¿Cuándo nos sentimos amenazados por los demás?
¿Por qué nos cuesta creer que la apertura a los demás es lo que realmente nos hace crecer?
¿Por qué nos cuesta creer que la apertura a los demás es lo que realmente nos hace crecer?
Creo que todos podemos ser conscientes de lo difícil que es, salir de nuestras estructuras de pensamiento, soltar el "querer tener la razón", para encontrarnos con lo diferente, con esa mirada del mundo distinta a la de uno.
Debemos caer en la cuenta de cuánto miedo nos da lo que no conocemos, y como la comparación es la primera reacción que nos sale.
Necesitamos entonces, darnos cuenta que solo en el encuentro con los otros nos encontramos a nosotros mismos... es allí dónde crecemos en verdad.
No somos sin los otros.
Por eso seguimos necesitando un cambio de actitudes.
Nos encontramos con una palabra que invita a una actitud con respecto a los demás que debe nacer de quienes somos... de lo que comprendemos de la vida... de lo que creemos que nos hace plenos.
Para los discípulos este camino estuvo atravesado por la presencia de la cruz, signo del fracaso, del no poder, de lo contrario a todo aquello que habían esperado... como pasa en nuestras vidas.
Desde ese lugar se está leyendo el camino hacia Jerusalén; en ese camino se dan los anuncios de la pasión -que es otra manera de decir que la respuesta a toda resistencia es más entrega-; y también aparecen allí las diferentes reacciones de los propios discípulos.
Desde el entusiasmo y el cálculo... o la generosidad y la búsqueda de garantía de los hermanos que piden sentarse a la derecha y a la izquierda en el reino... hasta los celos que produce esto en los demás, tal vez porque sienten amenazados sus propios sueños de grandeza.
Unos y otros son llamados una vez más a encontrarse con el evangelio de la gratuidad... nada más subversivo que la gratuidad que rompe con todos los méritos que creemos tener y con todos los derechos que creímos conseguir.
Vivir la vida en clave de Jesús es haber comprendido - y aceptado- que la vida es don -la hemos recibido- y que crece en la medida que la compartimos... y para esto no se necesita ninguna recompensa.
Es hacerse consciente entonces que la apertura y la receptividad son actitudes dónde se nos juega nuestra humanidad. De ahí la confianza como actitud vital que nos permite permanecer disponible a cuánto se dé.
Y para que quede más claro por dónde Jesús ha decidido caminar para expresar lo mejor de Dios y por ende lo mejor de nuestra humanidad es que hace mención de los modelos de mando y comportamiento que se tienen en la sociedad.
Existen "jefes"... que se hacen llamar "señores" que se sirven de los demás con fuerza, poder y apariencia; descubriendo ese instinto de sometimiento que está arraigado en el corazón de las personas.
Jesús tiene la pretensión de cambiar nuestra mentalidad, de convertir el deseo de poder en una verdadera alegría por servir, y de arrancar del corazón de sus discípulos todo instinto de dominio sobre los demás
De alguna manera invita a los discípulos a una comunidad sin poder pero con autoridad.
A una autoridad calificada por el servicio, que no mendiga comprensión o consuelo como compensación de los conflictos que atraviesa.
Una autoridad que nace de una fuente que está dentro y por ende su servicio será hacer crecer y conectar a las personas con lo sagrado de esa fuente.
Pero para que esto sea posible será necesario conectarnos -hacernos conscientes- de dónde brota la fuerza en nuestras vidas... en dónde se fundamenta lo valioso de nosotros. Y si esto no está vislumbrado necesitaremos invadir los espacios de los demás porque no nos bastará lo propio... y la cerrazón transformará a muchos en amenaza.
Debería ser para nosotros como una letanía a repetir una y otra vez. Debería ser como una luz que nos esté continuamente guiando.
No ha de ser así entre ustedes... dándose a los demás de manera programada y calculando tal vez la recompensa.
No ha de ser así entre ustedes... clasificando a las personas olvidando el Don de Dios en toda vida humana.
No ha de ser así entre ustedes... buscando engordar el propio ego a través de más cosas, o aprovechándose de los demás.
No ha de ser así entre ustedes... buscando siempre ser protagonista y "primeros" en todo, y no creyendo que basta con servir desde dónde sea.
Ha de ser así entre ustedes...
Descubriendo quiénes somos.
que vivimos lo que somos:
SOMOS UNO CON DIOS
si nos recibimos como DON
y nos damos a los demás.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario