Hace un tiempo leí un comentario que decía que los evangelios son como "las notas de una sinfonía..." escuchar y dejarse llevar por esa melodía es lo que nosotros podemos hacer.
Y aunque esto parezca algo fácil... con los años nos vamos dando cuenta lo difícil que es escuchar y más aún dejarse llevar.
Al inicio de la Cuaresma se nos invita a escuchar unas notas: Limosna, Ayuno y Oración-; que seguimos interpretando como obligaciones a cumplir o cómo cosas, a través de las cuáles, Dios nos quiere ver sufrir... que no sólo nos dejan tranquilos por hacerlo, sino que además creemos que con eso vamos a conseguir algo más de Dios... reduciendo de esa manera las palabras de Jesús "y el Padre que ve en lo secreto te recompensará...", a una cuestión comercial dónde a Dios le damos algo para que nos devuelva otra cosa -y allí cada uno pone su intención-.
Descubramos que si estas notas no tocan nuestra vida, es decir, no trastocan lo que creemos importante -el hacía donde caminamos-; sino transforman nuestros gestos y palabras en gestos y palabras de Reino -que es a lo que nos llama Jesús: vivir el Reino que está dentro nuestro- que es expresión de una humanidad más plena-; no solo no estamos escuchado bien, sino que además estamos escuchando otras notas, que parece que nos interesan más.
La LIMOSNA,
es consecuencia de una injusticia donde algunos tienen y otros no.
Injusticia que hace creer que porque damos algo a los que no tienen, ya cumplimos; y al no sentir más la culpa nos sentimos bien.
¿Al servicio de quién estuvo lo que hicimos?
Entrar en la lógica del Reino, es descubrir que es de Justicia compartir lo que tenemos.
Dar limosna es abrirse a romper con la obsesión del tener -porque nada le aportará algo más a la vida-; a darle la espalda a esa tentación de buscar dominar a los demás -cómo si eso probase algo-; a soltar la lógica del cálculo que pone límites al compartir lo que tenemos con los demás.
Hacer de la limosna expresión del Reino, es hacernos conscientes, cada vez más, de que todos somos mendigos... de ahí la urgencia de salir al encuentro del otro, porque compartimos una misma Identidad y una misma Casa -con sus dolores y alegrías-.
Es abrirnos a la GRATUIDAD de que todo es DON.
Seamos conscientes entonces, de que no se nos juega nada en este gesto... a no ser que, descubramos que la invitación del Reino desde aquí, es ayunar de todo aquello que nos mantiene satisfechos, dormidos e indiferentes.
Ayunar, dejando que aparezcan los vacíos que solemos llenar con tantas cosas, y quede en evidencia quién verdaderamente guía nuestra vida.
Ayunar de nosotros... para que todos puedan tener lo justo y lo necesario... todos los días.
Entrar en la lógica del Reino es hacer lo que está al alcance de cada uno para mejorar la situación de todos.
Entrar en la lógica del Reino es aquello de la primera comunidad... "Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno." (cfr Hech 2, 44-45)
Ayunar es descubrir la GRATITUD de ser Don para los demás.
es caminar hacía lo profundo, dónde somos habitados
es abrirnos a una relación
no es pedirle que haga las cosas que nosotros no hacemos, cómo si Dios, estuviese al servicio de nuestras necesidades y carencias
Entrar en la Oración de Jesús -Reino de Dios- es entrar en un modo nuevo de relación, que se encarna en la relación con los demás donde se rompen los esquemas de exclusión y no hay límites para el amor... donde el corazón es ensanchado.
Entrar en la Oración de Jesús -Reino de Dios- es entrar en contacto con la verdad de "quienes somos y a que somos llamados"... que se hace carne dando vida en toda situación; de ahí la aceptación de cuánto vivimos.
ORAR
es permitir que se ensanche el corazón a la medida de lo que se adora.
Y claro que esto supone esfuerzo para permanecer, para hacer silencio, con tiempos concretos, aunque nada parezca cambiar.
Es construir fraternidad... porque somos iguales y nadie es mejor que nadie.
Es acercarnos al diferente, achicando distancias y bajando barreras.
Es salir al encuentro, dejando la comodidad y los miedos.
Es animar la vida siempre, allí donde está y como está. Es construir Justicia.
Es saberse en comunión, con las alegrías y las tristezas de los demás. ¿Quién rechaza la parte del cuerpo, cuándo esta le duele?
HACER CUARESMA ES HACER REINO.
Buscando de esa manera lo que nos hace más "plenamente humanos"
Por favor... volvamos a darle a estos gestos -Limosna, Ayuno y Oración- el sentido de Reino por el cual están.
Cada gesto a su manera tironea al corazón para que descubramos de qué está hecho el nuestro... cuáles son sus posibilidades.
...para el Reino lo que somos... lo que tenemos... lo que deseamos.
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