viernes, 25 de diciembre de 2020

Cada día ha sido NAVIDAD...Jn 1, 1-18


Las palabras del evangelio nos hablan de como la Palabra -Dios, dónde no hay ayer, ni hoy ni mañana- se hace TIEMPO.
El que ni lo cielos pueden contener, cambio de lugar... "puso su tienda entre nosotros".

PARA invitarnos a descubrir que Dios siempre ha tenido ROSTRO... ahora se llama JESÚS... y ahora está acostado en un pesebre... siendo uno con toda humanidad pobre y necesitada, como siempre lo ha sido.
Por eso no será entonces en nuestras buenas intenciones o buenos deseos dónde la vida se nos juegue... sino en la capacidad de mirar... de dejarse encontrar... será en las manos abiertas... en el corazón atento y disponible.
"Lo que hiciste al más pequeños de mis hermanos,
a mí me lo hiciste..."


La NAVIDAD es una invitación a mirar, en medio de toda oscuridad, hacía abajo, hacia dentro de toda humanidad... descubriendo de que este modo de ser -de actuar- de hablar de Dios en Jesús, es la PALABRA definitiva dada por Dios para que aprendamos lo que significa, y donde encontrar, VIDA VERDADERA.

La ENCARNACIÓN nos regala entonces una clave preciosa desde donde leer este año marcado por la oscuridad de un virus que por momentos nos dejó en el miedo, en la incertidumbre, en la inquietud.... 

¿Qué nació en nosotros en este largo ADVIENTO?
¿Hacía donde caminamos nosotros en este adviento, en esta larga noche de miedo y espera? 
¿Qué estuvimos buscando? ¿hacía donde miramos...? 
¿Dónde encontramos vida?.

Dios haciéndose tiempo nos descubrió que no hay tiempos mejores o peores... no hay nada que pueda impedirnos vivir en clave de Reino -en clave de escucha, de atención, de servicio,  de perdón, etc-
Que podamos tener la capacidad de dar gracias hoy, por los muchos nacimientos de Jesús -de sus modos- en cada uno de nosotros y en los demás.

"Dios despojado de todo"
... es la LUZ que nos llegó en medio de la noche de este año, desnudando las caretas con las que vivíamos, y también los sentimientos de superioridad con respecto a los demás.
Un anuncio que invita a encontrar a Dios en medio de un pesebre pobre y lleno de olores... rompió con los prejuicios y el chisme con el que nos acercamos a los demás.
Un Dios "envuelto en pañales"... una humanidad atada por la pandemia... desnudó nuestra falta de empatía y nuestra indiferencia con la que vivíamos y que justamente eso es lo que nos estaba enfermando.

Unos pastores, una pobre gente, es la primera que se acerca... nos descubrió quiénes fueron los primeros en acercarse a los sufridos de este tiempo... que no siempre fueron los que se definen por su rol, o por su título o por la función que cumplen.

Dios despojado de todo nos mostro lo más genuino de su corazón... una humanidad despojada de toda seguridad también.
Nuestra humanidad alcanzada por la debilidad, hizo NAVIDAD en cada gesto donde la mirada del otro, la vida del otro -su sufrimiento y su debilidad- fueron el centro de la atención, de la contención y del servicio.

Pero sabemos que no ha sido fácil... que no es fácil... dejar que nuestra vida... toda ella, sea navidad... exprese Jesús. Esto supone el esfuerzo de caminar hacía el propio pesebre donde junto a lo más precioso que llevamos dentro, también se encuentra lo que reprimimos... lo que no aceptamos... lo que sentimos no reconciliado... lo que rechazamos de nosotros mismos... nuestras desvalorizaciones... lo que consideramos perdido y errado... nuestros miedos... lo que experimentamos como oscuro y como fango... nuestro pecado...




Hoy nos vuelven a anunciar que TODO PUEDE ESTAR.
Que así como el establo que no tenía puertas ni ventanas con que defenderse del frío o del calor.
TODO PUEDE ABRIRSE.


NAVIDAD es también dejar el miedo de mirar lo oculto de nuestras vidas... 
Es permitirle a Jesús que desde dentro, con nosotros... haciendo camino... nos descubra una mirada nueva o un sentido nuevo a eso que percibimos que traba la vida... y nos hace quejosos, pocos tiernos con los demás.

La oscuridad -con sus compañeras de viaje como son el miedo y la incertidumbre... la impaciencia y el desgano...- pueden endurecernos -bloqueando la compasión-; y pueden encerrarnos de tal manera que todo, lo de adentro y lo de afuera, lo sintamos como amenaza... 

PERO ES INCREÍBLE EL ESPACIO QUE SE LIBERA
CUÁNDO NOS DEJAMOS DE DEFENDER 
Y CUÁNDO NOS DEJAMOS DE OCULTAR.

Demos gracias... sencillamente aceptemos... que un establo como el nuestro celebro a lo largo del año muchas navidades...
Demos gracias por habernos encontrado rescatando vida de la mano de Jesús... tratando a toda humanidad como un lugar sagrado.

La NAVIDAD... no es un tiempo... es la vida cuando se desbloquea... cuando se abre a la ternura... cuando se deja llevar por la compasión... cuando se convierte en servicio a los demás.

CADA DÍA ENTONCES ES NAVIDAD.


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