
En María de visita a su prima Isabel podemos tener un "espejo" de lo que significa que la Vida esta de visitas.
"LO MÁS GRANDE VISITA A LO MÁS PEQUEÑO".
Dios en lo cotidiano donde la vida está.
Y una mujer que podía quedarse en la alegría conseguida es capaz de permanecer abierta para percibir en lo insignificante de una visita al Dios palpitando dentro. Isabel no se queda con lo conseguido, su capacidad de sorpresa - de asombro- permanece intacta.
En el encuentro de María e Isabel podemos reconocernos y descubrir nuestras propias vidas que muchas veces se perciben encerradas en los "no puedo" o en los desánimos cuando vemos que nada cambia o en el pesimismo y mal humor provocado por pensamientos que enferman y debilitan -tanto de parte nuestra o en los demás-.
En el vacío y en la pobreza de María... en lo estéril y en la vejez de Isabel... podríamos encontrarnos con nuestros propios vacíos y nuestras pobrezas... con esos espacios estériles, con esos espacios que están aferrados a lo viejo.
Pero nosotros tendemos a quedarnos encerrados y hacer de los desalientos y quejas ideologías, o "buenas razones" para quedarnos en los pesimismos que lo único que hacen es encerrarnos a los demás.
Esa pasión -que se identifica con lo más genuino, lo más verdadero, lo más auténtico que llevamos dentro- que tiene a la VIDA cómo objeto achica distancias... sabe compadecerse... ilumina y no sentencia... se arrima, visita... busca alternativas y no se queda en la queja.
TRANSFORMA EL VACÍO Y LA IMPOTENCIA EN POSIBILIDAD.
Nuestra vida que amontona desencantos y pesimismos... impotencias e indiferencias... lugares que limitan el salir hacía los demás (que por momentos cuestionan el sentido de la vida y el porque de lo que se hace)... lugares que encierran y aíslan (que sugieren que lo más cómodo es quedarse en la soledad)... que hacen de los prejuicios o de ciertas ideas, de cómo deberían ser las cosas, verdades absolutas.
Necesitamos hacernos conscientes de la imagen que nos trae el evangelio: viendo a Dios tomando partido por gente que no cuenta... por gente de mala fama... además de regalarnos un poco de alivio, es una invitación a animarnos a mirar lo que nos pasa desde otro lugar.
A no darle al miedo todo el poder.
ESTAMOS MÁS ASUSTADOS QUE HERIDOS...
A no estar siempre peleando con lo que nos toca vivir.
ESTAMOS MÁS A LAS PATADAS CON LA VIDA QUE AGRADECIDOS.
Aquellas mujeres, al recibirse en lo que viven -y cómo lo viven-, son "todo escucha" y al mismo tiempo "todo silencio".
¿Qué significa esto?
Que se reciben sin juicios previos; sin comentarios de "si es bueno o es malo"; sin comparaciones con esa frase "a mi también me paso ...".
Están totalmente para el otro.
Y al experimentar entonces esa profunda hospitalidad, le permiten al Misterio que las habita hacerse presente.
Pero nosotros tendemos a quedarnos encerrados y hacer de los desalientos y quejas ideologías, o "buenas razones" para quedarnos en los pesimismos que lo único que hacen es encerrarnos a los demás.
El encuentro de las mujeres está impregnado de Vida...de esa Vida que se recibe...de esa Vida que se busca... de esa que se comparte... de esa Vida que se recibe como Don y se celebra... de esa Vida que crea nuevas maneras de vincularse... porque SOLO LA VIDA QUE SE DA CRECE.
De esa manera, este encuentro, nos muestra que en el fondo de nuestros vacíos y esterilidades yace aquello que es capaz de sacarnos del desaliento estéril y la desesperanza vacía: LA PASIÓN POR LA VIDA - lo sagrado de la vida-, que es COMUNIÓN, siempre.
Esa pasión -que se identifica con lo más genuino, lo más verdadero, lo más auténtico que llevamos dentro- que tiene a la VIDA cómo objeto achica distancias... sabe compadecerse... ilumina y no sentencia... se arrima, visita... busca alternativas y no se queda en la queja.
ES ENCUENTRO. ES "DIOS CON NOSOTROS".
DIOS EN NOSOTROS.
TRANSFORMA EL VACÍO Y LA IMPOTENCIA EN POSIBILIDAD.
Hace de lo sencillo -como una simple visita o un simple diálogo- un espacio de donación, un espacio de reino.
Hace de lo sencillo, un espacio de entrega y servicio.
Las mujeres del encuentro han sido transformadas al ponerse en contacto con ese Misterio que llena lo más sencillo de verdadera vida.
Pero para eso fue necesario desalojar de sí toda idea, todo juicio, todo comentario y hacer silencio dentro... para crear un espacio dónde sea posible el recibirse, y de esa manera permitirle al Misterio que se manifieste.
Y la "FELIZ POR HABER CREÍDO"
en realidad es "FELIZ POR HABERSE HECHO DON".
Pero para eso fue necesario desalojar de sí toda idea, todo juicio, todo comentario y hacer silencio dentro... para crear un espacio dónde sea posible el recibirse, y de esa manera permitirle al Misterio que se manifieste.
en realidad es "FELIZ POR HABERSE HECHO DON".
Feliz por haber descubierto que lo mejor que le puede pasar a la vida es "descentrarse, despojarse, empobrecerse, silenciarse".
Feliz porque se hizo DON, porque a quién se había abandonado es DON.
Que Isabel, la visitada, nos enseñe a estar atentos a lo insignificante de la vida por donde Dios nos visita...
Y que María nos enseñe a hacer espacio dentro nuestro... porque solo recibimos según la medida de ese espacio que desocupamos.
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