domingo, 25 de diciembre de 2022

ToCar el VerbO hEcho cArNe... Jn 1, 1-18

Estamos ante la experiencia de una comunidad que después de mucho tiempo manteniendo la pregunta:
¿QUIÉN ERES JESÚS NAZARENO?
llega a expresar en un solo himno la Verdad encontrada.
El himno comienza por invitarnos a mirar hacía lo más alto... "al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios"

Para después llevarnos a mirar hacia lo más bajo... cuando Dios decidió rasgar los cielos y descender... "Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros..."
La PALABRA -sin dejar de ser Dios- se ha hecho TIEMPO abrazando todo tiempo.
Dios se puso de viaje... cambió de lugar... ahora tiene otros vecinos.
Dios tiene ROSTRO... tiene Nombre... se llama JESÚS...
Su nombre es Misión.
EL DIOS QUE SALVA VIENE
BAJO EL SIGNO DE NUESTRA HUMANA DEBILIDAD.

Por eso no será en la mente ni en las buenas intenciones ni en los deseos dónde se nos juegue la vida, sino en la MIRADA, en el CORAZÓN, en los PIES, en las MANOS... en la ESCUCHA.

"¿Cuándo te vimos hambriento... o sediento... y te dimos de comer...? Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo..." cfr Mt 25, 35-45

Depende de lo que miramos es lo que dejamos que afecte nuestra vida...
¿Hacía dónde estamos mirando entonces?

DIOS PARA HABLARNOS DESCENDIÓ...
Cuanto en nosotros podríamos leer bajo estas claves del SUBIR Y BAJAR...

Queremos subir cuándo aparentamos algo que no somos.
Queremos subir cuándo nos dejamos llevar por el sentimiento de creernos mejores que los demás.
Queremos subir cuándo creemos que sin nosotros algo se cae.
Queremos subir cuándo nos ponemos en el lugar de defensores de la fe dejando a muchos en la condena.
Queremos subir cuándo la vida de los otros nos es indiferente.
Queremos subir cuándo el rol... la función dice quiénes somos y lo que valemos.


Dios para hablar enmudece... decide bajar... señalando que el camino es "HACIA ABAJO".
Así lo veremos en Jesús... naciendo en un lugar olvidado de Judea... en medio de gente pobre...
Así lo veremos en su vida... sentándose en la mesa con gente que no cuenta, no brilla y no vale... rompiendo sentencias... con el leproso... la pecadora... el hijo muerto o aquel que ya olía mal.

Acompañemos a Dios en su descenso.
COMENCEMOS POR EL ESTABLO DE NUESTRA VIDA.

Y a imagen de aquel primer establo sin puertas... 
dejemos que entre porque solo en la apertura acontece el nacimiento.

Bajemos...
A nuestros agujeros negros...
A lo reprimido en nosotros... necesidades, agresividades...
A lo no aceptado... a lo no reconciliado...
A esas partes que rechazan ver a los demás como hijos y amados también...
A nuestros errores... y fracasos...
A la oscuridad de nuestro establo.

Bajemos...
Al bajar nos daremos cuenta que Alguien lo visitó antes que nosotros y lo iluminó... dándole una mirada nueva... un sentido nuevo...
Nada está de más... nada queda fuera...
Y se desbloqueara la BONDAD que llevamos dentro.


JESÚS ES UN DESBLOQUEADOR DE LA BONDAD.
Pero recordemos que cuanta más luz hay en nuestra vida más aparecen nuestros miedos... porque toda mirada nueva llevará consigo alguna situación que dejar... alguna queja que soltar... alguna interpretación que abandonar... espacios y actitudes que nos hacían sentir seguros y protegidos.

Y si nos animamos andar por ahí abajo podemos seguir desalojando a ese OKUPA que descubrimos que tiene muchas pretensiones.
Es increíble el espacio que se libera cuándo nos dejamos de defender... o cuando se iluminan esos deseos torcidos que ocultamos.
ALIVIA... Y SE ENSANCHA LA TIENDA DEL CORAZÓN...
SE FACILITA LA COMPASIÓN.

El siguiente paso será negarnos a calificar a alguna situación como bloqueada definitivamente... a alguna herida como incurable... a alguna persona como imperdonable.
Aquí nos encontraremos con las personas que por la suba de otros... se hallan sepultadas bajo las piedras de la injusticia, de la miseria y de la condena.

DESBLOQUEADA LA BONDAD.
SE DESBLOQUEARA LA COMPASIÓN.


Y así nos acercaremos a los establos de nuestras ciudades... de nuestras familias... donde los "José y las Marías de nuestro tiempo" están... a veces sin saber que también está el NIño.
sI salimos a ellos nos encontraremos con el Dios hecho NIño en Belén.

Y si nos encontramos con Él
no nos será posible seguir por el mismo camino.

BAJEMOS,
y allí abajo seremos sorprendidos
y será NAVIDAD en nuestras vidas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario