Ser BUENOS.
No puede ser una obligación ni puede surgir de una exigencia... sí, tal vez, suponga un constante trabajo con nosotros mismos.
Dependerá de las voces qué escuchamos; de las violencias reconciliadas o no; del perdón y la confianza recibida... etc.
No puede ser una obligación ni puede surgir de una exigencia... sí, tal vez, suponga un constante trabajo con nosotros mismos.
Dependerá de las voces qué escuchamos; de las violencias reconciliadas o no; del perdón y la confianza recibida... etc.
El qué se sabe BUENO es aquel que se sabe valioso por el simple hecho de existir.
De nada ni de nadie depende su "ser valioso y amado" porque es REGALO INCONDICIONAL.
Esto no se pierde jamás...
pero hacerse conscientes de esta verdad -y vivir desde ahí-
supondrá un constante camino de silencios y aperturas.
Esa BONDAD connatural nos desprotege... nos hace responsables de nuestras heridas... nos hace disponibles y cercanos... abiertos... compañeros en la vulnerabilidad... despreocupados de nuestra ganancia personal.
En la BONDAD no hay lugar para los dobles mensajes ni para los chantajes... ni para la búsquedas de privilegios... ni para la cerrazón sea por la razón que sea... ni tampoco para la crítica ni para el chisme que además de herirnos, nos vuelve ciegos e ignorantes.
La BONDAD libera.
Abre caminos dando siempre nuevas oportunidades.
Sostiene en la fragilidad. Acompaña.
Perdonando pone límites, y no guarda rencor ni busca venganza.
Cómo el "BUEN PASTOR",
da respiro y descanso
desata y levanta
busca y rescata
confía y ama...
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