domingo, 18 de septiembre de 2022

¿Qué necesitamos para "SER"?. Lc 16, 1-13

"Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, 
o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. 
No se puede servir a Dios y al Dinero."

¿Qué nos pasa cuando algo amenaza nuestros intereses?
¿Cuándo se pone en juego aquello donde hemos puesto nuestra seguridad y confianza?
¿Qué buscamos salvar y proteger cuando lo económico se interpone en nuestras relaciones familiares o de amistad?

¿Por qué parece que necesitamos de cosas para ser? ¿Qué estamos queriendo llenar con eso?
Cuántos movimientos del corazón - cuántos sentimientos - cuando algo amenaza nuestro lugar en el mundo, o nuestra seguridad o nuestro bienestar económico.

Lejos de alabar la injusticia... la Palabra de hoy es una pregunta: 
¿HACIA DÓNDE ESTAMOS CAMINANDO?
¿hACÍA dónde caminamos con las decisiones que se hacen?
¿Hacia dónde caminamos con lo que hoy estamos vivimos?
Si somos lo que buscamos, ¿Qué estamos buscando nosotros?


"HACÍA QUIENES SOMOS EN VERDAD"... podría ser nuestra respuesta.

A ser cada día MÁS CONSCIENTES del "tesoro escondido" que llevamos dentro y dejarlo que ilumine toda nuestra vida es la invitación.


Para caminar hacia allí necesitamos crecer en esa libertad que nos desapropia y nos desaloja; libertad que brota al reconocer -a la luz del Espíritu que nos habita- ese mundo que a veces ocultamos - mundo que tiene rostro de sentimientos "feos y desagradables"... que queda reflejado en la vida en las divisiones familiares... en los malos tratos con aquellos que menos tienen... en la ausencia de tiempos gratuitos con los que amamos y de tiempos de servicio solidario... en los resentimientos que acumulamos... donde parece que nos gana la avaricia y lo mezquino... la envidia y el egoísmo... que todos llevamos dentro.

Un primer paso será reconocer nuestras propias luchas.
¿Cómo vamos a estar contentos con menos cuando hay tanta falta de aceptación personal... cuándo hay tanto que llenar?
A menos aceptación... más hay que buscar para calmar... para controlar... para tapar... para no quedarse al descubierto...
¿Cuánta preocupación  hoy no es más que la contra cara del no estar bien consigo mismo... de los malestares que callamos?

Las luchas que ocultamos -esas faltas de aceptación del propio carácter... de esta enfermedad... de ese pecado... de esos malestares cotidianos- consumen nuestra vitalidad y amargan la vida.

"Caminar hacia lo más verdadero" nos da la posibilidad de trabajar con esas luchas... de mirarlas de otra manera, de mirarlas como si fuesen un pasaje - una pascua - por dónde alcanzamos lo divino y crecemos en humanidad.

En ese encuentro de profunda aceptación mueren las falsas ilusiones de aparecer "mejores que los demás", sin manchas ni debilidades; y no habrá entonces necesidad de fingir algo, podremos dejar caer la máscara y que descansen los roles y los títulos... y
no habrá necesidad de llenar ninguna angustia.
Y SABREMOS AL FIN QUIÉN MANDABA EN NOSOTROS.

Sólo quién sabe quién es... sabe para quién es, porque "...el hombre es lo que es frente a Dios y no más." dice San Francisco.

Llegamos a destruirnos y a herir mucho cuando no somos capaces de confesar la codicia y la ambición... la ira y la lujuria que crecen en el corazón.

Ojalá estemos abiertos a pedir ayuda... a buscar todos los recursos que están a nuestro alcance -como el "vivo administrador"- para "hacer camino"... para acercarnos más a lo que nos da "vida verdadera"... porque hemos descubierto que la perfección no es madurez sino disposición a comenzar de nuevo siempre.
Todos necesitamos ayuda en nuestro camino de búsqueda...


"Hacer camino lo que nos pasa... CAMINAR HACIA LO MÁS VERDADERO... DA PAZ.

Nos descubre lo que no es necesario en la vida... lo que se nos pegó en el camino haciéndonos creer que "somos porque tenemos".

"QUIENES SOMOS EN VERDAD" da Paz.

Una serena paz que al liberarnos del tener que aparentar nos abre a la reciprocidad... haciendo de la vida -de toda vida humana- un lugar a cuidar, a defender y proteger su dignidad.
Porque no necesitamos nada para ser podemos estar más contentos con lo que somos, hacemos y tenemos... y los demás entonces dejan de ser amenazas o aquellos a quienes hay que someter. 
La apropiación nos separa, nos divide, nos fragmenta.

"QUIENES SOMOS EN VERDAD" trae paz, hace de las molestias camino, nos corre del centro, y nos permite mirar lo que estamos viviendo de otra manera, descubriendo tal vez lo que está viniendo, aun en medio de lo que sentimos como tormenta. 
Y nos reconcilia con los demás siendo conscientes de que sin los otros no hay plenitud; y nos permite darle a los demás la posibilidad de tener sus propias luchas.


-Acumular el "dinero injusto";
- hacer del consumo y la búsqueda del placer un criterio de vida;
- hacer ostentación de la riqueza;
- estar cerrados al servicio a los más débiles (por comodidad o por "falta de tiempo");
- creer que somos ese rol, ese título, esa relación, esas cosas...

Son pruebas de que estamos incompletos; de que necesitamos cosas para ser.
Nos alejan de quienes somos en verdad y de los demás.

No ayudan a crecer en humanidad.
SON CONTRARIAS A LA BONDAD... porque "no se puede servir a dos señores"


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