lunes, 27 de diciembre de 2021

HaciEndo saGrada la viDa. Lc 2, 41-52

La FAMILIA que hoy celebramos es una familia que estará en muchos momentos de viaje; al menos una vez al año estará de peregrina a Jerusalén.

Al mismo Jesús lo encontraremos en el camino... siempre saliendo... e invitando a estar de salida... o al menos estar en la puerta como centinelas... esperando al que viene... haciéndonos entender tal vez que la comodidad y la indiferencia son nuestros mayores obstáculos para dejarnos encontrar... para dejarnos transformar por la vida, dónde Dios está. 

Y justamente esta imagen de estar de camino es una de las imágenes que más nos acerca a Dios.

NAVIDAD es imagen de ese Dios que está de viaje - que toma otro lugar - que desciende hasta lo más bajo de toda humanidad.- 

Aceptar seguir a este Dios que está de camino es haber aceptado caminar hacia abajo para encontrarnos con él. 
Y este camino no tiene otro comienzo que el de reconocernos como somos dejando atrás toda falsa imagen que no hace otra cosa que ocultarnos de los demás y separarnos.
Abajo, en lo profundo, no hay necesidad de personajes.


Por eso en Belén nos han liberado de la necesidad de tener que fingir, de tener que mentir para tapar y ocultar nuestra fragilidad.
Dios, como en Jesús de Nazaret, está y viene a nosotros en nuestra propia humanidad, por eso, necesitamos -nos hará bien- quedarnos como desnudos... desamparados... sin defensas... como el establo que lo recibió... donde no había ni puertas ni ventanas.

En Navidad le permitimos a Jesús, pequeño y pobre y necesitado, nacido entre pobres, que sea la norma -el criterio- la vara con que medirnos y medir a los demás.
Donde todo sometimiento y toda prepotencia será entonces fruto de la ignorancia.

Y entonces podremos reconocer que nosotros también vamos creciendo como Jesús que lo iba haciendo ante Dios y ante los demás.
Podremos reconocer que nosotros también tenemos TIEMPO y ESPACIO para crecer; y que por otro lado son los mejores dones que podemos regalarle a los demás.

Espacio para crecer... para buscar... para ser ellos mismos... ni tan cerca que asfixie ni tan lejos que se experimente indiferencia... espacio que dé aire y que permita por sí mismo descubrir que hay horizontes... que hay oportunidad detrás de cada equivocación... al menos de aprender y eso ya es mucho.

Tiempo para crecer... para aprender... dar tiempo es haberse puesto en los zapatos del otro... es haber comprendido sus luchas... es soltar los propios criterios... es dejar de remarcar una y otra vez el mismo error... es dejar de llevar cuenta de lo que hace o no el otro... es soltar la propia ansiedad.

Dar tiempo y espacio para crecer ayuda a encontrarse con la propia libertad, espacio privilegiado donde se ejercita la confianza en sí mismo.
Es un paso de humanidad reconocernos en camino, creciendo con otros; es haber descubierto que cualquier ambición, sea la que sea, es una esclavitud y la esclavitud genera violencia.

Tal vez estas -junto a muchas otras- sean las claves que hacen de las relaciones en torno a Jesús un lugar donde aprender. 

Si Jesús aprendió a relacionarse allí en Nazaret, entonces NAZARET se convierte en una escuela de relación:
Lugar donde se descubre y crece la propia identidad -aún con el riesgo de la angustia de sus padres y no siendo chantajeado con eso-.
Donde la vida es entendida como entrega -y no hay reclamos ni reproches por lo que se da-.
Donde se aprende a dar tiempo como a la levadura con la masa y a dar espacio sin tener que hacer nada como el sembrador en la noche mientras la semilla germina sin saber cómo.
Donde el servicio es la actitud para con los demás -y no un escalón para pisotear y mandar-.
Donde el afuera es lugar de encuentro y de confianza -y no lugar del miedo y de la desconfianza como a veces se lee en nuestros dichos y juicios- o del cansancio y la molestia. ¿Qué escuchan de nosotros,  los más pequeños,  cuándo hablamos de los que "no son de los nuestros"?.

Jesús vivió lo que aprendió.
Se relacionó con toda vida humana como tierra sagrada... y esto mismo es lo que predicó con palabras y gestos.
PORQUE PROPIO DEL AMOR ES HACER SAGRADA TODA VIDA.

En el Amor que iba recibiendo... Jesús percibió el Amor entrañable de Dios, su Padre... y le fue bastando... entonces pudo acercarse a los demás sin defensas... no eran amenaza de nada... ni tampoco tuvo que usarlos obligándolos a algo para sentirse que él valía.

No hay familias sagradas. 
Hay personas que hacen sagrada la vida de los demás AMANDO.
Descalzándose ante toda vida humana como si fuese "tierra sagrada".
Brindando tiempo y espacio para crecer... para ser.

No hay familias sagradas. 
Hay personas que hacen sagrada la vida de los demás AMANDO y enseñando a amar.




sábado, 25 de diciembre de 2021

Nuestra vida está escondida con Cristo, en Dios. Jn 1, 1-18


Habiendo elegido caminar "al modo de Jesús" es haber aceptado ir detrás de un Dios que no se presenta con gritos, ni con imposiciones, ni bajo ciertas formas que obligarían a creer; y se revela en lo que tiene de noche, de pobre, de abierto la vida misma. 

Es haber aceptado que por más sentimientos lindos que tengamos -sobre todo en estos días-, el camino sigue siendo hacia el centro de uno mismo dónde Dios está; y esto supone encuentro con lo que hay de oscuro y desagradable en cada uno de nosotros.


Volver a pasar por el corazón las imágenes del nacimiento de Jesús que es narrado en medio de la noche, sin lugar para nacer, en un pesebre... es una invitación a mirar a través de esas imágenes y encontrarnos con la verdad anunciada: Dios en toda persona humana... Dios en toda humanidad, en nosotros y en los demás... en todos.

El mismo Dios que se hizo tan cercano, tan palpable en la persona de Jesús, está presente también en nosotros.
Y es posible percibirlo, ser conscientes de ello, sobre todo cuando somos capaces de dejar que la "Vida" que está como en el pesebre "envuelta en trapos" se despliegue, liberándola de tanto miedo y de tanto prejuicio que la mantiene atada.

Dios está dónde está el amor.
Dónde la aceptación es más fuerte que la negación.
Dónde el abrazo se convierte en luz en medio de la desesperanza.
Dios está dónde hay "puertas abiertas y manos tendidas".
Dónde hay otros.
Dónde la tolerancia se convierte en espacio que posibilita toda vida.
Es Navidad.


