sábado, 20 de agosto de 2022

"SiEndo dÉbileS y liMitaDos... el ABANDONO es el cAminO." Lc 13, 22-30

"Mientras se dirigía a Jerusalén, una persona le preguntó: Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?"

¿Cuáles habrán sido los supuestos de aquel hombre a la hora de preguntar por la salvación?
Y nosotros, ¿de qué necesitamos ser salvados?
¿Sabemos cómo somos salvados... nuestros actos buenos nos salvan?
¿De qué nos tienen que salvar? ¿salvados de lo que a nosotros nos sienta mal?.

Ahora... ¿no será que todas estas preguntas reducen?... ¿porque dan por supuesto que algo malo tenemos dentro... o que hemos hecho algo malo para ser así... y que alguien lo debe reparar... y para eso debemos hacer méritos?

Plantearlo así nos hace conscientes de que muchas de nuestras búsquedas y expectativas nada tienen que ver con la invitación de Jesús de seguirlo contando con nuestra fragilidad.
Jesús nos ha propuesto hacer de la vida un camino donde nos van descubriendo las posibilidades que yacen dentro nuestro a vivir de otra manera... a relacionarnos de otra manera... donde la seguridad ni la apropiación tienen lugar... al contrario... la libertad es el termómetro de que nos hemos encontrado con Aquel que nos da verdadera identidad.

Por eso no es posible caminar detrás de Jesús sin entrar en contacto con ese "yo" que tiende a guardarse... a asegurarse... a buscar para sí una seguridad que cree que vendrá de su imagen protegida de toda imperfección y reconocida por los demás.

No es posible seguir a Jesús sin tocar la propia fragilidad y debilidad.
Ir detrás de Él supondrá abandonar la ilusión de creer que algún día se superarán todos los obstáculos.

Seguir a Jesús significa contar en todo momento con el Perdón que nos abre... nos libera... nos descubre que es lo más verdadero en nosotros.


Y donándonos CONFIANZA nos invitará a percibir un Camino de libertad aun en medio de la fragilidad sentida.

Abrazando... no condenando.
Abriendo... no ocultando.
Iluminando... dando tiempo.
Perdonando... haciéndonos pacientes.


Pero nosotros seguimos preocupados por la inmediato... cómo vivir mejor aquí y ahora... como sentir cada vez menos eso que nos hace sentir menos dignos... tal vez más culpables... no perfectos... incompletos y fallados.

Y seguimos creyendo que la felicidad -por ende la salvación- pasa por ahí... que Dios nos salve y nos libere de cuanto experimentamos como debilidad... porque eso nos hará más felices... mejores personas.

SOMOS LIMITADOS. CRIATURAS.
Y ASÍ HEMOS SIDO LLAMADOS A SER JESÚS.

Un llamado que tiene como punto de partida su Amor fiel - su Perdón gratuito... por eso seguirlo será escuchar y creer más en esa Voz -la del amor y del perdón- que nos dice que hemos sido amados y llamados -desde siempre- así como somos... frágiles y limitados.

Allí somos salvados de nosotros mismos... de ese "yo" que se oculta detrás de tantas máscaras para no mostrar sus propias falencias... de ese "yo" que tiene la ilusión de llegar algún día a ser perfecto para ganarse a Dios... de ese "yo" incapaz de aceptar en los demás sus equivocaciones porque no se banca las propias... de ese "yo" que tiene la pretensión de manejarlo todo...


Necesitamos romper con esas ideas de que somos malos porque está en nosotros la fragilidad...
necesitamos soltar las dudas y el desaliento que surgen al percibirnos en camino siempre.

Seguir a JESÚS... relacionarnos como él lo hace... despertando ganas de vivir en los demás... actuando con justicia y misericordia...  supondrá que nuestro "yo" se estreche... se corra del centro... ayune de tener el control, de sentirse mejor que los demás...
Renuncie a ser perfecto.

PORQUE ALGO NO PUEDE NACER,
SIN QUE OTRA COSA TENGA QUE MORIR ANTES PARA DAR ESPACIO.

Solo reconciliados con nuestra humanidad porque nos aman... podremos dejar de prestarle toda la atención a ese "yo"  que nos lleva a desconocernos... y a que "el dueño de casa" nos desconozca.
Porque no son nuestras limitaciones... ni nuestros pecados... ni nuestros logros y capacidades... quienes dicen quienes somos o cuál es la medida de nuestro corazón...

POdemos caminar al modo de Jesús siendo sanados... siendo perdonados... capa-citándonos a abrazar lo que no manejamos... corriendo de nuestra mirada aquello en lo que nos hemos quedado fijados... para descubrirnos que podemos seguir eligiendo, aun en medio de...


TODOS HEMOS SIDO SALVADOS.
RECONCILIADOS.
Por eso...

Tocar la DEBILIDAD es tocar a Aquel que viene a darnos vida.
Negarla es negar el DON.

Contar con JESÚS ES CONTAR CON SU PERDÓN.
Su PERDÓN es permanente salida - espacio de libertad - no tensión ni rigidez - encuentro y abrazo.

Es GRITO DE ESPERANZA de que es posible seguirlo, 
experimentar  plenitud, 
ser espacio de Reino en medio de la gente, 
crecer en humanidad,
sin dejar de ser débiles y limitados.


"EL ABANDONO ES EL CAMINO... 
MÁS CONFIANZA EN SU MISERICORDIA
QUE EN NUESTRA LIMITADA PERFECCIÓN..." 

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