domingo, 27 de julio de 2025

"CuáNto mÁs el Padre dEl ciElo..." Lc 11, 1-13

Hay ciertos gestos que se han quedado grabados en la memoria del corazón... uno de ellos es cuando mi bisabuela Antonia me pasaba su mano rugosa por la panza curándome el empacho... junto al recuerdo aparece la sensación de sus manos como el olor de su habitación donde estaba su altarcito.
Gestos... olores... sensaciones... que evocan Historia... Presencia... Hogar.

Esta es una de esas experiencias humanas que nos hacen de espejo de aquello que ciertos textos del Evangelio quieren provocar en nosotros.

DESPERTARNOS.
Liberarnos de la queja porque nuestra estima quedó herida.
Rescatarnos de la desesperanza porque nuestros planes se frustraron.
Alcanzarnos en medio de la angustia vivida como amenaza.

Y ABRIRNOS A LA EXPERIENCIA de quienes se saben en "las manos de Alguien que bien sabe que hacer con nosotros... y que nos ha dado lo necesario para ser nosotros mismos."
De aquí que el Evangelio, hecho de palabras y expresiones muy propias de un tiempo y de un pueblo, exija de nosotros el esfuerzo de liberarlo de ese ropaje y abrirnos a la experiencia que guarda.

"Él les dijo entonces: Cuando oren, digan:

PADRE, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE..."


Rezar "ABBA" es abrirse a la experiencia de ser sostenido en la vida... de saberse abrazado por un Amor que todo lo supera... es percibir dentro un anhelo de PLENITUD que sólo toma rostro cuanto más ama y se compadece.
Rezar "ABBA" es saberse junto a otros...  es hacer REINO.

Ni la soledad... ni el vacío... ni esos sentimientos que nosotros usamos para encerrarnos... fueron para Jesús amenazas que necesito llenar para vivir.

Al contrario fueron espacios que al permanecer abiertos se transformaron en puertas por donde entró la gente a su corazón.
Jesús tenía tiempo y espacio en el corazón para ocuparse del dolor y la preocupación de los demás por que estas eran "las cosas de su Padre..."

Por eso podríamos decir que la oración de Jesús surge del corazón de la gente herida y maltratada... corazón atravesado por deseos de Vida que cree calmarlos con la satisfacción de sus necesidades básicas... o con la comodidad o el placer.
Es como si cuánto más se compadecía... más percibía la ausencia y la carencia de "lo esencial" que herían el corazón humano... y que en vez de des-alentarlo lo animaban a darse más... para que allí los demás pudiesen percibir - se pudiesen confiar- y se experimentarán ENCONTRADOS.

El PADRE NUESTRO nos quiere despertar de esas situaciones que a veces ocupan toda nuestra atención- y abrirnos a lo que realmente es esencial, y que no puede ser recibido si no cómo DON.

De allí la parábola del "Amigo insistente" ... donde la prudencia parece no existir ... donde la carencia es tal que no ahorra esfuerzo para conseguir lo necesario.
Hemos reducido esta oración del "Padre Nuestro" a una simple petición de cosas que necesitamos.

El PADRE NUESTRO es un grito que surge de la CARENCIA DE SENTIDO - carencia de lo que realmente da vida - que con mucho temor y temblor y en el "mientras tanto de la historia" se arriesga a esperar no de cualquier manera sino CONSTRUYENDO REINO - HACIÉNDOSE PAN - SIENDO PERDÓN.
CREYENDO que allí hacemos experiencia de Dios - y nos encontramos con lo más humano de nosotros mismos y nos hacemos uno con los demás.

¿Cómo vamos hacer experiencia de PADRE si andamos desencantados de la vida?
Si nuestra vida se siente llena es porque se siente cómoda y segura. O al contrario... porque se siente sola y dolorida.
¿Cómo vamos hacer experiencia de PADRE si no sintonizamos con la Compasión del Corazón de Jesús?
Si estamos tan ocupados... y la prisa marca el ritmo de vida.

"Si ustedes que son malos,
saben dar cosas buenas a sus hijos,
¿cuánto más el Padre del cielo
dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan?"

Sólo el Espíritu puede abrir para nosotros la experiencia de Jesús que nos hace decir Padre.
Sólo el Espíritu puede poner a nuestra disposición la compasión de Jesús que nos haga más cercanos... capaces de dejarnos afectar por lo que le sucede a los demás.
Sólo el Espíritu de Jesús puede sostenernos en la apertura... en la posibilidad de novedad que lleva todo hombre y toda mujer.