En Jesús, como lo expresa el evangelio de Juan, somos invitados a descubrir como fuimos pensados... es como si Dios en Jesús terminará de explicarnos la creación... cuál es el sentido de la vida... dónde alcanzar plenitud... por dónde caminar.

Haciéndonos dar cuenta de que dentro de nosotros fluye la misma vida que estuvo en Jesús. Solo si estamos abiertos a vivir esa realidad somos liberados, "salvados", de todos esos "estilos de vida" que atan la vida a la satisfacción de nuestras necesidades, haciéndonos esclavos de cosas y personas; como así también de todas esas formas de apropiación tan contrarías al amor.
 
Jesús, identificado con nosotros y "volcado" totalmente hacia Dios, nos descubre como está Dios en nosotros, amándonos tal como somos, invitándonos a vivir desde nuestro verdadero ser. Su modo de vivir su humanidad abierta es camino.

Que sea Navidad en nosotros. 
Que sea Belén en nosotros.

Que la pobreza de nuestros intentos por vivir al modo de Jesús, tan parecidos a la pobreza del pesebre, no nos escandalice ni desanime.
Permitamos que lo roto - lo que está abierto, lo que huele mal- que hay en nuestras vidas, cómo aquel establo de Belén, permanezcan ahí invitándonos a un camino de profunda aceptación.

Porque desapropiándonos -no tomando como certezas absolutas lo que pensamos y sentimos- somos capaces de recibir  lo que no puede nacer de nuestros cálculos.
Para que desde lo roto que nos descentra y nos silencia, aceptado y amado, se cuele lo más auténtico que tenemos en nuestras vidas; y sea posibilidad para que los demás puedan acercarse.


Lo que comenzó junto al barro, en Jesús Dios nos termina explicando a que nos desafía su presencia en nosotros desde siempre...
Su humanidad habitada es el camino.

viernes, 24 de diciembre de 2021

DiOs en noSotrOs, qUe exPlotE la ViDa. Lc 2, 1-14


¿DONDE BUSCARTE?

¿Quién escuchará lo que se anuncia en medio de la noche... a la intemperie?

Como le paso a Elías, a la entrada de la cueva, esperando pasar al Señor, tendremos que aprender otros caminos para encontrarte en esta noche de navidad.

Tendremos que dejar que nuestros ojos se acostumbren a mirar en medio de lo que aparentemente es oscuro y resistirnos a que nos encandilen las cosas que brillan y nos llaman la atención...

Tendremos que dar lugar al silencio de la noche -sin miedos a la soledad- y encontrarnos con que el ruido no hace más que distraernos...

Tendremos que aprender a mirar hacia abajo... donde la ternura de un bebe lo dice todo... aunque no habla... soltando los privilegios que creemos tener, los títulos que creemos valer.

Y entonces podremos escuchar el anuncio que se hace de noche, a la intemperie de la vida de muchos... porque es una buena noticia para todos, sin distinción.

Cuanto más nos acercamos a los espacios que no brillan... donde la vida esta de noche... cuanto más nos dejamos llevar por ese impulso que va hacia abajo... más nos encontraremos con el Dios hecho Niño en la gruta de Belén.

La vida y la historia de cada uno de nosotros esta noche es gruta... hay que abajarse para entrar... hay que dejar que los ojos se acostumbren a la noche... hay que vencer el miedo al mal olor...


Entonces escucharemos..."hoy se les ha dado un Niño... envuelto en pañales... su nombre es JESÚS".

Un anuncio que grita que DIOS ES CON NOSOTROS... CON TODOS... CON CADA UNO... 
COMO LO ESTUVO EN JESÚS.

Como fuerza que empuja desde dentro.
Como impulso de vida que convence.
Como misericordia que abraza todo.
Como perdón que crea oportunidades nuevas.
Como servicio que da felicidad.
Como entrega que da sentido.
Como cotidianidad que da paciencia.
Como lucha que renueva la esperanza...


DIOS ESTA EN NOSOTROS.
EN DEFINITIVA COMO AMOR QUE SALVA.

SI AMAS ENTONCES LO ENCONTRARAS.
LO VERÁS. LO ESCUCHARÁS.

Y todo esto comenzó con unas manos en medio del barro...
Y concluyó en la pobreza de un pesebre...



domingo, 19 de diciembre de 2021

Cuándo lo único absoluto es "el Misterio" en nosotros. Lc 1, 39-45

Nos encontramos ante un relato dónde la presencia del "Misterio" - de lo Sagrado - de la VIDA se hace de tal manera presente que rompe con esas esclavitudes que atan a la propia vida al éxito o al rendimiento.

En María de visita a su prima Isabel podemos tener un "espejo" de lo que significa que la Vida esta de visitas.
"LO MÁS GRANDE VISITA A LO MÁS PEQUEÑO".
Dios en lo cotidiano donde la vida está.

Y una mujer que podía quedarse en la alegría conseguida es capaz de permanecer abierta para percibir en lo insignificante de una visita al Dios palpitando dentro. Isabel no se queda con lo conseguido, su capacidad de sorpresa permanece intacta.

En el encuentro de María e Isabel podemos reconocernos y descubrir nuestras propias vidas que muchas veces se perciben encerradas en los "no puedo" o en los desánimos cuando vemos que nada cambia o en el pesimismo y mal humor provocado por estructuras mentales que enferman y debilitan -tanto de parte nuestra o en los demás-.

En el vacío y en la pobreza de María... en lo estéril y en la vejez de Isabel... podríamos encontrarnos con nuestros propios vacíos y  nuestras pobrezas... con esos espacios estériles, con esos espacios que están aferrados a lo viejo.

Nuestra vida que amontona desencantos y pesimismos... impotencias e indiferencias... lugares que limitan el salir hacía los demás (que por momentos cuestionan el sentido del porqué lo estamos haciendo)... lugares que encierran (que sugieren que lo mejor es quedarse en la comodidad)... que hacen del juicio o de ciertas ideas verdades absolutas.

Necesitamos hacernos conscientes de la imagen  que nos trae el evangelio: viendo a Dios tomando partido por gente que no cuenta... por gente de mala fama... además de regalarnos un poco alivio es una invitación a animarnos a mirar lo que nos pasa desde otro lugar. A no darle al miedo todo el poder.

Aquellas mujeres, al recibirse en lo que viven, son "todo escucha" y al mismo tiempo "todo silencio".
¿Qué significa esto?
Que se reciben sin juicios, sin comentarios, están totalmente para el otro. Y al experimentar entonces esa profunda hospitalidadle permiten al Misterio que las habita hacerse presente.

