sábado, 26 de noviembre de 2022

ESTAS y VIENES en lo escondido de nuestra vida. Mc 24, 37-42. ciclo A

Comenzamos el ADVIENTO, tiempo marcado por la Esperanza... luz que alumbra las posibilidades humanas de encontrarse, en el aquí y ahora de la propia historia, con esa Presencia que todo lo habita y todo lo llena con un sentido nuevo.

Y al encontrarnos con estos textos que hablan de aquella otra esperanza -muy presente en los tiempos de la primera comunidad- corremos el riesgo de perdernos en falsas interpretaciones.


Con cuánto miedo y juicio se ha vivido muchas veces a partir de ciertas lecturas que se hacen sobre estos textos... donde Dios aparece estando como detrás de una puerta para agarrarnos "en pecado".

Cuanta sospecha y duda sobre nuestra propia humanidad en camino... frágil y teniendo que recomenzar siempre... que nos ha hecho impacientes y poco amigos de la experiencia de la vida como proceso.

ADVIENTO es espera en cuánto tiempo... es la historia humana en cuanto proceso... que lleva a hacer de toda situación y de toda relación un lugar de encuentro con lo escondido de Dios -de lo más verdadero y esencial- que llevamos dentro; por eso hacer de estos días "Adviento" es una invitación a volver la mirada hacía aquella Palabra, que se hizo experiencia humana, por la cual el Padre Dios nos habló definitivamente (cfr. Heb 1, 1-2).


ADVIENTO ES JESÚS.
Es ser invitados a encontrar nuevamente en sus modos de vivir  y estar en el mundo las “alternativas” para toda situación humana: como mirar la realidad… que esperar… donde buscar… que vivir… que me debe preocupar… hacia donde debo mirar… hacia donde caminar para encontrar… donde la paz… cómo poner límites… cómo cuidarme… como sentir placer… como amar… como servir… COMO CONFIAR… COMO ESPERAR.

En la atención a los demás... en el no dar a nadie por perdido... en el servicio pobre... en la entrega a pesar del rechazo... en el optar por la MIsericordia siempre... en el permanecer en la decisión de Amar..
JESÚS nos mostró de qué está hecha nuestra humanidad; cuáles son sus posibilidades y en donde encontraremos PLENITUD.
Por eso no se bancara que el límite personal o la estructura mental –cultural o religiosa- diga hasta donde… no se bancara que la mirada este más puesta en lo que falta… y nos sumemos al desaliento del "¿para qué?... si nada cambia" -porque las cosas no salieron de una- o nos detengamos porque "nadie las reconoce".

JESÚS nos muestra el "hasta dónde" es posible en nuestra vida.
SOMOS POSIBILIDAD… y como buen compañero de camino… acompaña el proceso de liberación… es como si nos dijera: “Yo quiero llevar tu vida… tu corazón… lo que tenes de torcido, de cerrado, de falta de perdón, de oscuro, de vergüenza… aún de deseo, de don, de apertura… hasta aquellas formas, palabras, gestos que expresen lo mejor de vos…lo que realmente sos… COMO TE PENSAMOS CON EL PADRE Y EL ESPÍRITU"


Dios no abandonará jamás la obra que comenzó en nosotros.
Aquí está nuestra ESPERANZA. 

Nuestro hoy con sus luchas -entre lo que nos encierra y lo que somos en verdad- tienen sentido para Dios.

Toda situación y toda debilidad -propia y ajena- serán siempre POSIBILIDADES PARA CRECER en comprensión; para crecer en entendimiento y paciencia, para crecer en acción de gracias y en esperanza... 

PERO ¿CÓMO VAMOS A PERCIBIR ESTA INVITACIÓN 
CUANDO DEJAMOS QUE NOS DUERMAN...?


