10. "Él nos amo primero..."

En nuestras heridas más profundas están nuestros temores más profundos... lo que más necesitamos parece no llegar nunca dejando el corazón en la soledad y en la angustia.

Encontrarse con ese lugar es duro porque las palabras y los afectos que vienen de fuera no llegan a alcanzarlo...

"Si el grano de trigo no muere, no da mucho fruto..."  Jesús nos invita confiar en la fuerza de transformación que radica justamente allí donde parece que morimos... porque más allá de esos espacios de dolor... más adentro... hay un Amor primero que nos sostiene (cfr 1Jn 4, 7-16).

Es hora de volver a confiar en ese Amor primero que nos da identidad... y entonces podremos dar lugar al enojo de lo perdido o no conseguido... podremos arrimarnos a la impotencia de no poder darnos a nosotros mismos solución o consuelo... podremos permanecer abiertos aún cuando sintamos que nada ni nadie puede llenar ese deseo de incondicionalidad que llevamos dentro... y que no es más que la huella de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. 

En la confianza del Amor dado el corazón se serene... 
Abrámonos a la confianza... 
Todo ya fue abrazado y transformado en más vida para nosotros... 
Aguardemos con las manos abiertas de haber percibido nuestra impotencia de darnos a nosotros mismos la respuesta. 

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