martes, 13 de febrero de 2024

¿Qué es aquello que nos enferma?

Somos cada vez más conscientes que una situación dolida nos enferma; un juicio social nos enferma; un duelo vivido desde la culpa nos enferma; lo no reconocido y tapado nos enferma; los sentimientos sentidos no tolerados al transformarse en emociones nos enferman.

Pero nada que lo hubiese atado a la oscuridad y al aislamiento fue tan fuerte, para aquel leproso, que el deseo de vida despertado por la sola presencia de Jesús. Mc 1, 40-45


¿Por qué darle la ultima palabra a la situación vital y a los pensamientos que sólo repiten hasta la angustia el rechazo recibido?

Acercarse a Jesús, tocarlo, significaba contagiar impureza; pero al mismo tiempo significaba salir de aquellas estructuras que sujetaban la compasión y la limitaban a reglas y modos.
Cuánto orgullo necio habita en nosotros por no dejarnos rescatar de aquellos lugares dónde sólo escuchamos voces de anulación y rechazo.
¡QUE OSADA ES LA HUMILDAD!

«Compadecido de él» Jesús asume los riesgos al romper con toda forma de exclusión y marginación -aún aquella hecha en nombre de Dios-.
Y en vez de contagiar rechazo como la lepra -porque es lo que se irradia cuando no podemos ni recibirnos a nosotros mismos-  Jesús contagia aceptación y esperanza.
Jesús contagia una posibilidad nueva de comprender aquello que vivimos y eso nos salva y nos libera.

Pero podemos pasar por la vida acostumbrándonos a que a ciertos espacios del corazón nunca les llegue esa palabra de aceptación incondicional que toca y libera.
¡Cuánta energía gastada por ocultarnos lo indecible de nuestras vidas!
Podemos pasar por la vida acostumbrándonos a dejar que los miedos de ser vistos en toda nuestra verdad sean más fuertes.
Podemos caer en la tentación de dejarle la última palabra sobre nosotros a la duda de no ser lo suficientemente buenos.
¡Cuánto mal trato nos damos a nosotros mismos!

Nuestro Dios no se bancara jamás la exclusión -el juicio y la condena- que surge de nuestras búsquedas, torcidas y egoístas, de pureza y control. 


HABRÁ QUE SALIR -de esquemas mentales, culturales y religiosos- 
PARA ENCONTRARNOS CON ESA PALABRA DE ACEPTACIÓN INCONDICIONAL QUE HACE DE LA VIDA UN LUGAR MÁS TIERNO Y COMPASIVO...

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