"DESPIERTEN", le dice Pablo a los cristianos de su tiempo. (cfr. Rom 13, 11-14)
"SACÚNDANSEN EL POLVO DE..." cuanto tiene aprisionado lo que es verdadero en ustedes… de cuánto hace creer que lo real es eso que pasa y no más.
  • Andar por la vida sin ver ni sentir… descartando personas porque molestan o piden un esfuerzo, preocupándose solo de lo que sirve para sí… ES ESTAR DORMIDO.
  • Estar atrapados por lo que pasa rápido – usar y tirar – llenos de imágenes, de sonidos… como única motivación “sentirse bien”…ES ESTAR DORMIDO.
  • Confiar solo en lo que se siente… sin un espacio de reflexión y de escucha… rechazando toda espera… todo esfuerzo…todo tironeo…ES ESTAR DORMIDO.
  • Calmar la sed de vínculo y relación en la compañía de las redes sociales con sus mensajes y juegos... ES ESTAR DORMIDO.
  • Temerle a la libertad… pensar y volver a pensar, sin llegar nunca a tomar una decisión, una posición y actuar en consecuencia… no arriesgar… postergar siempre... ES ESTAR DORMIDO.
  • Hacer de la experiencia único criterio de vida… teniendo miedo a pararse y preguntarse por quién y por qué se corre y se agita…ES ESTAR DORMIDO.
  • Andar por la vida distanciando lo sexual del afecto… eligiendo siempre la comodidad al encuentro gratuito con el pobre… postergando siempre el servicio desinteresado... ES ESTAR DORMIDO.
  • Estar preocupados excesivamente por el trabajo… por el dinero… por la salud... haciendo de la vida un problema…ES ESTAR DORMIDO.


PODEMOS VIVIR DORMIDOS. 
PODEMOS PASAR POR LA VIDA SIN HABER VIVIDO. 

DESPERTEMOS!!!... SALGAMOS -de nuestras propias percepciones... de nuestras miradas torcidas... de nuestras verdades a medias... de nuestras falsas expectativas... de nuestra comodidad que nos deshumaniza... etc...



SALGAMOS AL ENCUENTRO... permitamos que lo más esencial nos salga al encuentro.
DESPERTEMOS...
aÚN cuando hoy lo que percibamos sea lucha entre lo que nos duerme y encierra y lo que nos dice que "somos en verdad".

Buen comienzo de camino a Belén para todos en el adviento que vivimos 
entre lo que hoy tal vez nos tironea y lo que somos en verdad. 
NUESTRA VIDA - TODA ELLA - ES ADVIENTO.



sábado, 19 de noviembre de 2022

DioS en NOsoTRros coMO en JESÚS. Lc 23, 25-43

De la mano de Jesús hemos caminado este año litúrgico y con él comenzaremos de nuevo el tiempo del Adviento... de su mano nos animamos a recomenzar... confiados que dentro de la "Historia de la Salvación", tan conocida y celebrada, sigue habiendo riquezas por descubrir... fuentes de mucha vida para nosotros.

Esto mismo sucede con nuestra historia personal... de la cual no podemos cambiar lo vivido... pero sí aprender de ella. 
Podemos darle a aquellos momentos difíciles un sentido nuevo, posibilitando que se nos descubra el don que allí se guarda; permitiendo que cada vez más todos los espacios de nuestra vida entren en el "misterio de aceptación" comenzado allí en Belén... sellado en Jerusalén.

Pero cómo vamos a confiar en esto sí tal vez nosotros no estamos de acuerdo con lo que le dijo Jesús a PIlatos: "mi reino no es de este mundo"... o seguimos esperando que realice aquello que le gritó uno de los malhechores: "Sálvate a ti mismo y a nosotros..."


Cómo nos encantaría decirle a Jesús que tendría que hacer... como si nosotros supiéramos mejor qué significa ser Mesías...o ser Dios.
¡Cuánta desilusión sentimos porque este Dios no hace lo que nosotros andamos esperando!

Necesitamos abandonar al "niño insatisfecho y caprichoso" y creer y confiar en aquello que Dios cree y confía... en nuestra capacidad para aprender... para mirar distinto y abrirnos a la posibilidad que trae la vida -lo agradable y lo desagradable-.

Necesitamos soltar esas ilusiones que están atadas a nuestras cortas expectativas sobre el futuro... que lo único que hacen es hacernos sufrir por anticipado...


Pero nosotros lo seguimos queriendo REY!!!
Olvidándonos de aquellas luchas con la "tentación del poder" en el desierto... o en Getsemaní frenando la violencia de Pedro cuando este quiso defenderlo y decide, aun en medio del dolor y el miedo que siente, no pasar por alto las consecuencias de su opción: "Amar lo débil como lo ama Dios..."


Pero Nosotros lo queremos REY!!!
aUN cuando una y otra vez nos invitó a ser primeros en el servicio... a ser grandes por estar a los pies de los demás... aun cuando eligió la pobreza -como lugar, como forma, como actitud vital- para invitar... sugerir... atraer a lo más verdadero que llevamos dentro.
Según la imagen de Dios que tengamos es como vivimos, por eso las "claves de vida" que surgen de estas palabras e imágenes de Jesús chocan con las ansias de poder, de imposición, de control, de manipulación que todos llevamos dentro.

¿De dónde surgen entonces éstas actitudes
tan lejanas a las "actitudes y sentimientos de Jesús"?

Necesitamos seguir descubriendo que nada de lo nuestro -quienes somos en verdad- se nos juega en el otro...
- Que nuestras críticas al otro... o los castigos que imponemos... no son más que desvalorizaciones porque el otro mostró su debilidad -una vulgar forma de defender nuestra estima personal... Olvidándonos que la "debilidad del otro" para Jesús será siempre un PUente para crecer en más Misericordia - Más EntrEGA - mÁs serVIcio.
- Que los rótulos que ponemos a los demás no son más que condenas que, generando dudas sobre la bondad del otro, nos hacen permanecer en un lugar de control y manipulación... "rótulos" -carteles- como aquel que pusieron sobre la cabeza de Jesús para burlarse de los judíos: "...había una inscripción: Este es el rey de los judíos..."
- Que detrás de muchas de nuestras defensas absolutas y rígidas sobre ciertas verdades o normas... que dejan a mucha gente fuera... hay viejos rencores... culpas y resentimientos... faltas de libertad que siguen exigiendo reparación...


Pero Nosotros lo queremos REY!!!...  
y él nos ofrece lo que ha sido "la PAsión de su vida"... "el FUego que alimentó sus palabras y sus gestos... y lo consumió": 
EL REINO DE DIOS - 
EL PROYECTO DE DIOS PARA LA CREACIÓN ENTERA.

ReinO de DIOS - AMOR de Dios.
DESEO de Dios.
QUERER de Dios... hecho VIDA y CAMINO para sus hijos.

ReinO de DIos. CAMINO DE HUMANIDAD QUE CREE
EN EL PODER DEL AMOR CAPAZ DE TRANSFORMAR LA VIDA.
Y EN EL PODER DEL PERDÓN CAPAZ DE LIBERAR TODA HISTORIA.

ReinO de DIOS... "Dios en nosotros"...
AMOR QUE ESPERA CONTRA ESPERANZA.

Quienes se animan a expresar en su humanidad lo de Dios que llevan dentro... no creen en el poder de la fuerza que busca dominar, someter y controlar... ni en el poder del miedo y del castigo -tan enemigos del amor- que esclavizan y encierran.


¡VENGA TU REINO!
sea nuestra oración.

DIOS EN NOSOTROS
COMO LO ESTUVO 
JESÚS.











domingo, 13 de noviembre de 2022

"DiOs en noSOtros" haCIEndo huMAnidAd... Lc 21, 5-19

"...Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen...
Se levantará nación contra nación... habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes...
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán... los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre..."

Más allá de lo difícil que es para nosotros este lenguaje apocalíptico; las palabras del evangelio no podrían describir mejor muchas de las situaciones que venimos viviendo.

Situaciones frente a las cuales vamos adoptando diferentes actitudes: algunas defensivas; otras indiferentes; otras de cercanía; otras de un compromiso por la transformación de esas situaciones.

Aquellos hombres que iban experimentando la guerra - el hambre - la persecución y por otro lado la tardanza de Jesús y de su Reino tan ansiado... se vieron empujados a reintrepretar sus palabras... a repensar la Esperanza...a re-ubicarse frente al presente de otra manera.
El fin se tarda... ¿Qué hacemos entonces?

También nosotros tal vez lidiamos en nuestro interior con esa misma TENSIÓN que se expresa en dudas... en miedos... en preguntas frente a la realidad que vemos y que muchas veces padecemos… y más aún cuando hemos caído en la cuenta que en el "compromiso con la realidad se nos juega la vivencia de la fe".

¿A QUÉ NOS CONVOCA JESÚS ENTONCES EN MEDIO DE LAS SITUACIONES QUE HOY PERCIBIMOS?.
- dE la persecución a causa del nombre de Jesús.
- del hambre y la precariedad de lo necesario para vivir de muchos hermanos y hermanas nuestras.
- Del desarraigo de la tierra por parte de muchas familias  que buscan vivir en paz.
- DE los límites que tan fácilmente ponemos a la tolerancia... hasta el punto de justificar guerras o acciones violentas por delitos indecibles.
- Del ahogo y la desesperanza que brotan del maltrato físico y verbal en nuestras familias.
- DE la soledad -carencia de afecto- que viven muchos ancianos al interior de nuestras familias.
- De la destrucción de la vida ocasionada por la droga.
- De la incapacidad para construir relaciones fieles y auténticas.
- De la falta de libertad en la vivencia de la sexualidad.
- De la presencia de las adicciones que nos esclavizan.
- De la inseguridad que se cuela por todos lados provocada por las presiones económicas como así también por la violencia que parece no tener límites.
- De esa creencia que se profundizo con la pandemia de que podemos prescindir de los demás, sobre todo de los que nos molestan (como si pudiésemos apagar la cámara).

