miércoles, 14 de septiembre de 2022

"el DIOS dE lOs bRazOs aBiertOs..." Lc 15, 1-32

¿qUién es eSte DiOs que además de EspeRarnos, sAle a nuEstro enCuentro con lOs brAzoS aBierTos?

Todos aquellos que se acercaban a Jesús tenían que hacer este camino... descubrir en Jesús - en sus gestos sobre todo- a un Dios que "la medida de su Amor es ser sin medidas..."

Tanto los que se acercaban para escucharlo como los que se acercaban para criticarlo habían hecho de sus propias ideas sobre Dios y sobre ellos mismos, unas murallas que los encerraban cargándose de culpas y también de acusaciones hacia los demás…

Que difícil comprender la invitación de Jesús a recordar "quienes somos por el simple hecho de existir", cuando el miedo a perder algo o la ansiedad por no verse bueno a manejado la vida… cuando se estuvo detrás de un Dios que premia y castiga.
Qué difícil aceptarlo cuando tanto tiempo los mismos hombres que lo representaban, en nombre de dios, habían dicho que tal profesión o enfermedad o situación nos hacían  impuros, merecedores de castigos… un "abandonado de Dios”.

Como aquella gente, nosotros también seguimos poniendo razones, falsas imágenes, falsas interpretaciones, para evitar el encuentro, donde esa búsqueda de apropiación se quiebra y la avaricia –tendencia a la depredación- queda al descubierto.

Dios es Libertad sin condiciones. Dios es Espíritu. 
Dios es Dinamismo. Es Búsqueda inagotable.
Dios es Vida en movimiento. Dios es Espera sin medidas.
Dios es Misericordia. Dios es Perdón sin límites.
Dios es Suplica. 
Dios es Abrazo que recrea no negando el conflicto.
Dios es Fiesta. Es Amor Gratuito no negando nada.
Dios es Verdad que rompe con nuestras negativas auto-definiciones.
Dios es Compasión que se le conmueven las entrañas 
por los malos tratos a nosotros mismos.

Estamos habitados por esta PRESENCIA que al darse así se expone al riesgo, a la posibilidad del rechazo, a la posibilidad de nuestra infidelidad, al olvido de quienes somos... porque hemos sido creados en libertad.
…por eso sus "entrañas se conmueven" frente a la propia impotencia por no abandonar la "obra de sus manos" que ha preferido la lejanía -o la mezquina obediencia- como lugar de libertad.

Su permanencia en nosotros es expresión de su terca paciencia, de su inagotable generosidad... 
Permanencia del Perdón que es sobreabundancia de don… que es capacidad de recrear incondicionalmente… perdón que no deja de estar -de darse- aunque reciba rechazo…
Y solo se experimentará si aprendemos a perdonarnos… si volvemos a reconocernos y dejamos de agredirnos… si aceptamos la ignorancia con la que actuamos y dejamos de juzgarnos desde la intención.

El Perdón es como la Esperanza... vuelve a poner las cosas en su lugar mirando hacia adelante, sin negar lo sucedido… es como un "grito" de que es posible “responder con más libertad”, aún en medio del conflicto.

Por eso Jesús, a través de la parábola de la Misericordia, nos quiere despertar a quienes somos… nos recuerda cual es nuestra esencia: 
SER "Padre Misericordioso", CAPACES DE ESPERAR... DE INSISTIR... DE HACER FIESTA... DE PERMANECER CON LOS BRAZOS ABIERTOS HACÍA TODOS LOS ASPECTOS DE NUESTRA VIDA.

Démonos cuenta de que muchas veces no sabemos lo que hacemos porque no sabemos lo que somos.

Abracemos al "hijo menor" que llevamos dentro... esa parte nuestra que se busca así misma; que confunde deseos verdaderos con instintos parásitos que vacían la vida;  que se hace esclava de sus propias necesidades; que busca dominar y sacar partido de todas las situaciones sin importar a quién perjudica.
"HIJO MENOR" que tendrá que escuchar el hambre que lleva dentro - los vacíos de sentido - y ponerse en camino hacía el lugar que le da verdadera Identidad: "los brazos abiertos del Padre..."

Abracemos la frialdad del "hijo mayor" que llevamos dentro, esa parte calculadora que busca "hacer todo bien" esperando una recompensa; esa parte mezquina y rígida que no acepta lo diferente; que cerrado por el resentimiento de la falta de reconocimiento no le es posible mirar bien aún los gestos de generosidad de los demás; esa parte amargada que sigue gritando "no es justo..."
"HIJO MAYOR" que tendrá que escuchar su miedo al rechazo - su necesidad de ser amado- y dejarse introducir en la fiesta donde "todo lo del Padre es suyo"...

AMBOS SON ESCLAVOS. 
AMBOS PERMANECEN EN LA IGNORANCIA.
AMBOS NO HAN ENTENDIDO EL AMOR. 
AMBOS NO SABEN QUIENES SON.
AMBOS NO SABEN DE QUÉ ESTÁN HECHOS.

Que la Misericordia de Dios transforme.
Su Amor transforme.
Haga que nuestros brazos permanezcan abiertos.
Que de espera paciente llene nuestros corazones.
Que podamos permanecer fuera de casa... a la intemperie... sin defensas... esperándonos... donde los hijos están... para expresarles con nuestros gestos que somos HIJOS.





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