Pero nosotros tendemos a quedarnos encerrados y hacer de los desalientos y quejas ideologías, o "buenas razones" para quedarnos en los pesimismos que lo único que hacen es encerrarnos a los demás.

El encuentro de las mujeres está impregnado de Vida...de esa Vida que se recibe...de esa Vida que se busca... de esa que se comparte... de esa Vida que se recibe como Don y se celebra... de esa Vida que crea  nuevas maneras de vincularse... porque SOLO LA VIDA QUE SE DA CRECE.

De esa manera, este encuentro, nos muestra que en el fondo de nuestros vacíos y esterilidades yace aquello que es capaz de sacarnos del desaliento estéril: LA PASIÓN POR LA VIDA - lo sagrado de la vida-
Esa pasión -que se identifica con lo más genuino, lo más verdadero, lo más auténtico que llevamos dentro- que tiene a la vida como objeto achica distancias... sabe compadecerse... ilumina y no sentencia... se arrima, visita... busca alternativas y no se queda en la queja.

TRANSFORMA EL VACÍO Y LA IMPOTENCIA EN POSIBILIDAD.
Hace de lo sencillo -como una simple visita o un simple diálogo- un espacio de donación, espacio de reino.

Las mujeres del encuentro han sido transformadas al ponerse en contacto con ese Misterio que llena lo más sencillo de verdadera vida.
Pero para eso fue necesario desalojar de sí toda idea, todo juicio, todo comentario y hacer silencio dentro... para crear un espacio dónde sea posible el recibirse, y de esa manera permitirle al Misterio que se manifieste.

Y la "FELIZ POR HABER CREÍDO" 
en realidad es "FELIZ POR HABERSE HECHO DON".

Feliz por haber descubierto que lo mejor que le puede pasar a la vida es "descentrarse, despojarse, empobrecerse, silenciarse".

Feliz porque se hizo DON, porque a quién se había abandonado es DON.


Que Isabel, la visitada, nos enseñe a estar atentos a lo insignificante de la vida por donde Dios nos visita...


Y que María nos enseñe a hacer espacio dentro nuestro... porque solo recibimos según la medida de ese espacio que desocupamos. 






domingo, 12 de diciembre de 2021

"¿Qué teneMos que hAcer?". Sólo JesÚs. Lc 3, 10-18

Que fuerza tenía aquella Voz  que llevo a las personas que la escuchaban a preguntarse: "¿qué tenemos que hacer?"... ¿por dónde caminar?

"El que tenga dos túnicas que dé una - lo mismo el que tenga comida - que la comparta... 
el que cobra impuestos o hace negocios que sea justo... el que tenga autoridad no extorsione ni se aproveche de los demás..."

Una religiosidad que no pasa por la búsqueda del bien del otro es algo falso... una búsqueda de Dios que no se expresa en una mayor compasión y justicia hacía los demás es una falsa religiosidad.

Y aunque en estas palabras podemos percibir lo que Jesús también nos dirá debemos prestar atención al desde donde se invita a obrar así.  Para Juan el Bautista la justicia hacía los demás es una forma de evitar el juicio de Dios que viene... Dios será bondadoso con nosotros porque fuimos bondadosos... Dios nos perdonará porque perdonamos... Dios será justo con nosotros porque lo fuimos...
Para que Dios nos acepte debemos convertirnos.

El juicio y el miedo obligan.
Y de allí nace el mérito y el reclamo.
Y se cae en la frustración y el enojo.


Y tal vez esta manera de pensar y actuar -tan predicada- sigue siendo aceptada por nosotros con mucha fuerza porque tal vez nuestra duda, de que si somos buenos o no es muy grande... quisiéramos saber que hacer para que nos acepten.
Lo que buscamos en las relaciones con las personas lo terminamos buscando también en Dios. 

¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?...
para que nosotros y los demás piensen bien de nosotros o para evitar un juicio o una crítica.

Cuánta energía gastamos queriendo saber como nos ven los demás... como nos perciben los demás.
Cuánta culpa y auto-reproche nos hacemos cuando experimentamos la falla y la equivocación.
Cuánto mal trato nos hacemos cuando esto pasa.
Cuánta presión para que esto no se vea.


Y cuánto enojo hay dentro nuestro porque los demás no responden a esas necesidades.
Cuántas veces nos encontramos hablando en nuestra fantasía con aquellos que hemos percibido como enemigos a nuestra estima.
Y cuánta ansiedad y angustia nos arrastra por no darnos cuenta de estar dependiendo de esas búsquedas... y cuántas veces sentimos que los demás roban nuestra tranquilidad y privacidad... sin darnos aquello que decimos merecer.

SI NUESTRA IDENTIDAD SE PONE EN JUEGO en lo que nosotros o los demás piensan a partir de lo que hacemos o decimos... estamos casi obligados a aparecer perfectos y maduros... y completos y sanos.

NADA QUE VER CON LO QUE SOMOS EN VERDAD... 
INCOMPLETOS Y ROTOS. 
AMADOS Y HABITADOS.

Nuevamente surge la necesidad de la soledad y el silencio como espacio donde se desmantela el personaje que llevamos dentro.

SOLEDAD Y SILENCIO... no para sentirnos bien...
SINO PARA ENCONTRARNOS CON JESÚS QUE ES NUESTRA VERDADERA IDENTIDAD.

Encontrarnos con Jesús es encontrarnos con la Verdad que nos anuncia con su encarnación QUE HEMOS SIDO AMADOS DESDE ANTES DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN ÉL...
Hemos sido aceptados desde siempre...
y esto no depende de nuestras buenas obras... no depende de nuestra perfección.

El punto de partida entonces para obrar el bien es otro, no es por miedo a un juicio sino por sabernos objeto de la Bondad de Dios.
El "desde donde" es haber encontrado la propia verdad que nos libera de nuestros auto-reproches, de las desvalorizaciones y de buscar en los demás eso que sentimos que nos falta...

El "desde donde" es haber encontrado una identidad que no necesita usar a los demás para sentirse bien... 


LOS DEMÁS...

- liberados de que nos den lo que nosotros sentimos que nos falta...
- liberados de los juicios que hacemos a sus situaciones personales...
- liberados de nuestros puntos de vista...
- liberados de nuestros enojos, de nuestros chantajes y manipulaciones...
- liberados de nuestras búsquedas de competencia...

...MOSTRARÁN SU VERDADERO ROSTRO... QUE COMO EL NUESTRO RECLAMAN COMPASIÓN.

El juicio -sea el que sea- o la espera de recompensa -sea la que sea-  limita la compasión... limita quienes somos... limita que nuestra verdad aparezca... limita nuestra verdadera libertad.

Estamos llevados a hacer el bien porque nos habita "el Todo Bien, el Bien total"...
Estamos seducidos a perdonar porque nos habita el Perdón...
Estamos convocados a dar paz -aunque no la sintamos- y a amar siempre porque nos habita quién es la Paz verdadera... y el Amor que nos amó primero y no deja de hacerlo...


Y ESTO SOLO ES POSIBLE A PARTIR DE UN ENCUENTRO QUE SE DA EN EL SILENCIO Y EN LA SOLEDAD...

ENCUENTRO QUE DA IDENTIDAD.

IDENTIDAD QUE DA VERDAD.

VERDAD QUE DA LIBERTAD.

LIBERTAD QUE DA COMPASIÓN.




domingo, 5 de diciembre de 2021

DescuBriendo los proFetas de nueStra viDa... Lc 3,1-6



"En el año quince del reinado del emperador...
bajo el sumo sacerdocio de Anas...,
VINO LA PALABRA DE DIOS sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto..."


Hacía tiempo que la PALABRA no era escuchada de esta forma.
Y esto no sucedió en un tiempo ideal y favorable... sino que se escuchó dentro de la historia tal y como estaba.
Y no se escuchó en medio de palacios o templos... SINO EN EL DESIERTO.

EN LA HISTORIA TAL Y COMO ESTABA.
Y EN EL DESIERTO.

Una vez más la historia de cada uno aparece como el escenario donde el drama de la libertad personal juega su mayor lucha: ¿Cómo elegimos? ¿Qué escuchamos para hacerlo? ¿Nos dejamos llevar o nos detenemos a pensar desde dónde estamos eligiendo?... y ¿Cómo interpretamos lo conflictivo del camino?

Necesitamos entonces volver a encontrarnos con que nuestro camino de liberación no es algo que sucede lineal-mente... sino que toma atajos... tiene idas y venidas... esta lleno de confianzas y dudas...

¿DE DÓNDE ENTONCES ESA SENSACIÓN DE QUE "TODO ESTA PERDIDO"?
¿De dónde la desilusión que está pegada al corazón?
En medio de esa historia en donde muchas situaciones de la vida se convierten en nuestros desiertos porque nos llevan al límite... es el lugar donde la palabra de Dios viene.

Y esto sucede no sin antes exponernos a nuestras verdades a medias... a nuestros deseos torcidos... a las colinas del orgullo levantadas para evitar el encuentro con el otro... a esos abismos donde somos llevados por culpas que no soltamos.
Esto sucede no sin antes exponernos al miedo a quedar solos... a las vergüenzas que nos ocultamos... a las continuas dudas sobre si somos buenos o no... etc...

Y es allí... en la carne rota y herida de nuestra humanidad donde Dios está... donde Dios viene... donde Dios se hace VOZ... se hace PALABRA... se hace CARNE.

Pero tal vez nosotros seguimos enganchados con ese dios que mira con desprecio lo que nosotros consideramos feo... con ese dios que está ahí para castigarnos... o probarnos... que para que él venga nos tenemos que convertir... siendo más profetas de Juan que de Jesús, del cual se separará en el anuncio de cómo es Dios... a quién nada debemos temer.

DIOS SE HIZO CARNE
PARA QUE EN NUESTRA CARNE LO DESCUBRAMOS A ÉL.

La ENCARNACIÓN se convierte entonces en una invitación a no rechazar nada de lo que nos pasa... a permitirnos ser amados allí donde parece que nadie nos puede amar... a soltar esa duda que muchas veces nos persigue de si somos valiosos o no para alguien.

Entonces "las colinas del orgullo" construidas para asegurar ese personaje detrás del cual nos escondemos podrán bajarse... "los valles de nuestra confianza" atravesados por tantas exigencias inútiles podrán elevarse... "lo torcido de nuestros afectos" que buscan agarrar y consumir podrán enderezarse y "lo escabroso de nuestros razonamientos" que creen que todo pasa porque lo han pensado podrán abrirse a la novedad del Reino.

Y en el trato hacía los demás será tan patente percibir "los modos de Jesús" que se hará carne aquello de que "todos verán la salvación de Dios".

ENTONCES AQUELLAS MISMAS SITUACIONES, 
TEMIDAS Y NO QUERIDAS,
SE HAN TRANSFORMADO EN NUESTROS 
PROFETAS DE LIBERTAD.






Junto a María recordamos:
Tiempo de Adviento.
Tiempo de los que andan DESPIERTOS.

TIEMPO DE PROFETAS: de aquellos que saben quienes son 
y ayudan a los otros a descubrir lo mejor que tienen... su propia humanidad. 

Y denuncian lo injusto...
lo que oprime... allanando los caminos...
Iluminando vidas...

ADELANTANDO REINO.

domingo, 28 de noviembre de 2021

¡Qué respiremos Señor esperanza! - Lc 21, 25-28. 34-36



Como en los tiempos de la primera comunidad, hace un tiempo atrás cuando comenzó la pandemia, aparecieron interpretaciones que buscaban explicar desde una mirada de fe, lo que estaba sucediendo... y a cuantos estas maneras de mirar les provocó más incertidumbre, más miedo, más desesperanza en la vida humana y hasta culpa. 

Cuando en realidad, sin caer en fatalismos ni en optimismos baratos, tuvimos que volver a aprender que significa que "somos uno" ... que nos necesitamos unos a otros... que somos responsables unos de otros... y aun, con todo lo vivido, esto sigue siendo una deuda.

Lo mismo sucedió en tiempos de Jesús, frente a las situaciones contradictorias había que buscar la razón para la esperanza; y que mejor manera de hacerlo que leer todo como si Dios estuviese detrás de todo lo que sucedía como si fuese un plan bien orquestado.

Seamos entonces conscientes que ya no tenemos que esperar ninguna salvación que venga de fuera.
Todo lo que podemos llegar a ser ya está en  todos nosotros.
Pero tal vez, como aquella primera comunidad, seguimos sin saber o sin atrevernos a darnos cuenta.
Sigue siendo más fácil estar esperando que nos resuelvan de fuera las cosas y no hacernos cargo de que tenemos una tarea: descubrir nuestro verdadero ser y simplemente serlo.

¿Por qué esto?
Porque caminar hacia allá, supondrá un lento y progresivo desalojo de sí mismo, para estar más disponible, más abiertos, a recibirse de un Otro que fluye como "FUENTE" dentro nuestro.

