Bendito seas porque no me hiciste mujer.
Bendito seas porque no soy ignorante..."
reza una oración del Talmud recitada varias veces al día - y que hoy puede darnos un poco de luz sobre la situación de exclusión que sufría la mujer en medio de aquel pueblo.
Jesús ha subido a Jerusalén para la fiesta de las Chozas o de las Tiendas - fiesta de la cosecha y la vendimia que después de la experiencia del desierto se había convertido en una fiesta de Acción de Gracias por lo vivido. Y el día más solemne -cuenta el evangelio - Jesús se había proclamado como la "Fuente del Agua viva".
Y buscando formas y excusas para detenerlo porque ponía en riesgo el sistema religioso... fariseos y escribas -considerándose jueces intachables- le traen a una mujer "encontrada en adulterio".
Pero, ¿dónde está el hombre con quien se encontraba? ¿porque esta ella sola?... la ley exigía el castigo para ambos.
La situación se presenta sin salidas para Jesús... decida lo que decida se arriesga a ir contra la ley... comienza "por escribir en el suelo"..., tal vez no haya sido nada más que eso... pero tal vez -como nuevo Moisés que escribió las tablas de la ley - invitaba a ponerse en contacto con aquel mandamiento más esencial.
O tal vez cambio de posición de estar "de pie" -arriba y lejos- a estar "agachado" -abajo y cerca-... poniéndose de parte de la que está sola... tal vez para mirar y escuchar con ella... no lo sabremos.
Fijemos por un momento la mirada en aquella MUJER... seguramente como la tradición lo ha expresado en el arte: está arrastrada y tirada... sola... con miedo a levantar la cabeza... doblada sobre su propia culpa que no deja emitir palabra... sin defensa porque solo el honor del hombre cuenta.
nota: el adulterio solo lo cometía la mujer casada porque deshonraba al marido de quien era propiedad - no había adulterio si era un hombre casado con una mujer soltera.
En ella podríamos decir que se encuentra toda la historia de las mujeres de su pueblo expuestas a cualquier trato - sin posibilidad de defensa - oprimidas y violentadas, consideradas solo por lo que daban... donde aquella oración "bendito seas porque no me hiciste mujer" tomaba rostro de desigualdad y exclusión.
En ella la historia de cada uno de nosotros - esa historia marcada por lo injusto del desamor o del no reconocimiento.
Esa historia herida por lo enfermo del otro con lo que nos seguimos culpando... sintiéndonos como presos de lo vivido... llevándonos a no querernos y a despreciarnos.
Esa historia que muchas veces queremos ocultar o negar... provocando solo enojo... un gasto excesivo de energía para que los demás no se den cuenta... posturas rígidas y reacciones desproporcionadas hacia los demás.
Esa historia marcada por las pérdidas sufridas... por la soledad sentida como abandono.
Esa historia no amada, no reconciliada, que nos enferma -hasta físicamente en muchos momentos-.
Y unas palabras desencadenan ESPERANZA.
Unas palabras que al principio parecen venir de muy lejos:
"El que no tenga pecado que arroje la primera piedra...
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo..."
Y porque no quieren hacerse cargo de aquella muerte que los llevaría a enfrentarse con la prohibición civil de no poder impartir ese tipo de justicia... se retiran...
Allí queda desbaratada la tradición y la ley que tantas veces habían usado para excluir y mantener la desigualdad entre las personas y sobre todo con las mujeres.
NO HABRÁ NUNCA NADA QUE EN NOMBRE DE DIOS PUEDA SER CITADO PARA LLEGAR A EXCLUIR O CONDENAR A ALGUIEN.
PORQUE NADA PUEDE OSCURECER EL VALOR DE LA PERSONA HUMANA.
Y tal vez la Mujer seguía con la mirada hacia abajo... y nuevamente unas palabras vienen en su rescate...
"Mujer ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?..."
Pregunta que desarma cualquier prisión en donde nos hubiésemos encerrado... pregunta que libera... que abre e invita a mirar hacía adelante.
"Abriré un camino por el desierto...
para apagar la sed de mi pueblo..."
Son palabras que invitan a creer y a confiar más en su mirada que en la propia.
Son palabras que vienen haciendo recordar el lugar de donde salimos... lugar con olor a hogar... donde la mirada de Dios basta.
"Ella respondió: Nadie Señor..." ya han desaparecido todos... no hay nadie que acuse... ni yo misma puedo hacerlo.
En la mujer son liberados también aquellos hombres que se creían puros... liberados de su propia imagen conservada a costas de los demás.
Podían dejar caer aquellas piedras que no eran más que sus propios aspectos no queridos... ocultos y negados detrás de los actos de aquella mujer.
"Yo tampoco te condeno...
Vete, y en adelante no peques más..."
La mujer podía ahora recomenzar su vida desde una mirada nueva; desde una relación de igualdad con los demás... desde una perspectiva nueva.
Era AMADA SIN CONDICIONES.
Jesús ha subido a Jerusalén para la fiesta de las Chozas o de las Tiendas - fiesta de la cosecha y la vendimia que después de la experiencia del desierto se había convertido en una fiesta de Acción de Gracias por lo vivido. Y el día más solemne -cuenta el evangelio - Jesús se había proclamado como la "Fuente del Agua viva".
Y buscando formas y excusas para detenerlo porque ponía en riesgo el sistema religioso... fariseos y escribas -considerándose jueces intachables- le traen a una mujer "encontrada en adulterio".
Pero, ¿dónde está el hombre con quien se encontraba? ¿porque esta ella sola?... la ley exigía el castigo para ambos.
La situación se presenta sin salidas para Jesús... decida lo que decida se arriesga a ir contra la ley... comienza "por escribir en el suelo"..., tal vez no haya sido nada más que eso... pero tal vez -como nuevo Moisés que escribió las tablas de la ley - invitaba a ponerse en contacto con aquel mandamiento más esencial.
O tal vez cambio de posición de estar "de pie" -arriba y lejos- a estar "agachado" -abajo y cerca-... poniéndose de parte de la que está sola... tal vez para mirar y escuchar con ella... no lo sabremos.
Fijemos por un momento la mirada en aquella MUJER... seguramente como la tradición lo ha expresado en el arte: está arrastrada y tirada... sola... con miedo a levantar la cabeza... doblada sobre su propia culpa que no deja emitir palabra... sin defensa porque solo el honor del hombre cuenta.
nota: el adulterio solo lo cometía la mujer casada porque deshonraba al marido de quien era propiedad - no había adulterio si era un hombre casado con una mujer soltera.
En ella podríamos decir que se encuentra toda la historia de las mujeres de su pueblo expuestas a cualquier trato - sin posibilidad de defensa - oprimidas y violentadas, consideradas solo por lo que daban... donde aquella oración "bendito seas porque no me hiciste mujer" tomaba rostro de desigualdad y exclusión.
En ella la historia de cada uno de nosotros - esa historia marcada por lo injusto del desamor o del no reconocimiento.
Esa historia herida por lo enfermo del otro con lo que nos seguimos culpando... sintiéndonos como presos de lo vivido... llevándonos a no querernos y a despreciarnos.
Esa historia que muchas veces queremos ocultar o negar... provocando solo enojo... un gasto excesivo de energía para que los demás no se den cuenta... posturas rígidas y reacciones desproporcionadas hacia los demás.
Esa historia marcada por las pérdidas sufridas... por la soledad sentida como abandono.
Esa historia no amada, no reconciliada, que nos enferma -hasta físicamente en muchos momentos-.
Unas palabras que al principio parecen venir de muy lejos:

E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo..."
Y porque no quieren hacerse cargo de aquella muerte que los llevaría a enfrentarse con la prohibición civil de no poder impartir ese tipo de justicia... se retiran...
Allí queda desbaratada la tradición y la ley que tantas veces habían usado para excluir y mantener la desigualdad entre las personas y sobre todo con las mujeres.
NO HABRÁ NUNCA NADA QUE EN NOMBRE DE DIOS PUEDA SER CITADO PARA LLEGAR A EXCLUIR O CONDENAR A ALGUIEN.
PORQUE NADA PUEDE OSCURECER EL VALOR DE LA PERSONA HUMANA.
Y tal vez la Mujer seguía con la mirada hacia abajo... y nuevamente unas palabras vienen en su rescate...
"Mujer ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?..."
Pregunta que desarma cualquier prisión en donde nos hubiésemos encerrado... pregunta que libera... que abre e invita a mirar hacía adelante.
"Abriré un camino por el desierto...
para apagar la sed de mi pueblo..."
Son palabras que invitan a creer y a confiar más en su mirada que en la propia.
Son palabras que vienen haciendo recordar el lugar de donde salimos... lugar con olor a hogar... donde la mirada de Dios basta.
"Ella respondió: Nadie Señor..." ya han desaparecido todos... no hay nadie que acuse... ni yo misma puedo hacerlo.
En la mujer son liberados también aquellos hombres que se creían puros... liberados de su propia imagen conservada a costas de los demás.
Podían dejar caer aquellas piedras que no eran más que sus propios aspectos no queridos... ocultos y negados detrás de los actos de aquella mujer.

Vete, y en adelante no peques más..."
La mujer podía ahora recomenzar su vida desde una mirada nueva; desde una relación de igualdad con los demás... desde una perspectiva nueva.
Era AMADA SIN CONDICIONES.
Podía "correr hacia adelante" - como san Pablo- su pasado, en Jesús, ya no era más una piedra con que castigarse.
Y recibía aquella invitación "en adelante no peques más" no como condición para conservar lo recibido... o desde el miedo a perderlo... sino desde el agradecimiento de haber sido encontrada y amada allí en su mayor fragilidad.
Si Aquel que le había regalado perdón sin preguntarle -y sin que ella se lo hubiese pedido-... no la acusaba... entonces, en adelante, nadie podía hacerlo.
Y recibía aquella invitación "en adelante no peques más" no como condición para conservar lo recibido... o desde el miedo a perderlo... sino desde el agradecimiento de haber sido encontrada y amada allí en su mayor fragilidad.
Si Aquel que le había regalado perdón sin preguntarle -y sin que ella se lo hubiese pedido-... no la acusaba... entonces, en adelante, nadie podía hacerlo.
¿Será que seguimos sintiendo que no somos amados?
¿Será que nos seguimos despreciando o culpando que por eso no nos cuidamos?
Seguramente con el correr del tiempo esta experiencia de liberación habrá traído a su vida una renovada paz... una alegre paciencia con sus futuras fallas porque había comprendido que el perdón era primero... más aún cuando recordara de donde había sido rescatada.
Y seguramente conservaba los deseos de tantas otras mujeres que bajo la opresión y la desigualdad seguían soñando con un encuentro que libere... que iguale relaciones... que sane y no condene... que posibilite caminar hacia adelante.
SÓLO UNA MIRADA -EXPRESIÓN DE UN AMOR SIN LÍMITES-
FUE CAPAZ DE HACER SURGIR UNA RESPUESTA AGRADECIDA.
Y SOLO UN AMOR ASÍ PUEDE CONVERTIRSE EN PASIÓN DE UNA VIDA.
Jesús amigo de toda persona humana.
Seguramente con el correr del tiempo esta experiencia de liberación habrá traído a su vida una renovada paz... una alegre paciencia con sus futuras fallas porque había comprendido que el perdón era primero... más aún cuando recordara de donde había sido rescatada.
Y seguramente conservaba los deseos de tantas otras mujeres que bajo la opresión y la desigualdad seguían soñando con un encuentro que libere... que iguale relaciones... que sane y no condene... que posibilite caminar hacia adelante.
SÓLO UNA MIRADA -EXPRESIÓN DE UN AMOR SIN LÍMITES-
FUE CAPAZ DE HACER SURGIR UNA RESPUESTA AGRADECIDA.
Y SOLO UN AMOR ASÍ PUEDE CONVERTIRSE EN PASIÓN DE UNA VIDA.

Amigo de igualdades.
Crea en nosotros un corazón más libre.
Con menos condenas hacia los demás.
Capaz de abajarse para abrazar y levantar.
CAPAZ DE CREER QUE EL PERDÓN
Y EL AMOR VAN PRIMERO.
Amén
Con menos condenas hacia los demás.
Capaz de abajarse para abrazar y levantar.
CAPAZ DE CREER QUE EL PERDÓN
Y EL AMOR VAN PRIMERO.
Amén
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