¿Quién escuchará lo que se anuncia en medio de la noche... a la intemperie?
Como le paso a Elías, a la entrada de la cueva, esperando pasar al Señor, tendremos que aprender otros caminos para encontrarte en esta noche de navidad.
Tendremos que dejar que nuestros ojos se acostumbren a mirar en medio de lo que aparentemente es oscuro y resistirnos a que nos encandilen las cosas que brillan y nos llaman la atención...
Tendremos que dar lugar al silencio de la noche -sin miedos a la soledad- y encontrarnos con que el ruido no hace más que distraernos...
Tendremos que aprender a mirar hacia abajo... donde la ternura de un bebe lo dice todo... aunque no habla... soltando los privilegios que creemos tener, los títulos que creemos valer.
Y entonces podremos escuchar el anuncio que se hace de noche, a la intemperie de la vida de muchos... porque es una buena noticia para todos, sin distinción.
Cuanto más nos acercamos a los espacios que no brillan... donde la vida esta de noche... cuanto más nos dejamos llevar por ese impulso que va hacia abajo... más nos encontraremos con el Dios hecho Niño en la gruta de Belén.
La vida y la historia de cada uno de nosotros esta noche es gruta... hay que abajarse para entrar... hay que dejar que los ojos se acostumbren a la noche... hay que vencer el miedo al mal olor...
Un anuncio que grita que DIOS ES CON NOSOTROS... CON TODOS... CON CADA UNO...
COMO LO ESTUVO EN JESÚS.
Como fuerza que empuja desde dentro.
Como impulso de vida que convence.
Como misericordia que abraza todo.
Como perdón que crea oportunidades nuevas.
Como servicio que da felicidad.
Como entrega que da sentido.
Como cotidianidad que da paciencia.
Como lucha que renueva la esperanza...
DIOS ESTA EN NOSOTROS.
EN DEFINITIVA COMO AMOR QUE SALVA.
SI AMAS ENTONCES LO ENCONTRARAS.
LO VERÁS. LO ESCUCHARÁS.
Y todo esto comenzó con unas manos en medio del barro...
Como fuerza que empuja desde dentro.
Como impulso de vida que convence.
Como misericordia que abraza todo.
Como perdón que crea oportunidades nuevas.
Como servicio que da felicidad.
Como entrega que da sentido.
Como cotidianidad que da paciencia.
Como lucha que renueva la esperanza...
DIOS ESTA EN NOSOTROS.
EN DEFINITIVA COMO AMOR QUE SALVA.
SI AMAS ENTONCES LO ENCONTRARAS.
LO VERÁS. LO ESCUCHARÁS.
Y todo esto comenzó con unas manos en medio del barro...
Y concluyó en la pobreza de un pesebre...
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