domingo, 30 de marzo de 2025

Dios nunca renunciará a Ser Padre... Lc 15, 1-3. 11-32

"...los publicanos y pecadores 
se acercaban a Jesús para escucharlo.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos... Jesús les dijo entonces está parábola..."

Cuánta dificultad para encontrarse con una "buena noticia", cuando durante mucho tiempo se ha vivido desde ciertas "creencias" que, ubicaban a algunas personas por encima de otras, hasta tal punto de justificar la exclusión "en nombre de Dios".

Mientras unos se acercan para escuchar... otros "hablan de atrás" ... tal vez para que no entren en cuestionamiento sus propias ideas y de esa forma permanecer en lo que se hace... Murmuran sobre el comportamiento de Jesús que recibía a todos - pecadores y publicaciones-... convirtiéndose así en persona dudosa -la desacreditación del otro es una muy buena defensa-.

JESÚS no dará nunca a nadie por perdido... 
y desde allí vivirá.

Y tomando la palabra, los invita a contemplar una imagen, donde lo ambiguo y lo mezclado del corazón humano, se traduce en las actitudes de los hijos, que sólo uno sabe abrazar... aceptar... esperar... salir al encuentro: el Padre.

ABRAZAR.  ACEPTAR.
ESPERAR. SALIR AL ENCUENTRO.

Es como si Jesús volviese a decir que, es HIJO porque hace lo que ha visto hacer a Aquel que es su PADRE... y que justamente nosotros seremos hijos si hacemos lo mismo.

Es como si nos preguntará a quién reconocemos como padre... porque eso mostraremos en la vida.
PORQUE NADIE QUE ES HIJO DESCONOCE LOS RASGOS DE SU PADRE.

Para dejarnos encontrar entonces por esta Palabra, y que nos transforme... necesitamos abandonar esas interpretaciones que solo apuntan a denunciarnos los rasgos de los hijos en nosotros cuando la Palabra de Jesús es una invitación a ir más allá... a descubrir que nuestra vocación -aquella que revela quienes somos y a la que estamos llamados- es llegar a ser como el PADRE...

PADRE que frente a la dureza y a la rigidez con la que buscamos "tener vida"... "ser felices"... 
PADRE que frente a las barreras y defensas con las que buscamos diferenciarnos para "sentirnos bien"...

ES ABRAZO DE LO AMBIGUO -DE LO MEZCLADO- DE NUESTRO CORAZÓN... es MISERICORDIA.

"DIOS EN NOSOTROS"; sólo desde ese "espacio interior", dónde somos habitados, podemos tener una mirada, capaz de abrazar nuestras continuas huidas -buscando libertad y autonomía- lejos de aquello que por momentos percibimos como mandato y norma... propias del hijo menor.
Podemos abrazar los vacíos en dónde nos dejan tantas situaciones de debilidad, y permitir que se transformen para nosotros en posibilidad de encuentro con lo que verdaderamente anhelamos... con esos anhelos de amor, de aceptación, de intimidad... de libertad y de vida... que lo atraviesan todo.


Abrazar sin juzgar por dónde hemos buscado satisfacer esos anhelos... lugares donde hemos sentido que nos quitaron todo; y nos dejaron más hambrientos y más insatisfechos.

Abrazar la inseguridad sentida, cuando nos hemos percibido perdidos y abandonados -unos "desconocidos" hasta por nosotros mismos-... con la necesidad entrañable de retornar... de volver allí donde sabemos que hay vida verdadera.

ABRAZARNOS, APRENDIENDO A ESPERARNOS.
SABIENDO VOLVER, ACEPTANDO SER PERDONADOS.
ABRAZARNOS, EXPRESIÓN DE LA MISERICORDIA,
PORQUE NUNCA DEJARON DE HACERLO.

"EL PADRE EN NOSOTROS"... es el espacio desde donde es posible "salir a dialogar" con esa manera de vivir que mide y controla... "resentida y amargada por no sentirse amada"... buscando conseguir lo que ya se tiene como don -sin haber hecho nada para ganarlo-... buscando asegurar lo que no se puede perder por nada - el AMOR.

"Salir a dialogar" con el "hijo mayor" que está dentro nuestro.
Dialogo que entiende... que da razones... que espera el propio tiempo... que no juzga... 
QUE HACE VER QUE NADA FALTA PORQUE TODO SE TIENE. QUE ABRE LA MIRADA. QUE ACEPTANDO EL REPROCHE, INVITA A LA FIESTA.

"SALIR AL ENCUENTRO", ABRAZANDO ESA IGNORANCIA QUE NO COMPRENDE QUE RECHAZANDO AL HERMANO SE RECHAZA A SÍ MISMO.

