Al comenzar un año nuevo nos haría mucho bien renovar el sentido del tiempo como DON que se nos ha dado.
"Don del Tiempo" que nos hace PEREGRINOS de un camino por donde otros hombres y mujeres -antes que nosotros- transitaron...
TIEMPO que nos hace parte de una HISTORIA.
TIEMPO que nos hace responsables de este momento - tan de cada uno - tan de todos.
TIEMPO que nos atraviesa despojándonos de la impaciencia y la prisa.
Recibir este nuevo año en clave de Jesús es volver a renovar el deseo de caminar hacia aquellos espacios... hacia aquellas actitudes... que nos hacen crecer en humanidad haciéndonos cada vez más conscientes de que SOMOS UNO CON LOS DEMÁS.
Al mismo tiempo no somos ingenuos del año que comienza... como todos los años vividos sabemos que los imprevistos nos encontrarán en el camino... por eso al celebrar al Señor en este primer día del Año renovamos nuestra confianza en el Señor de la Pascua que le regalo a todos los aspectos de nuestra vida la posibilidad de un sentido nuevo... de una interpretación nueva... de un nacimiento nuevo.
Comenzamos el Año nuevo sabiendo con certeza que nada de lo que vivamos está fuera de la Pascua de Jesús... todo se haya atravesado por el Misterio de Amor que fue capaz de transformar los espacios de dolor, de rechazo y de muerte en espacios de más vida... porque en la capacidad de entrega se mide la propia libertad y la vida.
"Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción..."
Gal 4, 4-7
Comenzamos el año celebrando la Fiesta de María Madre de DIos.
Fiesta donde hacemos memoria de aquel primer "Sea en Mí..." con el cual comenzó la buena NOticia de Jesús.
Un Sí esperado y aguardado por un Dios que se acomodaba a los tiempos de una Mujer.
Un Sí que hizo de María una creyente...una mujer confiada a no tener más seguridad que una palabra dada...
Por este "Hágase..." María no buscará planificar ni adelantarse... sino que se hará a los pasos de Aquel que la invitó a caminar.
Por este Sí entraremos en los "tiempos finales" en los cuales el Padre nos habló definitivamente por medio de su Hijo.
En este Sí... en estas palabras de consentimiento aún en medio de la noche y la incertidumbre... María nos abrirá a todas las posibilidades que llevamos dentro para que también nosotros podamos decir "Sí".
En su SÍ está como "en promesa"
el comienzo de muchas historias de salvación...
Comenzar entonces el Año NUevo haciendo memoria de Aquel primer Sí... es volver la mirada hacía aquel otro Sí dado por Dios -para siempre- a nuestra humanidad en la Encarnación... y que busca hombres y mujeres de todos los tiempos que se atrevan a expresarlo en sus vidas.
Atrevernos a expresar el Sí de Dios en nuestras vidas es en primer lugar abrirnos a la escucha.
Es descubrir que todo en nosotros siempre será respuesta porque la iniciativa -aún de amar- la ha tenido Dios.
Es percibir que la vida es camino... es aprendizaje... es apertura a lo imprevisto.
Atrevernos a expresar el Sí de DIos en nuestras vidas es optar por la vida siempre...
No excluyendo a nadie... no pasando por alto a nadie...
Buscando la paz haciendo que los demás vivan mejor.
Atrevernos a expresar el Sí de Dios en nuestras vidas será...
Creo que cada uno -desde su propio lugar de seguimiento- podrá seguir escribiendo...