¿Cómo no levantar barreras? ¿Cómo no vivir alarmados?
¿Cómo no desesperanzarnos? ¿Cómo no perder con facilidad el sentido de las cosas?

Mejor entonces buscar nuestra propia seguridad... mejor no mirar y ser simples espectadores... mejor preocuparse sólo por los nuestros... mejor pasarla bien... o encerrarnos en nuestros rezos y devociones con aquellos que pensamos lo mismo esperando que Dios se decida de una vez por todas hacer las cosas que tiene que hacer.


En la experiencia de Jesús no existen situaciones de las cuales quiera huir o buscar defenderse, porque de alguna manera no son signos de más o menos confianza en Dios ni de imposibilidad de felicidad; tal vez estos son signos de lo mal que nos tratamos y lo egoísta e indiferentes que podemos ser.

JESÚS NOS INVITA A DESCUBRIR QUE LO IMPORTANTE  - "lo esencial que es invisible a los ojos..."-  no son las cosas que pasan -porque siempre nos pasarán cosas- sino la Presencia de ese Dios que transforma la dura realidad en un brecha, en una puerta hacia algo nuevo… por eso no hay que dejarse engañar por falsas promesas ni alarmarse.

Su PRESENCIA AQUÍ Y AHORA hace del hoy - limitado y herido- una posibilidad de encuentro y no de lucha... una posibilidad para la atención y no para la indiferencia... una posibilidad para desarmar la soledad con el consuelo... una posibilidad para la transformación que deje sin argumentos a la desesperanza...
Su PRESENCIA AQUÍ Y AHORA hace del presente una ESCUELA DE ACEPTACIÓN de la propia limitación... "le da sentido al presente"... donde quedan de lado la resignación y la huida hacia un futuro mejor...

Su PRESENCIA AQUÍ Y AHORA hace del hoy un lugar necesitado de TESTIGOS... no superhéroes ni todopoderosos... sino de TESTIGOS, FRÁGILES Y LIMITADOS, PERO "CARGADOS DE HUMANIDAD"...
Esto es lo único que se nos pide.

"El tiempo es tan largo como la gracia. Entrégate a la gracia del tiempo. No puedes interrumpir la música para atraparla y recogerla: déjala que fluya y vuele, de otro modo no la comprenderás. No la puedas empaquetar en un bello acorde y poseerla para siempre. 

LA PACIENCIA ES LA VIRTUD PRIMERA DE QUIEN QUIERE PERCIBIR. 
Y LA SEGUNDA LA RENUNCIA. 

Pues mira: no comprendes el movimiento de la melodía hasta que suena su último tono..." 

Del Corazón del Mundo - H U Balthazar.



Por eso el camino no será la IMPACIENCIA - de aquel que quiere todo ya y de una única manera- de aquel que cree saber cómo tienen que ser las cosas... cómo se tienen que dar ... eso engendra prepotencia... y a la larga frustración y desesperanza... y al final indiferencia y cerrazón.

El camino no será otro que la PACIENCIA que brota de la humildad -aceptación serena de sí que sabe que no controla ni maneja todo- que se atreve a mirar de otra manera - que deja de andar renegando por lo que tiene que vivir y se anima a ser transformado por esa situación que tiene más de barro que de luz.

Sólo su PRESENCIA en medio de nuestro límite -sufrido y aceptado- nos hace TESTIGOS FIELES Y PACIENTES.
NOS HACE GENTE CONFIADA.

¿Por qué perseverar?... ¿por qué dejarse transformar por lo que se vive?...
¿Por qué disponerse siempre al servicio?... ¿por qué aceptar y no rechazar?
¿Por qué luchar por la justicia? ¿por qué construir la paz?
¿Por qué tener Misericordia? ¿por qué no dar a nadie por perdido?
¿Por qué tener paciencia y humildad en medio de lo contradictorio de la vida?

SIMPLE… porque no hay otro camino para alcanzar lo divino que llevamos dentro que perforando la realidad en la que estamos…
y eso se hace aceptándola, abrazándola;
y llenándola de esa humanidad nueva 
que también está dentro de nosotros.


domingo, 6 de noviembre de 2022

"El fondo de Dios y mi fondo son uno y el mismo fondo" Lc 20, 27-38


Después de aquella entrada a Jerusalén hecha de "alegrías y esperanzas de la gente" Jesús se encontrará con una serie de discusiones y conflictos con aquellos que "guardaban las normas y las buenas costumbres".


Es así que se le presentan estos hombres que formaban parte del grupo de los "saduceos"... 
una clase política dentro de los judíos más ortodoxos que se mantuvo muy cercana al imperio romano como medio para proteger sus intereses económicos y sus privilegios.

Aquellos hombres, tal vez nosotros también, se acercan a Jesús desde una manera de interpretar el mundo... se acercan trayendo dentro de sí las experiencias de ausencia y de separación que tanta ansiedad y tanta angustia generan en nuestras vidas... vienen a Jesús con una manera de percibir la realidad... lo que realmente es... de ahí la necesidad de buscar que algo sea seguro.

Nos sigue costando mucho aceptar que cuando nos hacemos conscientes -porque nos detenemos- de quienes somos en verdad, entramos en contacto con esa Presencia de la cual nunca nos hemos separado.

"El fondo de Dios y mi fondo son uno 
y el mismo fondo" dice el Maestro Eckhart

Crecer en la consciencia de esta realidad no solo da fuerzas para vivir; sino que además transforma el modo de percibir y por ende de vivir lo que nos pasa;  haciéndonos más libres de quedar fijos en las experiencias de rechazo, de ausencia que tan mal nos ponen.

Por más cerca que estemos de los demás... por más comunión que tengamos con el entorno... nuestro modo de percibir, tal vez identificado con nuestras heridas o con nuestras necesidades, nos llevará a cuidar para no perder o a sentir que siempre algo nos falta.
Pero si nos hacemos presentes a nosotros mismos podemos entrar en contacto con esa Presencia que libera y transforma el modo de estar y de relacionarse con todo lo demás.

"Todo está aquí - y a la vez-
todo está por hacerse"  J. Melloni.

Podemos decir entonces que el "cielo comienza aquí y ahora"... y este "aquí y ahora" es lo único que tenemos... como dice una canción:


"La felicidad de la Vida Eterna 
empieza conmigo en la tierra, sentite vivo, la fiesta del Reino comienza acá..."

La Presencia que nos habita – la Vida eterna que comienza aquí, el Reino en nosotros- es una invitación a ser conscientes de los miedos y de la heridas que siguen tironeando la vida.
“Miedos”, expresiones muchas veces de nuestra ignorancia de lo que realmente es y somos:  miedo al abandono, a la soledad, a desaparecer, a ser olvidados, a la muerte.
"Miedos" que muchas veces se transforman en nuestra obsesiva preocupación por la salud o por permanecer jóvenes; o por hacer grandes cosas o "importantes cosas" para ser recordados o  por hacer de nuestros hijos una prolongación de nosotros como sí eso nos asegurará permanecer vivos.
“Heridas” que provocan mucha ansiedad y sufrimiento por no sentirnos queridos, amados, reconocidos o mirados como quisiéramos.
“Heridas” que nos llevan a sentirnos solos y abandonados, asumiendo posturas rígidas, resentimientos eternos y críticas permanentes. 

No hay necesidad de correr hacia ningún lado para alcanzar ese “Lugar primero, el origen del que brota el mundo y nosotros mismos, ese único y mismo Fondo…” cfr. J Melloni. 

El camino no es otro que el entrar sin resistencias a la realidad en la que estamos y somos... aceptando lo que se da.

"Los lirios del campo y las aves del cielo no se preocupan porque están en sus manos...
Tené confianza en mí acá estoy junto a vos..."

Que nos alcance 
la experiencia de Jesús,
y se rompan todas esas formas de pensar que siguen separando a Dios de nuestra condición humana... "nuestro fondo y el fondo de Dios es el mismo"... abriéndonos a una profunda confianza… quitando miedos y culpas.

Que nos alcance 
la experiencia de Jesús,
y nos haga conscientes de que toda nuestra vida -que abraza esta vida física y su muerte- es una con Dios… nunca estaremos lejos.

Que nos alcance 
la experiencia de Jesús,
y descubramos que somos uno con los demás… que somos parte de los demás y de la realidad a la cual buscamos acercarnos… por eso nunca estamos solos ni separados.

Que nos alcance 
la experiencia de Jesús,
descubriéndonos que en la escucha sagrada a la vida de los demás, en el servicio desinteresado - en la veneración profunda de la vida de los demás, se nos juega la vida.