Estamos invitados a dejarnos llevar por los rasgos y los sentimientos de "Quién nos habita"... que no da lugar al resentimiento y abraza... que no le teme a la lejanía y espera... que no se deja intimidar por la dureza o la rigidez de nuestras posturas y abre el diálogo... que no necesita complacer para sentir que hace bien e invita a la fiesta de lo gratuito.

No es posible encontrarnos con su Presencia en nosotros desde el rechazo a nosotros mismos... o desde el alejamiento para sentirnos más libres... o desde los juicios que nos aíslan de los demás, para sentirnos seguros.
En Dios no hay lugar para el rechazo de lo humano.

"SEAN MISERICORDIOSOS 

COMO EL PADRE ES MISERICORDIOSO"


SOBRE ESTA PALABRA HEMOS SIDO CREADOS.
Y NO HAY OTRA PALABRA QUE REVELE NUESTRO CAMINO Y NUESTRA VOCACIÓN. 
PORQUE EL NOMBRE DE DIOS ES MISERICORDIA.

Sabernos abrazados - aceptados siempre y sin condiciones- desde dentro y en el fondo- es creerle a la palabra de que nada desdice que "SOMOS VALIOSOS";  palabra donde la propia confianza y la estima personal encuentran su verdadero espacio para crecer...para volver a ponerse de pie... para recomenzar siempre.


"SOMOS ACEPTADOS" 
Es la experiencia que, rompe con los complejos y culpas donde habitualmente nos encerramos, cuando las acciones de los demás nos revelan aspectos no queridos por nosotros.
Es la experiencia que, posibilita el abrazo que transforma -el diálogo que abre- de lo que hay de hijo menor e hijo mayor en nosotros.
"SOMOS ACEPTADOS"
Es la experiencia que nos abre -nos posibilita y empuja tiernamente- a tratar a los demás de la misma manera.

Aunque debemos reconocer que esto supone un proceso... un "mientras tanto" que recorremos (de la lejanía al abrazo / del aislamiento a la fiesta)... donde constatamos la experiencia de la miseria y del vacío del que huye continuamente... o del que se encierra y juzga porque tiene miedo...
la invitación es para AHORA... hoy estamos invitados a "RECONOCERNOS EN CAMINO" y a "FIJAR LA MIRADA EN LO QUE HAY DE MÁS VERDADERO EN NOSOTROS".


DESPERTANDO AHORA... SIENDO CONSCIENTE AHORA... DE LO QUE ES MÁS VERDADERO EN NOSOTROS...

Y ABRAZAR, descubriéndonos allí dónde huimos... 

Y ABRAZAR, escuchando los vacíos... 

Reconociéndonos heridos/as... 

ABRAZANDO, no juzgándonos 

Esperándonos. Aún con miedos. 

Confiando en ese Amor que no se corre.

ABRAZANDO, dialogando con todo lo humano que llevamos dentro... 

Sabiéndonos en camino... 

TODO EN NOSOTROS ES CAMINO.


DESPERTEMOS... AHORA... EN ESTE INSTANTE...

A LO QUE ES MÁS VERDADERO EN NOSOTROS...

PORQUE EL PADRE DIOS, NOS DICE HOY: 
"TODO LO TUYO ES MÍO Y TODO LO MÍO ES TUYO".





lunes, 24 de marzo de 2025

Hechos de TIEMPO y LIBERTAD. Lc 13, 1-9

«¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera..."

¿Será que un día Jesús se levantó con el pie izquierdo y empezó a dar patadas y condenas?
¿O no serán más bien palabras que reflejan el deseo de Alguien que no quiere que su persona -ni su propuesta- sea encerrada o leída desde ciertos esquemas o bien muy viejos que encierran o muy actuales que parece que da todo lo mismo?

¿Porque creemos saber cómo actúa Dios? ¿Quién es Dios? ¿Qué es Dios?
 "el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga." (cfr 1Cor 10, 1-6.10-12)
- ¿Qué es lo seguro que creemos tener?... ¿Desde dónde miramos?
Cuando sabemos que vemos la realidad desde lo que somos, desde dónde estamos.

El DON del que nos habla Jesús -expresado en su persona, gestos y palabras- es muy grande para que lo reduzcamos al cumplimiento de normas y leyes (cfr. Gal 5, 4-5)... o de castigos y premios, o a esas búsquedas que nada compromete. 

Sólo si nos miramos desde ese DON que se nos ha regalado -"Dios habitándonos"- se liberará en nosotros una fuerza capaz de sanar -de abrazar- la luz y la sombra; haciendo que nuestra mayor debilidad (herida) se transforme en misión...

A ese espacio sólo el Espíritu tiene acceso por eso nada que nosotros hagamos lo puede afectar. 
Por eso no hay nada que rechazar.

