Séptimo día: MIRAR A JOSÉ

Cada vez más cerca del día de la Navidad, dispongamos nuestra mirada para penetrar en la intimidad del corazón de José. José no es sólo esposo de María, también es su compañero y amigo. Y el amor de amistad acepta a veces “no comprender”. José conoce a María y cree en ella porque la ama. María es la amada de José… 

Ella sabe que él es un hombre de corazón justo. Confía plenamente en su fidelidad. Probablemente ella misma le haya contado lo sucedido. Pero, por amor, no pudo ahorrarle el duro momento de angustia y de dudas.

-Nos encontramos con la imagen de José y encendemos una velita-

El Señor quiere construir en José un corazón madurado de paciencia. Cuando el corazón de José llega a estar capacitado para la renuncia, entonces Dios interviene. Cuando los oídos del corazón se han abierto a la escucha en el silencio de la noche, Dios lo llena con su Palabra…

Pidamos a José que nos enseñe a MIRAR CON ESPERANZA cuando no logramos comprender el sentido de las cosas que nos tocan vivir.

Digamos a cada oración:
JOSÉ, HIJO DE DAVID, QUE EN EL SILENCIO DE LA NOCHE NO DECAIGA NUESTRA FE.

Cuando debemos afrontar situaciones difíciles…
Cuando nos duele la pérdida de alguien cercano…
Cuando dudamos de la palabra de un amigo…
Cuando no comprendemos el actuar de los que amamos…
Cuando los esposos y los novios se sienten distanciados…
Cuando acompañamos el dolor de otros hermanos…
Cuando nos falta prudencia en el silencio…

Rezamos juntos.
SEÑOR, QUE NO ME INQUIETEN LAS DIFICULTADES DE LA VIDA 
QUE SEA CAPAZ DE QUERER LO QUE VOS QUERÉS PARA MÍ.

TE OFREZCO MI ALMA SENCILLA QUE, 
EN EL SILENCIO DE LAS NOCHES,
ESPERA EN TU PALABRA
Y ACEPTA TU PROYECTO.

QUIERO PERDERME CONFIANDO EN TU AMOR
QUE LLEGA HASTA MÍ, AUNQUE NO LO VEA.

ESTOY EN TUS MANOS
EN EL SILENCIO FECUNDO DEL QUE ESTÁ A LA ESCUCHA.

QUE NADA ME QUITE TU PAZ
QUE BROTE SIEMPRE EN MI ALMA
LA CONFIANZA DEL AMOR QUE CREE Y CONFÍA.

Oración final
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario