domingo, 20 de abril de 2025

VIDA MÁS VIDA. Jn 20, 1-9

¿Qué paso en Jesús?
¿Qué estamos celebrando en este día?

Aquella primera comunidad cristiana descubrió - en la vivencia cotidiana de lo aprendido de Jesús (de sus modos y de sus palabras) que él seguía VIVO en medio de ellos y que les comunicaba su VIDA.
¿Cómo transmitir esta experiencia?
¿Cómo darla a conocer para que otros lo vivan también?

Difícil fue la tarea de poner en palabras dicha experiencia; y difícil para nosotros hoy "descodificarla" para quedarnos con la verdad que allí se encierra y no quedarnos en los razonamientos de cómo es eso de la "resurrección"; o quedarnos en sentimientos bonitos que se van con el primer contratiempo que nos roce.

Las "mujeres del alba" como los discípulos corren a buscar a aquel... o a aquello que habían perdido... al mismo lugar de siempre.
En una tumba... en la oscuridad de los esquemas conocidos de cómo hay que vivir... en lo frío de los razonamientos o de eso que se considera justo... en lo sin vida de los encierros... en la dureza de las defensas que se levantan para evitar el encuentro... en la desolación o el desencanto que dejan muchas veces los afectos... allí será difícil encontrarse con la VIDA.

Allí no encuentran nada... solo unos elementos que les dicen que allí a la VIDA no es posible encontrar.

Por eso, tanto ellos, como nosotros ahora, tendrán que atravesar esa dinámica que está grabada en el corazón del "camino" humano: "si el grano de trigo no muere..."

La VIDA que estaba en ellos como está en nosotros no es posible encontrarla si antes algo no muere.

La tumba y todos esos elementos encontrados no son más que anuncios de que existe una VIDA -un modo de entenderla y vivirla, un modo de estar en ella- que no se limita... que no está limitada a esta vida biológica... que no está limitada a lo que pensamos, a lo que sentimos ni a lo que podemos.

Pero como aquellas primeras discípulas y discípulos, nosotros también nos ponemos a correr - nos aceleramos dramáticamente - cuando algo nos quitan, cuando algo oscurece nuestro camino... cuándo sentimos que perdemos.
Si la VIDA está en nosotros... no hay necesidad de correr detrás de nada ni nadie... toda situación, aun las más duras... todo momento... no será más que un espacio que, creando una apertura, invita al encuentro y a disponerse a darse a los demás.  

Lo que mezquinamos a los demás es proporcional al espacio que buscamos llenar en las tumbas de los actos repetitivos y automáticos dónde nada encontramos.

Por eso será necesario entonces una decisión en la que le demos más valor a esa VIDA que llevamos dentro que a todo aquello que nos hace andar a las corridas.

Será necesario aprender a mirarnos de otra manera y desde otro lugar... agudizando nuestra atención interior... abandonando las prisas y creyendo más en los procesos. 
Que muera -que se rinda- entonces ese que busca defenderse en los mismos lugares de siempre, sobre todo cuándo se encuentra con el límite. 

Y que atentos, conectados con la VIDA que tiene sabor a entrega y servicio, todo se convierta en un lugar de apertura... todo se convierta en camino. Qué lejos esta esto de lo que hoy llaman "tener experiencia de algo".


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