Pero nosotros, como aquellos judíos, seguimos reduciendo lo de Dios -la experiencia de Jesús- a nuestras propias necesidades de sentirnos  "puros y sin mancha";  o bien sentirnos "dignos" para merecer de Dios una vida sin conflictos ni penas; o bien lo reducimos a una espiritualidad intimista, "sentirse bien con uno mismo", que es incapaz de mirar hacia fuera y compadecerse.
Cuánto pensamiento mágico seguimos sosteniendo... o cuánta consciencia culposa nos persigue que nos defendemos, de cuánto cuestione nuestros hábitos (a veces tan centrado en llenar nuestros vacíos)... O cuánta dependencia nociva (a personas, a ideas, a prohibiciones o a modos y hábitos actuales) que nos limita, nos vacía... volviéndonos sordos y ciegos a lo que realmente es la VIDA. 

SI REDUCIMOS EL DON DE DIOS A NUESTRAS PERCEPCIONES O EXPECTATIVAS (o a nuestras necesidades) ENTONCES REDUCIREMOS NUESTRA RESPUESTA.


Escuchamos en la primera lectura -Ex 3, 1-8.13-15- como Dios sale al encuentro de Moisés desde una "zarza que arde sin consumirse"... poniendo una sola condición para acercarse:

"QUÍTATE LAS SANDALIAS, 
porque el suelo que estás pisando 
es TIERRA SAGRADA..."

Para ir hacía el pueblo como liberador, Moisés debe antes dejarse liberar por Dios.
Tendrá que descalzarse para acercarse, y escuchar lo de Dios. Deberá acercarse sin prejuicios... sin la pretensión de querer controlar ni clasificar... Deberá hacerlo despacio... atento... descalzo... sin avasallar.

"Moisés -le dice Dios- porque estás pisando tierra sagrada".... 
Moisés, deberá primero desprenderse de los esquemas de cómo entiende las cosas... de sus formas de mirar y juzgar... de sus formas de responder a la realidad... porque de lo contrario querrás cambiar -violentar lo que es- porque no se ajusta a tus criterios... sin antes aceptarlo.

-DESCÁLZATE!!! - le dice Dios-
Ni nombrar me puedes, por ende, tampoco me podrás controlar ni dominar.
Descálzate porque siempre seré para vos, un MISTERIO -no porque sea algo oscuro e indescifrable sino porque me revelo en el tiempo de tu propia fidelidad.


-DESCÁLZATE!!!... para escuchar lo que ha llegado a mis oídos debes descalzarte -desapropiarte, silenciarte- de vos mismo, sino no me escucharás... -le dice Dios a Moisés-
La "zarza que arde sin consumirse", como "la vida de mi pueblo que sufre y se queja"... como tú propia vida, es el lugar elegido para mirarte y hablarte.

Y así como la zarza que no llama la atención porque es un "yuyo" del desierto espinoso...así también es mi pueblo que sufre...común y espinoso porque está herido.

-DESCÁLZATE MOISÉS!,
tu vida, como la de mi pueblo es vida necesitada de ser mirada y escuchada.


-"Yo escuche tu clamor y he bajado a liberarte..." 
PARA QUE PUEDAS MIRAR COMO YO MIRO.
ESCUCHAR COMO YO ESCUCHO.
LIBERAR A MI PUEBLO COMO YO LO HAGO.



Hermanos y hermanas, la Palabra de este domingo es un llamado a descubrirnos "CREADOS EN LIBERTAD"...
Crecer en libertad es un camino que pasa necesariamente por la escucha de nuestra propia verdad... por el encuentro y la aceptación de nuestra propia historia personal - cargada de luz y de oscuridad - "de opresiones y esclavitudes".

LA ACEPTACIÓN DE ESA VERDAD EN JESÚS, NOS ABRE A LA EXPERIENCIA DE LA LIBERTAD.

Y la LIBERTAD de saber que nuestra vida está en nuestras manos -cómo está en Dios-, nos hace profundamente RESPONSABLES para elegir... para caminar -en Jesús- con aquellos que han decidido ser para los demás espacio de escucha y libertad.

"Nuestra verdad" encontrada en Jesús, y expresada en formas nuevas de relación con un mismo, con los demás y también con Dios... es ya "dar frutos".

No necesitamos que venga alguien a generarnos miedos por castigos que podemos merecer... o esperanzar-nos en premios a conseguir.

"Señor, déjala todavía este año;
yo removeré la tierra alrededor de ella y lo abonaré..."

Hacer de nuestras relaciones expresión del DON que llevamos dentro supone "re-aprender siempre"... supone atención y disponibilidad a cambiar el lugar de donde miramos... "a remover la tierra"... a remover la perspectiva desde dónde pensamos - miramos - y actuamos.

Es lo que llamamos CONVERSIÓN - METANOIA (del griego μετανοῖεν, metanoien, cambiar de opinión, o de meta, o de la mente)... que no se realiza de una vez en la vida.

Es una opción que necesita ser renovada cada día... "déjala todavía este año"; y no porque seamos malos (fuera entonces toda culpa) sino porque estamos hechos así... aprendemos de a poco... despacio.
ESTAMOS HECHOS DE TIEMPO... de deseos y límites...

Señor, que podamos vivir más desde el lugar que nos habitas,
y no tanto desde las desvalorizaciones que nos hacemos.
Que podamos escucharte en nuestra pobre y frágil humanidad
que se defiende porque esta herida.
Que aprendamos a dialogar con todo lo humano que llevamos dentro,
aun con nuestros pecados.
Señor, enséñanos a aceptar la vida como la vida es,
transformando todo, desde adentro,
en nuevas formas de relación.

TÚ eres nuestra VERDAD más profunda.
TÚ nuestra CONFIANZA.
TÚ nuestra LIBERTAD.
TÚ nuestra BÚSQUEDAS DE JUSTICIA Y LIBERTAD.

QUE NOS ANIMEMOS A DESCALZARNOS, SEÑOR.


lunes, 17 de marzo de 2025

VamOs sieNdo trAnsfoRmadOs... Lc 9, 28b-36


"Cuándo iba a ponerse el sol, 
un sueño profundo invadió a Abrahán 
y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso y vino la oscuridad... 

Aquél día el Señor hizo Alianza con Abrahán..." 
(cfr. Gén 15, 5-12. 17-18)



Abrahán tuvo que esperar en el miedo y en el terror.
El Señor vino cuando vino la oscuridad... y allí renovó su alianza.
Y la vida de Abrahán quedo alcanzada por una esperanza nueva.

Los que se han atrevido a caminar en la fe nos comparten la experiencia de que lo de Dios viene muchas en medio de situaciones que tienen estos mismos registros: noche, oscuridad, miedo, espera, angustia, incertidumbre, riesgo... donde una palabra en lo profundo -en el silencio- nos hace experimentar su Presencia... haciéndonos decir lo de Job... "antes lo conocía de oídas, ahora mis ojos lo han visto" (cfr. Job 42,5)

Experiencia que sucede cuando los sentidos y el entendimiento están a oscuras... experiencia que vivimos cuando las fuerzas fallan... cuando ya nada puede salir de nosotros.
Silencio y oscuridad.
Y acontece un cambio - una transformación - de nuestra manera de mirar lo que estábamos viviendo... cambio que vino de la mano de sentirnos amados; por ende de la sensación de que "Todo puede estar" ("no pasa nada").
Y se recobra la esperanza... y las ganas de servir y dar vida.

Tal vez desde aquí podemos comprender la experiencia vivida por los discípulos en la montaña del Tabor... una experiencia vivida después de la pascua, desde la cual las palabras y los gestos de Jesús cobraron verdadero sentido.

Se hace difícil pensar a Jesús haciendo algo espectacular para ahorrarles dolor y frustración a los discípulos -experiencias humanas que ayudan a crecer y despojan de expectativas irreales- y también después de haber presenciado el rechazo a poner la vida y su aceptación social en la seguridad de un evento así... tercera tentación en el desierto.

Cómo muchas de nuestras propias experiencias que necesitan del "es como si..." para ser narradas; así también el relato del evangelio toma de muchos símbolos del AT para poner en palabras aquella experiencia que nublo la fe de los discípulos donde la sola escucha a la Palabra -"Cuando sonó la voz, Jesús se encontraba solo"- les revelaría quién es Dios y por donde caminar para encontrarlo.

Mientras la Luz muestra a Jesús acontece un diálogo con Moisés y Elías sobre la muerte... la oscuridad que viene de la pasión junto a la luz.
Los discípulos hacen esfuerzos por mantenerse despiertos.

Cuando las cosas parecen que no son como nosotros las hemos pensado pierden nuestro interés.
El entusiasmo se ve frustrado por lo real 
que a veces es oscuro o feo.
y hasta las mejores intenciones fallan.

Y Pedro no entiende lo que pasa... no escucha la parte que supone entrega y muerte... esa no es la idea que tiene del Mesías... y quedándose con lo lindo del momento - sin pensar en él-  pide hacer tres carpas.
Pedro... como nosotros... tendemos rápidamente a instalarnos... a retener lo conseguido... a conservar lo que tiene sentido de ganancia y a convertirlo en criterio de vida.

Pedro, Santiago y Juan son conducidos al interior de la nube...nube de la incertidumbre que resquebraja toda imagen falsa de Dios y toda seguridad... mostrando que el camino no pasará por el ganar o el poseer o el conservar... sino por el riesgo a perder... a derrochar... a entregar.
BASTA CON MIRAR A JESÚS.

Sus sentidos -como los nuestros - no están acostumbrados a ese lenguaje ni a esos registros... 
Todo eso tiene sabor a pérdida... a castigo... a no haber hecho bien las cosas.
Y es en ese camino de muerte - entrega  y amor sin límites - donde el Padre dice: 
"ESTE ES MÍ HIJO... ESCÚCHENLO..."

Escúchenlo en sus búsquedas que lo llevan a los últimos... a los perdidos... a los excluidos.
Escúchenlo en su mirada que lo lleva a no condenar a nadie... a creer en la bondad que habita en todos.
Escúchenlo en su manera de estar entre la gente... al servicio y abajo.
Escúchenlo en su modo de amar y perdonar aún a aquellos que le pegan.
Escúchenlo en su camino de entrega... allí su libertad.

ESCUCHEN cómo sólo Jesús sabe escuchar, en medio de todo lo que viven porque esa posibilidad está en nosotros y no es contraria a nuestras carencias.

De ahí que el monte del Tabor revela las claves para entender un poco nuestro propio camino de TRANSFORMACIÓN; que no se realiza de manera espectacular... o tirando fuera lo que para nosotros no sirve...  o percibiendo "todo bien" en nuestra vida... sino que se va haciendo con el material que es la vida misma y para eso será necesario aprender a escuchar cómo sólo Jesús lo hace.

ESCUCHAMOS cuando nos dejamos llevar por el derroche... por la entrega... cuando corremos el riesgo de perder.
ESCUCHAMOS cuando le permitimos a la fatiga, al cansancio, al miedo, a la oscuridad, a la duda... que desestabilice nuestros esquemas de creencias -nuestra seguridad y comodidad-  y nos ponga en camino a Jerusalén - lugar de más entrega, lugar de más vida.

El mayor obstáculo a dejarnos transformar viene de nosotros mismos... de nuestras interpretaciones de lo que vivimos... de nuestros sutiles esquemas rígidos y viejos donde Dios parece que nada puede hacer.

Permanezcamos en la ESCUCHA... como podamos... a veces con sueño... otras con miedo... como los discípulos.

domingo, 9 de marzo de 2025

Necesitamos atravesar el DESIERTO. Lc 4, 1-13


"Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán 
y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado..."

Habiendo tenido la experiencia de estar "animado" - sostenido, habitado, escuchado... Jesús se deja llevar al desierto... como si tuviese que atravesar el desierto para permanecer... para seguir haciendo experiencia de esa verdad que lo habita.
Atravesar el desierto -que en nosotros puede tomar diferentes rostros-, es ir al encuentro con lo mejor de nosotros que, llevado por la confianza busca la apertura -cómo aceptación de lo que es y de lo que llega- y la entrega -cómo disponibilidad ante quién nos sale al encuentro-, como forma de vida; y también es hacerse consciente de la desconfianza que también encontramos dentro; desconfianza que se busca así mismo, que busca construir su propio mundo, que no acepta límites, y que se engancha detrás de cualquier ilusión que venga a satisfacer sus búsquedas, la mayoría de las veces egoístas.

COMO NOS CUESTA COMPRENDER Y ACEPTAR QUE LA PRESENCIA DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA EN NOSOTROS MANIFIESTA LA PRESENCIA DE LA LIBERTAD... EL RIESGO DE LA LIBERTAD... Y NO UNA FALLA QUE HAY QUE CONDENAR Y SACAR.

Superando el lenguaje mítico del evangelio, no necesitamos recurrir a ningún enemigo exterior para hacerle cargo de nuestros actos; ni tampoco recurrir a un milagro para que nos salve de lo que nosotros tenemos que hacernos responsables.

Las tentaciones revelan de alguna manera nuestra Identidad... en dónde estamos parados?... cuáles son nuestras prioridades?... qué motiva nuestra vida verdaderamente?... por quién vivimos?... para quién vivimos? y qué pasa cuando la vida se resquebraja, cuándo lo que construimos se rompe?.

En las tentaciones se muestra en verdad que Jesús ha querido asumir a fondo nuestra condición humana... que no ha querido pasar por alto lo que significa crecer - tomar decisiones - jugarse... lo que significa la crisis - la lucha en nuestra vida... los ciclos vitales.

Momentos, en donde las formas de expresar lo esencial caen, porque no satisfacen, ya no motivan -parecen haber perdido el sentido -. Y la experiencia de la soledad se hace más fuerte; y la tendencia a buscar rápidamente algo que llene ese vacío, se transforma en una salida necesaria.
Momentos, dónde los "demonios" de siempre, cobran nuevas fuerzas, y se muestran con rostros distintos o bajo expresiones muy lógicas -muy razonables-:
-"Nunca me sentí como ahora con esta persona" (en la infidelidad)... 
-"Ya he dado tanto que ahora me toca a mí..." 
-"Si los demás no lo hacen ni se preocupan tanto porque yo sí..." 
-"Ya hace tiempo que no siento nada... será culpa mía?... o algo no estoy haciendo bien?... o tal vez todo es un invento?...

Son estos los momentos que requieren una mirada y una interpretación nuevas... estas son CLAVE para continuar la búsqueda y no resolver lo que nos pasa de manera impulsiva.
Así se acerca el demonio a Jesús, llevando una interpretación concreta de la palabra... a la que Jesús responde con otra cita mostrando lo equivocado de dicha interpretación.

¿Quién tiene razón?¿Cuá
l interpretación, es "de Dios"?
¿A qué nos llama, entonces? 
¿Qué es vivir en clave de seguimiento?
¿A qué idea de Dios responde cada una?

Necesitamos soltar ciertos modos de pensar la vida y por ende a Dios para encontrarnos con una mirada nueva que dé luz a lo que vivimos y que dialogue sin juicio con esa parte de sombra que llevamos dentro.  Muchas veces nuestra propia interpretación nos ahoga... nos encierra... nos condena.

Hacer propio los modos de Jesús...crecer en el seguimiento... como para crecer en la vida... significa pasar por esos momentos donde nuestra IDENTIDAD es puesta en crisis... donde estamos invitados a volver a decirnos quienes somos -desde una mirada nueva-... y para eso hay que atravesar el propio desierto 

"El hombre no vive solamente de pan..." le respondió Jesús.
Llevamos dentro un anhelo de que la vida sea algo más que saciar el hambre de pan -símbolo de nuestras necesidades más esenciales-... y lo notamos... pero a veces es preciso "ayunar" en querer satisfacer todas nuestras necesidades, que nos dejan en la falsa ilusión de estar "satisfechos", pero embotando lo mejor de nosotros que es la apertura y el encuentro con los otros.
Crecer requiere aprender a colocar aquellas cosas que experimentamos como necesidad dentro del mundo de los significados... si no nos volvemos "animalitos". 
Es de humanos tener un "porqué en la vida" que sea más fuerte que cualquier otra cosa... es lo que da sentido y verdadera libertad a la vida...  es lo que ilumina las renuncias y los fracasos.
Y si andamos ciegos de nuestras necesidades, podemos herirnos y herir a los demás.

"Adorarás al Señor, tú Dios,
y a él solo rendirás culto..." le respondió Jesús.
Buscamos autenticidad - ser nosotros mismos... y a veces buscando esto hemos vendido parte de nuestra libertad creyendo en el poder que dan los otros o que dan las cosas... transformándolos en ídolos.
"Somos habitados" - y adorar es reconocerlo en nosotros y en los demás...
Y nadie puede ocupar ese lugar ni nadie puede entonces responder por nosotros frente a la vida... allí estamos solos con Quién nos habita.

"No tentarás al Señor, tu Dios"
Llevamos dentro un anhelo de Incondicionalidad y de una profunda búsqueda de reconocimiento... y a veces buscando esto nos hacemos de tantas maniobras para aparecer "perfectos" y "sin manchas"... casi como Dios.
Delirios de grandeza... sentirse mejores... creer que se sabe todo... sentirse salvadores de los demás... importantes porque siempre se está ocupado... generar grupos selectos - grupos de puros...  no son más que formas de negación de lo que somos en verdad: "barro tosco y oscuro animado por el Espíritu..."
Reconciliarnos con nuestra condición de criaturas nos hace experimentar nuestra verdad de HIJOS... compartiendo un mismo Ser con los demás.

AHORA,
buscando aquello que anhelamos es que nos contentamos a veces con otros "bienes" que nos hacen sufrir y nos esclavizan... y como consecuencia herimos a los demás.

Atravesar el desierto nos desnuda... nos despoja de lo que no somos... y solo atravesando el desierto, nos encontramos con quiénes somos en verdad... ahí radica el poder liberador de nuestros desiertos.

No le tengamos miedo al silencio que viene con el desierto... permitamos que todo lo que nos separa de nosotros mismos se resquebraje.

"Solo en el silencio
y en la oscuridad,
puede verse y oírse lo real."
N.




miércoles, 5 de marzo de 2025

Hacer Reino es hacer Cuaresma. Mt 6, 1-6. 16-18

Hace un tiempo leí un comentario que decía que los evangelios son como "las notas de una sinfonía..." escuchar y dejarse llevar por esa melodía es lo que nosotros podemos hacer.