Por eso necesitamos crear tiempos litúrgicos -como el tiempo del Adviento- para hacernos conscientes de que necesitamos DESPERTAR A LO QUE SOMOS DESDE SIEMPRE: APERTURA Y DONACIÓN.
Y QUE ESTO ES LO QUE SIGNIFICA QUE "JESÚS NAZCA DENTRO NUESTRO": que seamos cada vez más apertura para recibir quienes somos y de esa manera hacernos don para los demás.

No nos perdamos entonces, ni en los textos ni en las interpretaciones que nos hablan de que hay  algo que esperar que venga... cuando es hacía dentro que tenemos que mirar.
Allí el Jesús interior tiene la pretensión de ser para nosotros “único camino”.
HABIENDO VIVIDO A TOPE SU VIDA – OFRECE ESA MISMA POSIBILIDAD A TODOS. 

En él estamos invitados a encontrar “alternativas” para toda situación humana: Modos de mirar la realidad… modos de resolverla… que esperar… donde buscar… que vivir… que me debe preocupar… hacia donde debo mirar… hacia donde caminar para encontrar… donde la paz… como poner límites… como cuidarme… como sentir placer… como amar… como servir… COMO CONFIAR… COMO ESPERAR.

Jesús nos muestra el “hasta donde” es posible en nuestra vida… SOMOS POSIBILIDAD… y como buen compañero de camino… "el Espíritu de Dios en nosotros", acompaña el lento proceso de liberación: el lento y progresivo proceso de desalojo de todas aquellas cosas que solo alimentan ese "falso yo" que no hacen otra cosa que mantenernos dormidos y satisfechos.

De ahí que toda situación…toda debilidad, la propia y la ajena, esconde en su interior una POSIBILIDAD PARA CRECER. Para crecer en comprensión… en entendimiento… en paciencia… en acción de gracias… en esperanza… en Jesús.
Es por eso que podemos celebrar con certeza de que nada... nada... nada... podrá jamás alejarnos de Dios.
TODO SERÁ SIEMPRE UN LUGAR DE ENCUENTRO.

¿PERO COMO VAMOS A PERCIBIR ESTA INVITACIÓN SI  ANDAMOS COMO DORMIDOS?
DESPIERTEN!!!, dice san Pablo (cfr Rom 13, 11-14).
Sacúdanse el polvo de… cuanto tiene aprisionado lo que es verdadero en ustedes… de cuanto hace creer que lo real es eso que pasa y no más.
Andar por la vida sin ver ni sentir… pretendiendo que las cosas no nos afecten… haciendo de las propias necesidades algo absoluto… ES ANDAR DORMIDO.

Estar atrapados por lo que pasa rápido – usar y tirar – llenos de imágenes, de sonidos… como única motivación “sentirse bien”…ES ANDAR DORMIDO.
Confiar solo en lo que se siente o en lo que de primera se piensa… sin un espacio de reflexión y de escucha… rechazando toda espera… todo esfuerzo…todo tironeo…ES ANDAR DORMIDO.
Calmar la sed de vínculo y relación con las redes sociales... ES ANDAR DORMIDO.
Temerle a la libertad por miedo a quedar solos o a quedar señalados… pensar y volver a pensar, sin llegar nunca a tomar una decisión, una posición y actuar en consecuencia… no arriesgar… ES ANDAR DORMIDO.
Hacer de la experiencia único criterio de vida… teniendo miedo a pararse y preguntarse por quién y por qué se corre y se agita…ES ANDAR DORMIDO.
Andar por la vida viviendo la genitalidad sin importar el afecto… eligiendo siempre la comodidad al encuentro gratuito con el pobre… postergando siempre el servicio desinteresado... ES ANDAR DORMIDO.
Estar preocupados excesivamente por el trabajo… por el dinero… por la salud... haciendo de la vida un problema…ES ANDAR DORMIDO.

Podemos andar por la vida dormidos.
PODEMOS PASAR POR LA VIDA SIN HABER VIVIDO.

En la EXPERIENCIA DE JESÚS, Dios nos regala descubrir quienes somos en verdad... de qué estamos hechos... cual es nuestra mayor riqueza… cual es nuestra meta… cuáles son nuestras verdaderas posibilidades.


Y Dios es un ETERNO HOY y su ofrecimiento es para HOY, no es para mañana o para cuando las cosas “mejoren”.
SU OFERTA DE VIDA VERDADERA SE LLAMA JESÚS.
Y ESTÁ COMO UN "TESORO ESCONDIDO" EN TODA SU CREACIÓN.

¡Qué respiremos Señor esperanza! 
Porque no abandonas la obra 
que has comenzado en nosotros 
ni retiras tu oferta de plenitud. 
Amén


lunes, 22 de noviembre de 2021

La LIBERTAD será una VERDAD ENCONTRADA. Jn. 18, 33-37

"El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"». (Mt 4, 8-10)

Desde aquel encuentro en el desierto Jesús no dejará pasar ningún momento para expresar, con gestos y palabras, que su propuesta es una invitación de amistad... que atravesar la vida caminando en sus huellas supondrá descubrir que la pequeñez es don... que el poder es servicio... que la aceptación sin condiciones, y no la resistencia ni la huida, es el camino que abre y transforma toda situación humana, aun lo más oscuro.

QUE LA VERDAD POR LA QUE VALE LA PENA DAR LA VIDA 
ES QUE TODA PERSONA HUMANA ES "MORADA DE DIOS".

Por eso es necesario re-interpretar la fiesta de Jesús como rey y señor del universo (fiesta del 1925) donde muchas veces hemos buscado encontrar en él las soluciones a nuestras dificultades.

Cuánta "desilusión" llevamos encima al constatar que Aquel que tendría que haber salido en garante de nuestras expectativas no lo hizo.
Cuánto "desánimo" con la vida cuando seguimos buscando hacer cosas para conseguir "sentirnos buenos" o que ciertos vacíos desaparezcan...
Cuánta huida hacia cosas que nos dañan cuando interpretamos la presencia del dolor o la soledad como castigo... como injusto frente a tantas cosas que hicimos bien.

Como en la vida, tal vez hubiésemos querido que otras fueran las palabras de Jesús ante Pilatos y no aquellas de "Mi reino no es de este mundo"...

SU DESEO DE escuchar la realidad como es y entregarse a ella sin negar nada... de creer y confiar en las posibilidades que llevamos dentro como humanidad... 
SU DESEO DE de no juzgar a nadie... de dar siempre una oportunidad nueva... de abrir el juego para que nadie se quede fuera... de buscar siempre y nunca dar por perdido a nadie... de cuidar la vida, la más débil, la más pobre, la más pequeña... de liberar de toda esclavitud, aún la religiosa... de estar a los pies de los demás como servidor... de amar hasta en los extremos de la vida... 

                                    CHOCAN CON NUESTROS DESEOS que en muchos momentos descubrimos que van en un sentido contrario: creemos que la vida es un eterno "paraíso" sin partos ni esperas... quisiéramos con nuestra palabra convencer... quisiéramos en nombre de altos ideales (o por ciertos miedos) manejar la vida de los demás... descalificamos a los otros porque no piensan como nosotros -como si lo propio se jugara en el otro-... nos enojamos y chantajeamos con el afecto para controlar y dominar... juzgamos y condenamos como si nosotros tuviésemos la verdad absoluta.

Olvidándonos que Jesús permaneciendo en su decisión de amar dijo que el "HA VENIDO PARA DAR TESTIMONIO DE LA VERDAD...

Más aún que aquel "QUE ES DE LA VERDAD, LO ESCUCHA".

El que se libera de todo poder para expresar en sus gestos cotidianos lo que lleva dentro lo ha escuchado...
El que se libera de todo miedo a perder -protagonismo, reconocimientos, etc- para expresar en sus relaciones con los demás la cercanía de Dios lo ha escuchado...
El que se libera de la avaricia -el retener más para sí- para expresar la gratuidad del amor que se da sin condiciones lo ha escuchado...
El que se libera de todo juicio y condena para expresar en la mirada la misericordia lo ha escuchado...
El que abraza su fragilidad como maestra de humildad frente a su orgullo, y se anima a vivir a la intemperie, lo ha escuchado...
El que deja las palabras y los gestos bruscos por palabras de bondad y de reconocimiento de los pasos del otro -aunque pocos y frágiles- lo ha escuchado...
El que escucha la realidad como se presenta sin rebelarse, y sin huir se entrega a ella, lo ha escuchado...


ENTONCES LA LIBERTAD SERÁ UNA VERDAD ENCONTRADA, CELEBRADA, COMPARTIDA Y VIVIDA.

SERÁ UNA PRESENCIA ESCONDIDA.
EL REINO EN NOSOTROS.
SE LLAMARÁ JESÚS.

"El alma es un camino por el se abre paso
la libertad de Dios desde lo más profundo de sí mismo;
y Dios es el camino por el que se abre paso 
la libertad del alma hacia el fondo inalcanzable de Dios,
que sin embargo, alcanza el alma en lo más profundo de sí."
Hadewijch de Amberes
Mujer libre del siglo XIII

LA VERDAD TRANSFORMA.
VIVIR EN ESA VERDAD CAMBIA LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD.
NOS LIBERA Y NOS DESLIGA DE TODO AQUELLO QUE NOS IMPIDE ALCANZAR LO MÁS PROFUNDO DE NOSOTROS MISMOS.
Y DESAPARECEN LOS MIEDOS... SE RENUNCIA A VIVIR ENTRE LÍMITES...
Y TODO SE VUELVE CAMINO A RECORRER.











domingo, 14 de noviembre de 2021

La ESPERANZA "a las puertas". Mc 13, 24-32

"En aquellos días... el sol se hará tinieblas... las estrellas caerán... y los ángeles serán enviados a reunir a todos...  y no pasará esta generación antes que todo esto ocurra...
El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán..."  
Cuánto miedo hemos generado tomando estás palabras de manera literal; como si Dios estuviese en una guerra "terrible" contra todo aquello que humanamente no vivimos muy bien.

Miedo que ha llevado a demonizar sentimientos, sensaciones... a sentirnos mal por sentir algún sentimiento no agradable como si los sentimientos se pudiesen clasificar en buenos y malos; dejándonos encerrados en el maltrato que eso genera porque no hemos sentido culpables o manchados.

CUÁNTA VIOLENCIA, CUÁNTO RECHAZO, CUÁNTA RESISTENCIA HA GENERADO ESTE MIEDO... cuántos ateos ha producido esta lectura y cuantas reacciones que hoy no aceptamos, no son más que gritos de libertad frente a esta lectura cerrada y estrecha.
Porque hagamos lo que hagamos... al final... somos culpables... 
porque nadie puede presentar una vida sin manchas. 
Ante un "dios" así es preferible vivir bien lejos.

Y aunque lo experimentamos... nos cuesta aceptar que hemos interpretado mal el llamado a ser perfectos.
Sería inhumano si nos pidiesen una vida intachable... sin debilidades ni fallas.
Muy diferente es la invitación a creer y a confiar que lo único importante es que Dios es fiel y que su Amor es GRATUITO y permanece SIEMPRE. 
Una manera de pensar nos lleva a la rigidez... la otra se mueve desde la libertad que le regala un Padre que ama y que no deja de mostrarnos las posibilidades que se esconden en toda situación humana para responder de otra manera... siendo una alternativa para vivir lo que la vida me presenta -aún la experiencia de la falla-.

PERO,
como Israel en su momento... aquellos primeros cristianos ante la tardanza de la venida de Jesús debieron encontrar fundamentos de su esperanza y como Israel también creyeron que "lo mejor estaba siempre por venir".

Hoy estamos invitados a hacer propia una nueva manera de mirar nuestra realidad donde podamos descubrir que toda vida humana es vida en camino... un camino que lleva dentro aquello que lo hace pleno... y esto en medio de la debilidad que nos acompañará siempre.

Pero para descubrir esto debemos dejar de identificar nuestra vida con lo que nos pasa hoy... porque si esto es así... y lo que vivo hoy no me gusta... inmediatamente fantaseo con un futuro en el que Dios tiene que intervenir.

La VIDA ES VIDA... lo que hoy acontece... cómo me dispongo a vivirla la vida hoy, de eso se trata... en el hoy impregnada por el Dios que nos habita.

Cuánta expectativa frustrada... cuánto enojo escondido... cuánta angustia con sabor a resignación porque la vida no es como quisiéramos o porque "dios" no cambia las cosas

DIOS YA INTERVINO EN LA HISTORIA, DESDE SIEMPRE.
Y lo hizo de una manera muy única en la persona de JESÚS.
DESDE ALLÍ NOS HA GRITADO QUE ESTA EN NOSOTROS Y CON NOSOTROS VIVE.


¿QUÉ ESPERAMOS entonces cuando esperamos? es el grito del evangelio de hoy.
Nuestra esperanza no se alimenta de que mañana las cosas serán mejores -aunque esto puede o no suceder- sino en que Dios viene con nosotros... de que Dios está con nosotros... de que Dios se identifica con esa posibilidad más humana que se esconde en nosotros para responder a cualquier situación.

Por eso necesitamos tomar distancia de nuestras sensaciones, emociones... pensamientos... la esperanza es una actitud frente al presente... y supondrá apertura..."sepan que está cerca... a las puertas"... 
"A la puerta" está una manera de vivir la vida de otra manera.

¿Cuándo esperamos de esta forma?
¿Cuándo hacemos carne la ESPERANZA?

Esperamos cuando apostamos a nuestra verdad más profunda y nos despegamos de lo que percibimos en primer lugar, y no nos dejamos llevar simplemente por las ganas o  por lo que sentimos... ni aun por lo que podemos llegar a pensar.
Esperamos cuándo apostamos al perdón... y aprendemos de nuestras heridas.
Esperamos cuándo le permitimos al corazón tener tiempo para sí... y evitamos maltratarnos por la debilidad que descubrimos.

Esperamos cuándo permanecemos en la actitud de servicio aun cuando no nos reconozcan.
Esperamos cuándo nos permitimos jugar... y reír... y bailar... aun cuándo al corazón le atraviesa el dolor.
Esperamos cuándo nos permitimos ser escuchados... que nos ayuden y acompañen.

Esperamos cuándo somos capaces de mirar hacia afuera y salimos al encuentro, y nos compadecemos de los marginados por la pobreza o la soledad.
Esperamos cuándo dejamos de juzgar y creemos en la Bondad que nos habita a todos.
Esperamos cuándo nos podemos alegrar de las capacidades y de los logros de los demás.
Esperamos cuándo no damos a nadie por perdido... y permanecemos cercanos y familiares con ellos. Pensemos aquí en la madre de un hijo/a preso o de un hijo/a con una adicción, ¿qué hace? ¿se aleja o permanece?, ¿de dónde saco el corazón aquella madre?.

Esperamos cuándo generamos posibilidades para que otros puedan esperar...
y puedan escuchar interiormente: "Dios está conmigo porque ustedes están conmigo"

Pero toda apertura tiene sabor a muerte... cada vez que abrimos la puerta a la esperanza a vivir una situación, un acontecimiento de otra manera supone una muerte.
¿Qué muere dentro de nosotros?  
Muere ese yo -ese ego- que quiere tener siempre la razón o busca siempre ganar... que controla, que juzga, que busca dominar dividiendo, que quiere entenderlo todo, saberlo todo, que no quiere sentirse en nada manchado, que busca siempre culpables de lo que le pasa, que busca a los demás para llenar los vacíos que siente, que está resentido...


"El cielo y la tierra pasarán..."
Es decir, lo conocido, 
lo medido,
nuestro estrecho "yo" 
puede entonces pasar, 

porque lo eterno que nos habita
"MIS PALABRAS"
es decir, su persona, su vida, su proyecto,
LO DIOS EN NOSOTROS, lo de posibilidad en nosotros
LO ETERNO 
que infinidad de veces se hace presente 
EN NUESTRAS PALABRAS Y GESTOS 
ESO, NO PASARÁ JAMÁS.

BUENA ESPERANZA PARA CADA UNO.






domingo, 7 de noviembre de 2021

SOMOS lo que DAMOS. Mc 12, 41-44

Como si las palabras ya fuesen suficientes Jesús hace exégesis -lectura e interpretación- de un gesto de una desconocida.
Y lo hace al final de un camino donde insistió en que lo importante y lo más valioso de una persona no está en el exterior ni en lo que aparenta sino que todo depende desde donde se vive... verdad que se encuentra dentro, en lo profundo, dado como DON.

Pero como al ciego del camino a muchos esto les resultaba todavía difícil de ver y más aun de creer.

Jesús está cerca del lugar que se utilizaba para dejar la ofrenda donde tal vez,  muchos dejaban que sus monedas, hicieran un gran ruido para alimentar de esa manera su estima personal.

Pero aquella mujer no quería hacer ningún ruido.
Podía dar sin hacer mucha publicidad del asunto... tal vez por vergüenza o tal vez porque tenía otra cosa ante sus ojos.
En las palabras de Jesús ella había dado “TODO CUANTO TENÍA PARA VIVIR”.

Qué difícil se nos hace captar el verdadero valor de los pequeños gestos cuando estamos tan acostumbrados a hacer cuentas calculando lo que damos según lo que esperamos recibir.

Frente a la totalidad entregada por aquella mujer, el corazón de Jesús vibro... fue un gesto que no le paso desapercibido… se sintió convocado, llamado... el Padre se le revelaba -se le mostraba- en el corazón de aquella anciana como lo había hecho tiempo atrás la viuda de Sarepta frente al profeta Elías.

HABÍA DADO TODO CUANTO TENÍA PARA VIVIR.
Todo lo que constituía su posibilidad de vivir.
Podía abrazar su propio límite -su finitud- sin necesidad de taparse con nada -ni con títulos, ni con cosas, ni con roles ni saberes-.

Podríamos preguntarle:
MUJER, ¿QUÉ TIENES ANTE TUS OJOS?
Nosotros podríamos pensar que tal vez por su situación económica y por su edad, ante sus ojos habría resignación… pesimismo… bronca tal vez mezclada con envidia… etc.
Pero de haber estado alguno de estos sentimientos la hubiesen obligado a reservar un poco tal vez de lo que tenía pensando que tenía todo el derecho de hacerlo.

¿QUÉ TIENES MUJER ANTE TUS OJOS?
O podríamos formular mejor la pregunta:
¿ANTE QUIÉN SABIAS QUE ESTABAS?

“El hombre es lo que es ante Dios y no más” decía san Francisco.
No era entonces un gesto con el cual Jesús quería dar a entender la importancia de la ayuda o de la limosna sino que volvía a insistir sobre que significa vivir… que es la vida para él… un DON que se está recibiendo siempre… que nosotros no somos más que sus depositarios… y que por ende no hay nada que ganar ni perder… que es posible entonces correr riesgos… y que vivir así se alimenta solo de disponibilidad y confianza.

DISPONIBILIDAD Y CONFIANZA,
Que nos hace libres... que nos hace soltar el miedo a perder que nos lleva a ser crueles con los demás.
Que expresa nuestra verdad más profunda, porque quién nos habita es apertura y donación siempre; y esto nos libera de todas esas dependencias y de todas esas formas posesivas de relacionarnos.
Y nos abre a compartir lo que somos y tenemos... a dejar que el ser de Dios fluya a través nuestro... en nosotros.

