Tercer día: MIRAR A LA CREACIÓN ENTERA ESPERANDO AL SEÑOR

En este tiempo de Adviento toda la creación se prepara para recibir al Niño de Belén… porque todo ha sido creado en Cristo Jesús. Por eso la Tierra entera lo espera…y “gime dolores de parte”. En eso de “esperar” la Naturaleza es maestra.

Los animales y las plantas, las montañas y los valles, los astros del cielo, todo lo que ha salido de la mano del Padre ha sido puesto para que reciba a su Hijo esa noche en el portal de Belén.

Imaginemos los días previos a la noche de Belén para comprender cómo en el obrar de Dios, la Naturaleza y la historia se unen a su proyecto.

Pongamos ante nuestra mirada al buey y al asno, a la oveja y al camello… prendamos una velita.
El asno y el buey darán calor. Las ovejas y los carneros se acurrucarán cerca del Niño para detener la brisa fría. Los camellos vendrán desde lejos trayendo a los Magos de Oriente. El agua que está preparada para los animales va a calmar la sed de María a punto de ser madre. Las hierbas blandas le serán más cómodas para el descanso. La noche cuidará de las tormentas. La luz de la luna y de las estrellas ayudarán a José a conducirse hasta el retablo. Unas ocas maderas le servirán al Niño de cuna. Los pastos y algunas plumas de aves harán de colchón. Y toda la Creación trabajará para que el Niño tenga lo que le negaron otros.

Nos unimos a cada oración diciendo:
QUE TODO LO CREADO NOS HABLE DE TU AMOR.

Cuando sentimos que la vida avanza…
Cuando dudamos de que el Señor trabaja de día y de noche por sus creaturas…
Cuando nos cuesta esperar…
Cuando estamos ansiosos por nuestro futuro…
Cuando no creemos que Dios obra aun en medio del dolor y el silencio…
Cuando nuestra mirada teñida de preocupaciones no nos dejar ver la bondad de lo creado…

Rezamos juntos:
CREATURAS DEL SEÑOR BENDIGAN AL SEÑOR.
ENSÁLCELO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS.

AGUAS DEL ESPACIO BENDIGAN AL SEÑOR.
SOL Y LUNA BENDIGAN AL SEÑOR.
LLUVIA Y ROCIO BENDIGAN AL SEÑOR.
FUEGO Y CALOR BENDIGAN AL SEÑOR.
ROCIOS Y NEVADAS BENDIGAN AL SEÑOR.
ESCARCHAS Y NIEVES BENDIGAN AL SEÑOR.

TODA LA TIERRA BENDIGA AL SEÑOR.
ENSALCELO CON HIMNOS POR SIEMPRE.

MONTES Y CUMBRES BENDIGAN AL SEÑOR.
CUANTO GERMINA EN LA TIERRA BENDIGA AL SEÑOR.
MANANTIALES BENDIGAN AL SEÑOR.
MARES Y RÍOS BENDIGAN AL SEÑOR.
LOS ANIMALES DEL MAR BENDIGAN AL SEÑOR.
LAS AVES DEL CIELO BENDIGAN AL SEÑOR.
FIERAS Y GANADOS BENDIGAN AL SEÑOR.

BENDITO EL SEÑOR EN EL CIELO.
QUE LO VEAN LOS POBRES Y SE ALEGREN.

Oración final
Te pedimos Padre, que nos des un corazón simple, como el de nuestro hermano Francisco, pues tal el amor por lo Creado, que deseaba que, en Navidad, hasta las aves del cielo y todos los animales tuviesen, en ese día, alimento en abundancia.
Así sea

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