone la Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación

Nos invita a volver a aprender la “gramática” del cuidado que tiene como lenguaje: la promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos y la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación.

Para aprender está gramática, el Papa invita a educar a la cultura del cuidado que tiene como compromiso común, solidario y participativo, la protección y promoción de la dignidad y el bien de todos.
La disposición al cuidado, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos es un camino privilegiado para construir la paz. Compromiso que deberían asumir todos en la sociedad civil.


"Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón."
cfr. Lc 2, 16-21

Y comenzamos el año celebrando la FIESTA DE MARÍA MADRE DE DIOS.
Fiesta donde hacemos memoria de aquella "actividad del corazón" de María por la que podía unir lo que vivía y aquello que le había sido anunciado.
"Actividad del corazón" por la que todo se convertía en un espacio de encuentro... en un lugar de anuncio... donde el corazón era llevado a dejarse sostener solo por Dios.

"Conservar y meditar..." son propias de la persona que quiere vivir en clave de Reino... en clave de Jesús... que posibilitan mirar más allá de lo que se vive... permitiendo que cada situación, que cada encuentro, tengan un significado para la vida... ayude a crecer... descubra una posibilidad nueva.


Que podamos, acompañados por María, pensar de otra manera lo que nos pasa.
Que podamos, acompañados por María, leer la vida desde la certeza de estar habitados por Dios.
Que podamos, acompañados por María, aprender la gramática del cuidado.

Buen comienzo de año.

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