"El primer centavo no dice nada, 
el último lo expresa todo", dice San Ambrosio.

VIVIR será para nosotros tal vez un largo aprendizaje en saber ubicarnos frente a Aquel que “da de comer a los pájaros del cielo… y viste a los lirios del campo”.
“RECIBIÉNDONOS”, como pobres y necesitados… sumamente vulnerables y abiertos… despojados de tanta cosa con lo que queremos aparentar algo más de lo que somos... descubriendo que no somos lo que conseguimos sino lo que recibimos como don.
SOMOS LO QUE DAMOS.
A MÁS VERDAD, MÁS LIBERTAD.

Tal vez por eso el corazón de aquella mujer era puro...
Porque nada tenía... lo tenía todo... y a nada se aferraba.
Se sabía en Dios y eso le bastaba.

¿SERÁ ENTONCES QUE NOSOTROS NO PERCIBIMOS ESTO PORQUE ESTAMOS DEMASIADO AFERRADOS A MUCHAS COSAS?
¿Será tal vez porque tenemos demasiado miedo a perder lo que somos o lo que tenemos?
O ¿será tal vez que nos asusta la libertad?

Que escándalo Padre que te vuelves corazón de mujer 
para mostrarnos que el camino de la felicidad pasa por nada retener.
Que los pequeños gestos de cada día donde damos vida, tiempo, servicio, dinero… 
lleven al corazón a ponerse, en Jesús, sin nada frente a vos. Amén.


Y desde aquel día, aquella anciana quedó registrada 
en el libro de los pequeños, de los desconocidos 
que son grandes ante Dios.

domingo, 31 de octubre de 2021

Escuchemos. SOMOS AMADOS. Mc 12, 28b-34


Decía Aristóteles que las personas que no se sienten amadas buscan ser admiradas y si no se sienten amadas ni admiradas se sienten morir. 

Valga este argumento para decir que no es posible negar que dentro nuestro habita un anhelo muy grande de amar y ser amados. 
Y tampoco no es posible negar que por razón de las experiencias negativas vividas hemos construido muros para protegernos y guardarnos de lo que consideramos una amenaza a nuestras seguridades. 

La búsqueda de Dios se había convertido en tiempos de Jesús en una razón más para levantar muros con otros pueblos - se sentían mejores porque tenían más preceptos que los demás-; y también su observancia era razón para separar puros e impuros... enfermos y sanos... pobres y ricos. 
Todo estaba justificado por el cumplimiento o no de una ley que se decía "en nombre de Dios".

¿Qué es lo que estaba bien entonces?
¿Qué era lo correcto?

Podríamos decir que aquel escriba que se atreve a preguntar está inmerso en un tiempo marcado por la confusión sobre qué es lo importante - lo esencial - donde tal vez -como hoy- es de "locos" pensar o sentir de otra manera... donde decir algo que se cree más esencial tiene como consecuencia el ser calificado de un grupo o de otro. 

Se había llegado -en la experiencia de fe-  hasta el punto de poder justificar el desentendimiento del otro por no romper con una ley... o no cumplir con alguna obligación.

¿QUÉ ERA LO IMPORTANTE EN LA VIDA?
Cuántas cosas -muy importantes- seguimos poniendo en primer lugar o defendemos con mucha pasión descuidando lo esencial... o tal vez atacando al otro... o tal vez descalificando o haciendo sentir al otro todo el desprecio aún el de Dios.

¿QUÉ ES LO PRIMERO? JESÚS. 
¿QUÉ ES AQUELLO QUE NO PODEMOS PERDER DE VISTA PENSEMOS LO QUE PENSEMOS... O HAGAMOS LO QUE HAGAMOS?

Tenemos muchas razones - demasiadas - para estar lejos unos de otros y aparentemente son cada vez menos las razones para la comunión entre nosotros y con los demás. 

"¿Cuál es el primero de los mandamientos?... pregunto el escriba."
Jesús le responde al escriba trayendo del Antiguo testamento lo que está en lo profundo de la vida... aquello que le da verdadera consistencia... aquello que se ha grabado en nosotros y lo percibimos como ANHELO.

"...Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Dios; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo..."

Jesús nos vuelve a hacer conscientes de que no es posible una vida sin amor... sin la certeza profunda de esa fuerza que nos habita y que nos hace reconocernos valiosos independientemente de nuestras opciones... y que nos mueve a reconocer a los demás. 

"...Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Dios; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas..."
Jesús ubica el AMOR como esa única fuerza capaz de totalizar la vida... como esa posibilidad desde donde todo lo demás puede fluir. 
Por eso la invitación a ESCUCHAR.

ESCUCHEMOS para no hacer de lo que llamamos amor algo egoísta. 
ESCUCHEMOS para no manipular ni condicionar el afecto según lo que quisiéramos conseguir de los demás. 
ESCUCHEMOS para vivir en libertad las relaciones con los demás. 
ESCUCHEMOS para saber callar y respetar el modo de sentir de los demás. 

ESCUCHEMOS... SOMOS AMADOS. 
Dentro tenemos una inmensa capacidad para amar y ser amados. 

Si no escuchamos nos arriesgamos a vivir esa capacidad según nuestros criterios... según nuestras medidas. 
Si no escuchamos la entrega a los demás pierde sentido...y las decisiones contrarias de los demás o los no reconocimientos se transforman en durezas que van cargando el corazón haciendo más pesada la vida.

Y es justamente en la capacidad de amar,
donde se hace visible y creíble el amor que decimos  creer y tener.

ESCUCHAR también nos libera de la  idolatría que no es otra cosa que haberse puesto en el centro de la vida haciendo girar alrededor de sí -de las propias necesidades y criterios- la vida de los demás. 
ESCUCHAR nos libera de la idolatría de la propia imagen donde los logros - aun espirituales- se han convertido en trofeos haciéndonos creer que somos diferentes o mejores que el resto. 

ESCUCHAR el anhelo que se identifica, en lo más profundo, con el AMOR gratuito e incondicional de Dios...
NOS abre al reconocimiento del otro de manera gratuita e incondicional... nos hace experimentar a Dios en la vida.
"Y Jesús le dijo: Tú no estás lejos del Reino de Dios"

Escuchar.
Para crecer en GRATUIDAD.
Escuchar.
Para crecer en INCONDICIONALIDAD.
Escuchar. 
Para crecer en AMOR DE ÁGAPE. 

AMEMOS, ESTAMOS EN DIOS
SU REINO EN NOSOTROS.