Y aunque esto parezca algo fácil... con los años nos vamos dando cuenta lo difícil que es escuchar y más aún dejarse llevar.

Al inicio de la Cuaresma se nos invita a escuchar unas notas: Limosna, Ayuno y Oración-; que seguimos interpretando como obligaciones a cumplir o cómo cosas, a través de las cuáles, Dios nos quiere ver sufrir... que no sólo nos dejan tranquilos por hacerlo, sino que además creemos que con eso vamos a conseguir algo más de Dios... reduciendo de esa manera las palabras de Jesús "y el Padre que ve en lo secreto te recompensará...", a una cuestión comercial dónde a Dios le damos algo para que nos devuelva otra cosa -y allí cada uno pone su intención-.

Descubramos que si estas notas no tocan nuestra vida, es decir, no trastocan lo que creemos importante -el hacía donde caminamos-; sino transforman nuestros gestos y palabras en gestos y palabras de Reino -que es a lo que nos llama Jesús: vivir el Reino que está dentro nuestro- que es expresión de una humanidad más plena-;  no solo no estamos escuchado bien, sino que además estamos escuchando otras notas, que parece que nos interesan más.

La LIMOSNA,
es consecuencia de una injusticia donde algunos tienen y otros no.
Injusticia que hace creer que porque damos algo a los que no tienen, ya cumplimos; y al no sentir más la culpa nos sentimos bien.
¿Al servicio de quién estuvo lo que hicimos?

Entrar en la lógica del Reino, es descubrir que es de Justicia compartir lo que tenemos. 
Dar limosna es abrirse a romper con la obsesión del tener -porque nada le aportará algo más a la vida-; a darle la espalda a esa tentación de buscar dominar a los demás -cómo si eso probase algo-; a soltar la lógica del cálculo que pone límites al compartir lo que tenemos con los demás.

Hacer de la limosna expresión del Reino, es hacernos conscientes, cada vez más, de que todos somos mendigos... de ahí la urgencia de salir al encuentro del otro, porque compartimos una misma Identidad y una misma Casa -con sus dolores y alegrías-.

Es abrirnos a la GRATUIDAD de que todo es DON.

Podemos AYUNAR porque tenemos comida todos los días.
Seamos conscientes entonces, de que no se nos juega nada en este gesto... a no ser que, descubramos que la invitación del Reino desde aquí, es ayunar de todo aquello que nos mantiene satisfechos, dormidos e indiferentes.

Ayunar, dejando que aparezcan los vacíos que solemos llenar con tantas cosas, y quede en evidencia quién verdaderamente guía nuestra vida.
Ayunar de nosotros... para que todos puedan tener lo justo y lo necesario... todos los días.
Entrar en la lógica del Reino es hacer lo que está al alcance de cada uno para mejorar la situación de todos.

Entrar en la lógica del Reino es aquello de la primera comunidad... "Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno." (cfr Hech 2, 44-45)
Ayunar es descubrir la GRATITUD de ser Don para los demás.

Abrirnos a la
ORACIÓN,
es caminar hacía lo profundo, dónde somos habitados
es abrirnos a una relación
no es pedirle que haga las cosas que nosotros no hacemos, cómo si Dios, estuviese al servicio de nuestras necesidades y carencias

Entrar en la Oración de Jesús -Reino de Dios- es entrar en un modo nuevo de relación, que se encarna en la relación con los demás donde se rompen los esquemas de exclusión y no hay límites para el amor... donde el corazón es ensanchado.

Entrar en la Oración de Jesús -Reino de Dios- es entrar en contacto con la verdad de "quienes somos y a que somos llamados"... que se hace carne dando vida en toda situación; de ahí la aceptación de cuánto vivimos.

ORAR 
es permitir que se ensanche el corazón a la medida de lo que se adora.
Y claro que esto supone esfuerzo para permanecer, para hacer silencio, con tiempos concretos, aunque nada parezca cambiar.


HACER CUARESMA ES HACER REINO.
Es construir fraternidad... porque somos iguales y nadie es mejor que nadie.
Es acercarnos al diferente, achicando distancias y bajando barreras.
Es salir al encuentro, dejando la comodidad y los miedos.
Es animar la vida siempre, allí donde está y como está. Es construir Justicia.
Es saberse en comunión, con las alegrías y las tristezas de los demás. ¿Quién rechaza la parte del cuerpo, cuándo esta le duele?

