"Jesús le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre..." Jn 20, 11-18
Los signos siempre están ahí... saber interpretarlos es todo un desafío... y cuánto sufrimiento viene de lo que interpretamos... muchas veces sufrimos más por eso que por lo que nos pasa.
A veces la culpa a los demás o el auto reproche nubla todo nuevo sentido, haciéndonos más dependientes de nuestras necesidades y por ende de los demás.
Podemos volver al sepulcro -ausencia, rechazo, muerte, soledad...etc- una y otra vez... y puede detenernos en el pasado o puede transformarse en lugar de algo nuevo...
dónde algo muere en el silencio -dónde la apropiación no tiene lugar... hay algo que soltar- ...
y el vacío que deja se transforma en lugar para que algo nuevo nazca...
y no hay culpas... ni autoreproches... sólo vida... nombres... encuentros... camino.
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