Como si hubiese necesidad de volver a la fuente... como si hubiese necesidad de reencontrarse -una vez más- con aquello que da sentido a que la vida sea DON.
tAL vez por eso no hay enojo cuando la gente rompe con el descanso, al contrario, el corazón de Jesús nos introduce a la MISERICORDIA a través de gestos de sanación.
LA SOLEDAD SE VUELVE COMUNIÓN.
"Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y compadeciéndose de ella, curó a los enfermos..."
Donde nada se espera la COMPASIÓN pone en movimiento la vida.
La «compasión» es el verdadero lugar en el que se ambienta el milagro.
COMPASIÓN que no es lástima de parte de alguien que se siente más que los demás... sino expresión de ser uno con los demás... que crece cuando nos alcanza la debilidad.
Un "lugar desierto" se ha convertido, por la compasión, en un lugar de sanación y de alimento.
La compasión transforma los miedos.
POne en movimiento la creatividad.
Es fuente de FELICIDAD.
Pero los discípulos tan acostumbrados a los cálculos y a las previsiones piden a Jesús que despida a la gente... le dicen: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos..."
El tiempo de soledad con Jesús será ahora un lugar de misericordia y también un lugar donde seguir aprendiendo la "praxis de las manos"... es decir... la de las manos abiertas al DON... no para recibir ni para comprar.
Si el encuentro con Dios - si los espacios de intimidad con Él- no hacen crecer en nosotros la compasión... si no nos vuelven más humanos... son una ilusión.
Pero los discípulos frente a lo imposible -"dar de comer a tanta gente"- inmediatamente se resignan y le piden a Jesús que pase por alto el momento...
La percepción de que no hay nada que hacer los hace incapaces de ver aún lo poco que tienen... convirtiéndose eso en una mínima seguridad.
Y Jesús frente a la resignación invita a dar lo poco que se tiene.
El milagro comenzará así... siendo capaces de ofrecerle a Jesús lo que no bastaría ni siquiera para ellos... ¿que son "cinco panes y dos pescados" para tantos?.
El milagro no se compra... no nace de las previsiones que se hacen.
Cuántas previsiones se hacen solo para “acaparar más"... para "tener más".
Cuántos cálculos se hacen que no sirven para nada... o cuantos se hacen para destruir.
Jesús libera a los discípulos de los cálculos que siguen dejando a muchos afuera y sin pan... en sus manos unos pocos panes se convierten en abundancia que sacia a todos.
Cuánto cuesta entrar en la dinámica de que "LA ABUNDANCIA VIENE DEL DON".
DON que comienza cuando -como a Jesús y a sus discípulos- nos dejamos "robar el tiempo" ... cuando nos dejamos encontrar por los demás donde ellos están y no dónde nosotros quisiéramos.
"TODOS comieron hasta saciarse...
En aquellos hombres y mujeres -enfermos y hambrientos- el milagro comenzó cuando se fiaron de una palabra que los invitaba a confiar...
"...y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas."
Significa que el alimento que se ha dado no se agota... continúa siendo ofrecido.
En las manos de sus discípulos... lo de Jesús se sigue multiplicando.
Porque el verdadero milagro es dejarse involucrar por la situación del otro... es compadecerse de su dolor... es dejarse afectar por la precariedad del otro.
El MILAGRO ES HABER COMPRENDIDO QUE DESPUÉS DE HABER ESCUCHADO, LA VIDA CONTINÚA EN LAS MANOS.

Una MESA donde todos tienen lugar y no está cerrada para nadie.
Una MESA donde todos volvieron a experimentarse con hambre de algo más que de pan.
Tal vez está será la tarea más difícil en quienes están muy satisfechos... o desencantados de todo... o aquellos que todavía creen que el tener lo da todo... hacer nacer ese DESEO de más dónde Dios dejaría de ser "algo más".
¿Se imaginan liberarnos del esquema de lo "que está bien" o "hasta donde” para vivir desde donde somos compasión y DON PARA LOS DEMÁS?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario