santa Madre de Dios,
María virgen hecha Iglesia,
elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por él
con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Defensor,
en ti estuvo y está toda la plenitud
de la gracia y todo bien!...
Sin negar lo que la tradición nos ha enseñado a lo largo de los tiempos sobre este Dogma de la Inmaculada Concepción creo que, a fuerza del Espíritu, podemos aportar otra mirada...
Creo que muchas veces la interpretación del dogma que escuchamos, no sé si con esa intención, ha separado a María de nuestra condición humana, acentuando una y otra vez nuestra condición de pecadores; haciendo que muchas veces sea el pecado y por ende la culpa, el lugar desde dónde somos invitados a relacionarnos con Dios.
Y el DON regalado a María puede ser comprendido desde otra perspectiva, entonces puede ser interpretado más desde una "DISPOSICIÓN A..." QUE DESDE LA "AUSENCIA DE…", pensando además que el pecado no es lo más importante para Dios.
Me atrevo a afirmar que al decir Inmaculada Concepción, sin reducir el dogma al pecado, es posible estar diciendo “CREADA LIBRE"...cómo nos pensó el Padre y el Espíritu... a imagen de Jesús.
EL DON DE LA LIBERTAD EN MARÍA no ha sufrido disminución alguna, al pasar por tantas mediaciones humanas que podrían haberla afectado.
MARÍA ES LIBRE PARA…
Dejarse atravesar por la Palabra –aún con miedos- hasta el punto de llevarlo en su seno.
Dejarse afectar por la realidad de pobreza e injusticia que vive su pueblo –aún con dolor- hasta el punto de hacerse voz en su canto…
Dejarse conmover por la vulnerabilidad de sus hermanos –aún con su propia debilidad- hasta el punto de hacerse servicio…
Dejarse interpelar por las palabras proféticas de dos ancianos –aún con incertidumbre- hasta el punto de soportar la tensión que produce la oscuridad y el dolor.
Dejarse llevar por el Dios de la Alianza que es también el Dios del desierto… el del camino de la pobreza y la entrega… -aún sin ver y a oscuras- hasta el punto de hacerse Madre de un “condenado a muerte”.
Mirar a María como INMACULADA es anunciarnos de qué estamos hechos... a qué estamos llamados: ser apertura y entrega.
Por eso podríamos decir que María no está delante nuestro… sino detrás… acompañándonos… invitándonos a dejar que el ámbito de nuestra Libertad, por la confianza en la Presencia de Dios en lo más profundo de nuestras vidas, se ensanche cada vez más hasta los márgenes que ella bien conoce…
san Francisco de Asís
Creo que muchas veces la interpretación del dogma que escuchamos, no sé si con esa intención, ha separado a María de nuestra condición humana, acentuando una y otra vez nuestra condición de pecadores; haciendo que muchas veces sea el pecado y por ende la culpa, el lugar desde dónde somos invitados a relacionarnos con Dios.
Y el DON regalado a María puede ser comprendido desde otra perspectiva, entonces puede ser interpretado más desde una "DISPOSICIÓN A..." QUE DESDE LA "AUSENCIA DE…", pensando además que el pecado no es lo más importante para Dios.
Me atrevo a afirmar que al decir Inmaculada Concepción, sin reducir el dogma al pecado, es posible estar diciendo “CREADA LIBRE"...cómo nos pensó el Padre y el Espíritu... a imagen de Jesús.
EL DON DE LA LIBERTAD EN MARÍA no ha sufrido disminución alguna, al pasar por tantas mediaciones humanas que podrían haberla afectado.
MARÍA ES LIBRE PARA…
Dejarse atravesar por la Palabra –aún con miedos- hasta el punto de llevarlo en su seno.
Dejarse afectar por la realidad de pobreza e injusticia que vive su pueblo –aún con dolor- hasta el punto de hacerse voz en su canto…
Dejarse conmover por la vulnerabilidad de sus hermanos –aún con su propia debilidad- hasta el punto de hacerse servicio…
Dejarse interpelar por las palabras proféticas de dos ancianos –aún con incertidumbre- hasta el punto de soportar la tensión que produce la oscuridad y el dolor.
Dejarse llevar por el Dios de la Alianza que es también el Dios del desierto… el del camino de la pobreza y la entrega… -aún sin ver y a oscuras- hasta el punto de hacerse Madre de un “condenado a muerte”.
Por eso podríamos decir que María no está delante nuestro… sino detrás… acompañándonos… invitándonos a dejar que el ámbito de nuestra Libertad, por la confianza en la Presencia de Dios en lo más profundo de nuestras vidas, se ensanche cada vez más hasta los márgenes que ella bien conoce…
para responderle a la Palabra con toda la vida… aún en medio de los miedos… de la persecución… del hambre… del dolor… porque nada de eso es más fuerte "porque el fondo de Dios y mi fondo es el mismo y único fondo"...
MARÍA "Mujer de Dios",
MARÍA "Mujer de Dios",
MARÍA "Casa de Dios",
enséñanos,
que nuestras "pequeñas casas",
también pueden ser de Dios
y de todos aquellos
que llevan su rostro.
Amén
Amén
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