Nos encontramos tal vez con una palabra que intentó agrupar en torno al "sermón de las Bienaventuranzas" una serie de dichos que habrían sido dados por Jesús en varias oportunidades.
Y aunque esto pueda ser así, cada uno de los dichos y a su manera, no dejan de ser una invitación a estar atentos a nuestros modos de mirar y de acercarnos al otro.
Y aunque esto pueda ser así, cada uno de los dichos y a su manera, no dejan de ser una invitación a estar atentos a nuestros modos de mirar y de acercarnos al otro.
Creo que todos, teniendo en cuenta cada vez más nuestras formas de percibir la realidad tan afectadas por nuestras propias historias, podemos estar de acuerdo en la necesidad de seguir cuidando nuestras maneras de acercarnos a los demás.
El evangelio viene a ser entonces una invitación a descubrir la dificultad que primero tenemos con nosotros mismos a la hora de mirar nuestras propias cegueras que imposibilitan de alguna manera el poder ver con más verdad la realidad del otro y lo que el otro puede llegar a necesitar.
Cómo decir lo que se debe hacer en tal o cual situación cuándo hay tanta dificultad para mirarse a si mismo o no hay un ejercicio de soltar en algunas situaciones los propios esquemas desde donde se mira.
Habrá que descubrir que en muchísimas ocasiones somos como "ciegos" pretendiendo "guiar a otros ciegos".
SOMOS CIEGOS...
Somos ciegos cuando nos creemos los dueños de cómo tienen que ser las cosas.
Somos ciegos cuando no contamos con las propias cegueras y andamos por la vida resolviendo los problemas de los demás.
Somos ciegos cuando nunca dudamos de nuestras propias interpretaciones o de aquello que llamamos "primeras intuiciones".
Somos ciegos cuando nos creemos los dueños de cómo tienen que ser las cosas.
Somos ciegos cuando no contamos con las propias cegueras y andamos por la vida resolviendo los problemas de los demás.
Somos ciegos cuando nunca dudamos de nuestras propias interpretaciones o de aquello que llamamos "primeras intuiciones".
Si estamos ciegos con nosotros mismos nos saldrá con mucha facilidad marcar lo dificultoso del otro porque nuestra capacidad de percibir y mirar no será más que aquella que surja de las rendijas por donde... aún en medio de la ceguera... se percibe o entra un poco de luz.
Tal vez será muy bueno recordarnos la necesidad que tenemos de una actitud interior que sea expresión de la bondad que nos habita que podríamos llamar como "aprender a descalzarnos" frente a la realidad sea cual sea.
DESCALZARNOS...
Descalzarnos será permitirle a nuestra condición de caminantes que marque el modo -que sea el criterio- de mirar la vida de los demás.
Descalzarnos será abrazar nuestra identidad de pobres y limitados soltando esa pretensión de aparecer perfectos y mejores que los demás.
Descalzarnos será permitirle a nuestra condición de caminantes que marque el modo -que sea el criterio- de mirar la vida de los demás.
Descalzarnos será abrazar nuestra identidad de pobres y limitados soltando esa pretensión de aparecer perfectos y mejores que los demás.
Descalzarnos será mirar con ternura... o volver a mirar abriéndonos a la pregunta que surge de aquello que no podemos comprender sin querer agotar el misterio de la persona en la respuesta que tal vez pudiésemos encontrar.
Descalzarnos será dejar hablar al corazón que es capaz en medio de cualquier situación encontrarse con la bondad que todo lo habita.
Descalzarnos será dejar hablar al corazón que es capaz en medio de cualquier situación encontrarse con la bondad que todo lo habita.
Descalzarnos será permitirle al "asombro" decirnos una y otra vez que todo o algo no lo es del todo como nosotros lo vemos.
Descalzarnos será caminar despacio porque nuestras propias heridas nos acompañan y reclaman paciencia y mucha humildad.
Descalzarnos será caminar hacia el encuentro con los demás dejando la prepotencia que cierra y dejando también el creernos el ser dueños de la verdad que solo genera rechazos y barreras.
Que de las raíces de nuestra verdad más profunda surjan los gestos y las palabras con las cuales intentamos vivir y vivir con los demás.
Y que no nos desanime el darnos cuenta que esto nos llevará toda la vida.
Y que no nos desanime el darnos cuenta que esto nos llevará toda la vida.