HACER CUARESMA ES HACER REINO.
Buscando de esa manera lo que nos hace más "plenamente humanos"

Por favor... volvamos a darle a estos gestos -Limosna, Ayuno y Oración- el sentido de Reino por el cual están.
Cada gesto a su manera tironea al corazón para que descubramos de qué está hecho el nuestro... cuáles son sus posibilidades.

...para el Reino lo que somos... lo que tenemos... lo que deseamos.

domingo, 2 de marzo de 2025

De la aBundanCia del coraZón... Lc 6,39-45


Nos encontramos con un "evangelio" que intentó tal vez, agrupar en torno al "sermón de las Bienaventuranzas", una serie de dichos que habrían sido dados por Jesús en varias oportunidades.
Y aunque esto pueda ser así, cada uno de los dichos, a su manera, no dejan de ser una invitación a "estar atentos" a nuestros modos de mirar y de acercarnos al otro.


Creo que todos, teniendo en cuenta cada vez más, nuestras formas de percibir la realidad tan afectadas por nuestras propias historias, podemos estar de acuerdo en la necesidad de seguir cuidando los modos  -las maneras- de relacionarnos entre nosotros.

El evangelio, viene a ser entonces, una invitación a descubrir la dificultad que primero tenemos con nosotros mismos, a la hora de mirar nuestras propias cegueras, que imposibilitan de alguna manera el poder ver, con más verdad, la realidad del otro y lo que el otro puede llegar a necesitar.
Cómo decirle al otro lo que está haciendo mal, cuándo hay tanta dificultad para escucharnos a nosotros mismos;  para hacernos más responsables -sin culpas ni condenas- de las heridas que traemos.
Cómo saber lo que hay que hacer o no en tal situación, cuándo no somos conscientes de los prejuicios -o de las estructuras mentales, rígidas y estrechas- que llevamos dentro.

El evangelio nos alerta sobre esas sombras -"vigas"- que están en nosotros -que pueden no ser pecado, pero son límites, de los cuales nos tenemos que hacer responsables-; que nublan  nuestra capacidad de mirar a los demás, sin darnos cuenta que podemos estar rechazando en los demás lo que rechazamos en nosotros.

Habrá que descubrir que, en muchísimas ocasiones, somos como "ciegos" pretendiendo "guiar a otro ciego"... "cayendo ambos en un pozo", dónde la oscuridad del mutuo reproche, y la violencia, aparecen cómo las únicas alternativas.

SOMOS CIEGOS...
Somos ciegos cuando nos creemos todo lo que nos decimos de los demás.
Somos ciegos cuando no contamos con nuestras propias cegueras y andamos por la vida resolviendo los problemas de los demás.
Somos ciegos cuando hacemos de nuestras interpretaciones o lecturas de lo que viven los demás, verdades absolutas.
Somos ciegos cuando andamos a las patadas con algo de lo que hoy vivimos -¿o seguimos creyendo aquello de "corazón que no ve, corazón que no siente"?-

Si estamos ciegos con nosotros mismos, nos saldrá con mucha facilidad marcar lo dificultoso del otro, porque nuestra capacidad de percibir y mirar no será más que aquella que surja de las rendijas por donde... aún en medio de la ceguera... se percibe o entra un poco de luz.

Necesitamos hacernos conscientes de la necesidad que tenemos de aprender esa actitud interior, que es expresión de la Bondad que nos habita, y que podríamos llamarla como el "aprender a descalzarnos" frente a la realidad sea cual sea.

DESCALZARNOS...
Descalzarnos será permitirle a nuestra condición de caminantes que marque el modo -que sea el criterio- de mirar la vida de los demás.

Descalzarnos será abrazar nuestra identidad de pobres y limitados, soltando esa pretensión de aparecer perfectos y mejores que los demás.


Descalzarnos será mirar con ternura... o volver a mirar... abriéndonos a la pregunta que surge de aquello que no podemos comprender del otro... sabiendo que nunca podremos agotar en la respuesta que encontremos, el "misterio" que el otro es.
Descalzarnos será dejar hablar al corazón, que es capaz en medio de cualquier situación, encontrarse con la bondad que todo lo habita.

Descalzarnos será permitirle al "asombro" decirnos, una y otra vez, que todo o algo, no lo es del todo como nosotros lo vemos o pensamos.
Descalzarnos será caminar despacio, porque nuestras propias heridas nos acompañan, y reclaman paciencia y mucha humildad.

Descalzarnos será caminar hacia el encuentro con los demás, dejando la prepotencia que cierra, y dejando también, el creernos dueños de la verdad que solo genera rechazos y  barreras.

Que, de las raíces de nuestra verdad más profunda, surjan los gestos y las palabras, con las cuales intentamos vivir y con-vivir con los demás.
Y que no nos desanime, el darnos cuenta que esto, nos llevará toda la vida.