siempre de noche, naciendo de nuevo"
P. Casaldáliga
Hay algunos textos en la palabra en donde somos invitamos a mirar hacia ciertos lugares donde hoy no miraríamos porque son otras cosas que hoy nos llaman la atención.
¿Hacia dónde miramos nosotros?
¿Qué buscamos con nuestra mirada?
La invitación de hoy es a mirar las reacciones de un anciano y de una viuda en un templo que fueron capaces de guardar algo muy valioso y muy difícil de conservar: LA ESPERANZA.
¿Cómo se hace para permanecer en la ESPERANZA cuando nada queda?
¿Cuándo las pérdidas parecen tener la palabra más fuerte en nosotros?
¿Cómo se hace para permanecer en la ESPERANZA cuándo desde muy joven, como Ana, nos hemos visto cercados por el vacío y la carencia y la decepción?
Si miramos la historia de Ana que su nombre significa la AGRADECIDA percibimos que los registros que aparecen allí nada tienen que ver con su nombre; al contrario descubrimos exclusión, soledad y vulnerabilidad.
Por eso,
¿Cómo se hace para permanecer en la ESPERANZA cuando parece que solo saboreas amargura y decepción de vos misma o de los tuyos? O ¿cuándo te sientes solo/a porque no te acompañan y parece que te han abandonado?
¿Dónde apoyarnos cuándo nos viene el desaliento porque las circunstancias no son las esperadas?
¿Cuándo el entusiasmo no nos quiere acompañar más?
¿Cuándo el realismo escéptico nos lleva a replegarnos afectivamente porque el abandono es insoportable?
Cuántas "no ganas de vivir" o "aislamientos" provienen de resentimientos y enojos muy profundos con la vida, con los otros porque no nos dieron lo que entendíamos como "necesidad" y que no eran más que nuestros deseos... válidos sí pero imposibles de imponer a los demás.
¿QUÉ FUERZA ESCONDE NUESTRA DÉBIL HUMANIDAD QUE ES CAPAZ DE PERMANECER EN LA ESPERANZA CONTRA TODA ESPERANZA?
Simeón y Ana son testigos de la esperanza que no brilla por su fuerza o porque hace mucho ruido.
Ellos han sido capaces de no cerrar la ventanas de sus vidas y decir "BASTA"... "hasta acá llegue".
CONTINUARON ELIGIENDO LA VIDA.
No sé si sabían hacia dónde los llevaba esa terquedad pero le permitieron a la TERNURA que viene del contacto con la vida que los mantuviera abiertos.
¿QUÉ COSAS SERÁN LAS QUE NOS DAN EL CONTACTO CON LA VIDA?
No se quedaron en sus auto lamentaciones -o resignaciones- ni en la nostalgia de los tiempos pasados.
No le permitieron que los aislaran.
Se mantuvieron en la apertura y no de forma omnipotente sino con pasos muy pequeños: salir de la casa aunque fuese inseguro - caminar y mirar el cielo - atender lo de Dios - atender a los demás - saludarlos y verlos- hacer silencio- charlar con una mamá - ver lo que pasa - sentarse en la plaza - escuchar a un anciano - saludar a extraños - hablar con esa gente que parece que está escondida - exponerse a ser mal mirados...
Y cada paso los puso en contacto con la vida.
Podrían haberse quedado a morir; encerrados en sus miedos a que algo les pasará.
Podrían haberse quedado solos y aislados haciendo caso a alguna voz y sumergidos también en la queja de que nadie los visitaba.
PORQUE NO CERRARON TODAS LAS VENTANAS - PORQUE NO SE QUEDARON ENCERRADOS...
PORQUE ESPERABAN...
pudieron reconocer que Dios se había hecho hermano - hermana... uno de nosotros.
SImeón y Ana le permitieron a la vida -aún en medio de las situaciones contradictorias- a que los transformarán:
A que fueran LUZ para lo que había de oscuro en la propia vida.
A la TERNURA para lo que había de rígido.
A la MISERICORDIA para lo que había de no aceptado.
A la ALEGRÍA para lo que había de bloqueado.
A lo NUEVO para lo que había de inflexible.
A la INQUIETUD para lo que había de estancado.
Al AMOR - al contacto con los otros- para lo que había de desamor.
Esto les exigió un trabajo arduo con el corazón: de escucha y atención; de aprender a callar pensamientos nocivos; de permitirle a la lentitud que obligan los años a darle un ritmo de "no prisa" a la vida; de evitar pasar por alto lo que la vida les iba regalando siendo más agradecidos y menos exigentes.
De esta manera se fueron encontrando con aquel recurso humano más genuino... con ese ADN que todos tenemos: LA ESPERANZA que resultó ser la expresión más genuina de "Dios en nosotros".
DIOS ESTÁ. HAY ESPERANZA.
No porque las cosas serán distintas sino porque la vida nunca se bancará que le digan hasta acá o esta es la única salida o el único sentido.
La fiesta de la Presentación del Señor es la FIESTA DE LA ESPERANZA.
Que nos encontremos alimentándola poniéndonos en contacto con la vida porque Dios está.-
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