SÓLO EL ESPÍRITU DE JESÚS puede sostenernos en nuestro esfuerzo por construir REINO.


Esperando siendo compasión,
Incluyendo,
Haciéndonos Perdón,
Amando con los modos de Jesús,
NOS VAN HACIENDO MÁS PARECIDOS

AL DIOS QUE NOS HA CREADO

Y QUE LLAMAMOS "PADRE NUESTRO".








lunes, 21 de julio de 2025

"SOLO UNA COSA ES NECESARIA" Lc 10, 38-42

"... y sin embargo pocas cosas, o más bien, UNA SOLA ES NECESARIA, María eligió la mejor parte, que no le será quitada."

La Palabra nos vuelve a recordar que Jesús está de camino... NUESTRA VIDA ES CAMINO PORQUE JESÚS ES CAMINO.

Allí  sucede el encuentro que rompe modos de actuar y que transforma la vida.
Allí se aprende a buscar que es lo importante... lo verdaderamente esencial...  lo que da sentido a la vida.

"En el camino", Jesús hace de María, una discípula, una mujer de escucha.


Rompiendo toda regla que dice que la mujer debe permanecer en la inferioridad que ha nacido, replegada en el hogar -sujeta al varón- en el silencio y el anonimato.

La Mujer Discípula del Evangelio tiene NOMBRE.


Marta que trataba también desde su lugar recibir en su casa a Jesús... después de reprocharle sobre la falta de su hermana, es invitada por Jesús a reconocer en la actitud de María "lo nuevo" que se encuentra en su Persona.
Es una actitud que invita a permanecer en la  intimidad que crea la Palabra escuchada; independientemente de lo que se haga.
Actitud que invita a estar conectada con una Presencia que verdaderamente responde al anhelo de Identidad que todos llevamos dentro...

"...porque sólo de la abundancia del corazón hablará la boca"

Porque solo quién guarda "las señales de Identidad" que llevamos dentro, será capaz de romper con los moldes que culturalmente quieren imponerse.
Y descubrir -porque se permaneció consciente- que detrás de lo rígido y cerrado de la vida hay una Presencia que nos descubre lo mejor de nosotros mismos... y que no es posible identificarlo con ningún otro modo que no sea el de Jesús... que es AteNción... aPertUra... y EntRega.


MARÍA ES UN LLAMADO A GUARDAR
UN RINCÓN DEL CORAZÓN 
PARA EL SILENCIO.

Silencio que desnuda los miedos y los vacíos que ocultamos.
Silencio que crea espacio, dónde es posible recibirse; es cómo un "descalzarse" de todo juicio para hacerse "todo escucha".

La actitud de María, es un llamado a la unidad del corazón, a esa parte de la vida que anda dispersa por tantas cosas que cree necesitar... "porque es la moda"... o para llenar vacíos... o dispersa por tantos juicios hacia los demás.

María nos descubre, de alguna manera, la presencia de esas ENTRAÑAS AMBICIOSAS -que se ven impedidas del "gozo de vivir" porque siempre les falta algo; o la satisfacción de lo que necesitaban no fue según lo esperado... provocando así  desesperanza, tristeza, desconfianza y aun, desgano en el hacer, aunque esto hubiese sido elegido.

MARÍA CUESTIONA NUESTRA ANSIEDAD,
Y NUESTROS ENCIERROS ESTÉRILES 
QUE NO POSIBILITAN NINGUNA COMUNIÓN...

Sin silencio no hay posibilidad de verdadero encuentro.

Pero solo será posible "permanecer a los pies de Jesús... escuchando su palabra"... si nos animamos a romper... como María... con aquellos "deberías" que culturalmente -o familiarmente- se imponen y presionan nuestro interior.

María rompe con lo que se espera de ella... rompe con lo que culturalmente debería haber hecho... por ende, con aquello de "para qué sirve una mujer".
María rompe con los modelos de relación aprendidos que, dejaban a la mujer en situación de inferioridad aún, en relación con Dios.
María rompe con aquello que la dispersa... con aquello que la obliga a responder de una determinada manera... como si de ello dependiera la aceptación o el valor de su persona (soltemos el miedo a equivocarnos).

María actúa desde aquello que le da "VERDADERA IDENTIDAD"; desde una "Palabra escuchada" que es capaz de Iluminar e Integrar todos los aspectos de su vida.
Una PALABRA QUE ES ANTERIOR a cualquier palabra o acto que se haga después.
MÁS AÚN... ES SU FUENTE.



SOLO LA VERDAD HACE LIBRES.

Y CREA COMUNIÓN CON LOS DEMÁS.

PORQUE SIN VERDAD, NO HAY VERDADERO ENCUENTRO.

SOLO LA VERDAD HACE LIBRES.

Ahuyenta los REPROCHES y las peleas que interiormente cargamos.

Nos LibEra de los PREJUICIOS culturales que dicen como deben ser las cosas.


SOLO LA VERDAD HACE LIBRES.

DeSata nuestras vidas de la ANSIEDAD que nos produce la propaganda.
Nos RECONCILIA con nuestra condición de "no perfectos",
de estar de camino.


Nos regala la percepción de lo GRATUITO
QUE VIENE POR EL SIMPLE HECHO DE RESPIRAR... DE ESTAR VIVOS.


"SOLO UNA COSA ES NECESARIA..."

Pd. recibimos en la medida del espacio desalojado



domingo, 13 de julio de 2025

Que la Compasión, sea nuestra FORMA DE VIDA. Lc 10, 25-37


"Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: 
“Maestro,  ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”."

Que mejor manera de cumplir con la ley, y no involucrarse más que con lo que ella manda que, preguntar en estos términos sobre el "hasta donde es la exigencia que gana el cielo"... que es lo aceptable en la ayuda a los demás... que es lo que nos hace sentir que cumplimos... hasta dónde está bien hacer...

Y Jesús responde poniendo como ejemplo a un samaritano -a un extranjero, a un hereje - que es capaz de correrse del camino y hacerse prójimo de quién no tenía prójimo.
Y esto no para ganarse algo, sino como urgencia del Reino que está grabado "muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca...", como dice Moisés al pueblo en el libro del Deuteronomio. (cfr Dt 30, 10-14). "Es lo que clama dentro"

Con sus palabras Jesús invita a involucrarse en la respuesta... ya no hay quién no pueda ser prójimo de la propia vida... ya no es posible programar la caridad ni postergarla.

Que nuestra vida quede involucrada en las respuestas que damos... 
en lo que decimos... pensemos en cómo hablamos de la realidad, como sí nada tuviésemos que ver con ella.

Ahora, ¿no será que andamos "fatigados de compasión" por tanto mirar en diarios o en la televisión... una realidad de dolor y sufrimiento que parece superarnos?
¿No será que nos hemos acostumbrados a ser simples espectadores?
¿No será que nos hemos conformado con "dar limosna" buscando solo estar justificados como aquel judío que interroga a Jesús?
¿No será que creemos que podemos separar a Dios de aquellos que sufren y padecen el dolor o las consecuencias de la injusticia?
¿Acaso un mal de nuestro tiempo no es la INDIFERENCIA?

"AMAR A NUESTRO PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS..." de esto se trata.... y supondrá ponerse en camino.
Conscientes de que lo que llevamos dentro, nos desafía y nos empuja a salir al encuentro... porque allí en el encuentro se nos juega nuestra humanidad... porque no hay humanidad sin compasión.

Y LA VERDADERA COMPASIÓN TRASTOCA LOS PLANES... NOS INVOLUCRA, COMO AL BUEN SAMARITANO.

Nos libera de todas las pequeñas auto-definiciones y de los recortes que nos hacemos a nosotros mismos -y también a los demás - que lo único que logra es que permanezcamos en el mismo lugar...
Nos libera de los "hasta acá" -ayuda programada y recortada pero no caridad de Jesús-.

NOS ABRE A LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS.
El otro... su fragilidad y su dolor... se transforman en posibilidad para entrar en contacto con lo que hay de Reino en nosotros... que no se impone... que no da por perdido a nadie... que no juzga ni clasifica.

NOS ABRE A LO QUE HAY DE REINO EN NOSOTROS 
QUE NO ELIGE A QUIEN AYUDAR.

¿Cómo atrevernos a emprender este viaje arriesgado hacia el Reino?

Tendremos que tener el valor de salir de lo que consideramos importante... tendremos que detenernos... tendremos que corrernos de nuestro camino "tan organizado" que nos hace aparecer "personas tan ocupadas... tan importantes".

Podríamos caer en manos de ladrones... podríamos ser cuestionados, cargados, dejados de lado por ciertos círculos... podríamos comenzar a sentir que priorizamos otras cosas (no tanto el tener plata para... o lo que está bien hacer según mi círculo familiar... etc)
Podríamos ser abandonados medio muertos.

PODRÍAMOS ENCONTRARNOS CON UN HOMBRE MEDIO MUERTO.
Y ESTE ENCUENTRO NOS CAMBIARÍA LA VIDA.
¿No será entonces más seguro quedarse en casa?
¿No convendrá primero asegurarnos nosotros para después abrir la puerta?
¿No convendrá seguir haciendo como que no se ve, o que no se escucha?

Pero podemos arriesgarnos a HACER REINO... 
porque Dios nos ha precedido; se nos adelanto.

HAGAMOS REINO HACIENDO LO IMPOSIBLE.
QUE LOS QUE ESTÁN LEJOS, LOS QUE SE SIENTEN FUERA -EXCLUÍDOS-
LOS QUE ESTÁN TIRADOS AL BORDE DEL CAMINO DE LA VIDA
SE CONVIERTAN EN NUESTRO CENTRO.

DIOS ESTA AHÍ... porque "cada vez que lo hicieron 
con el más pequeño de mis hermanos, 
a mí me lo hicieron." cfr. Mt 25, 40


Señor, que podamos dejarnos llevar por el "Corazón Samaritano" que nos habita.

Que nuestras FAMILIAS SEAN SAMARITANAS, capaces de romper con los esquemas que excluyen personas, capaces de velar por los que son más débiles o se sienten desamparados.

Que nuestra TIERRA Y SU GENTE SEAN SAMARITANAS, capaces, aun desde sus miedos y pobreza, 
dar cobijo a quienes se sienten amenazados 
y nadie recibe.

DANOS UN CORAZÓN SAMARITANO SEÑOR.
UN CORAZÓN, CASA DE HUMANIDAD,
ABRAZO DE MISERICORDIA.
AMÉN



miércoles, 9 de julio de 2025

Enviados a "recrear la vida". Lc 10,1-12.17-20

Como si la decisión de subir a Jerusalén hubiese acelerado los tiempos... "Después de esto..." después del rechazo de los samaritanos y las claves para seguirlo que seguramente dejo a muchos en el camino... Jesús envía setenta y dos.

A más resistencias...
MÁS APERTURA.

Los envía, sin otra preparación que aquella que nació del contacto con él y sus modos de crear comunidad con toda clase de gente.
Los envía, siendo testigos unos de otros... "de dos en dos"... haciendo notar de que la vida se juega, no tanto en las palabras que se dicen -en las cosas que saben-, sino en el modo de estar en medio de los demás -en cómo se relacionan-.

CREANDO FRATERNIDAD, rompiendo con aquellas normas de pureza que generaba marginados y excluidos... provocando la PREGUNTA... despertando la inquietud de que la Vida es algo más que "pasarla bien" o " satisfacer toda necesidad".

Y los envía a la gente... porque es en medio de ella donde es necesario proclamar que Dios está... experimentando la precariedad que supone ser portador de un DON más grande... por eso habrá que rezar siempre, es decir, ponerse en contacto con lo más verdadero que llevamos dentro.

Son enviados a estar de camino... desprovistos de todo, porque la apropiación aísla y desconecta de los demás... esa es la condición... para eso habrá que soltar toda comodidad y toda defensa... corriendo el riesgo del rechazo... llevando una BUENA NOTICIA y no doctrinas o amenazas... sin fundamentalismos, buscando en todo momento esos "puntos de encuentro" que hacen de la apertura y el diálogo una actitud vital.

Somos portadores de una Plenitud que es infinita ... la apropiación del Don recibido gratuitamente, nos vuelve competidores y jueces de los demás.

Son enviados como testigos de la confianza en la hospitalidad de la gente... porque a pobres y excluidos va dirigido el anuncio, no es posible hacerlo desde la seguridad que dan los medios... aún más,

¿Cómo pedir confianza en el DIOS DE LA VIDA cuando a la propia se la tiene tan asegurada?



Son enviados pobres y pacíficos... todos cuantos se encuentren con ellos deben sentirse seguros... serenos en su fragilidad... y convocados a tratar a los demás con la mayor humanidad posible.

Son enviados a sentarse a la mesa del pobre... del marginado... del pecador... del que se siente último y olvidado... abiertos a compartir con ellos la vida como el único Don que Dios nos ha regalado.
Aceptando también que lo del otro, aunque diferente, es válido y nos enriquece.

Verdadero es el encuentro,
dónde los dos son transformados.

Son enviados a anunciar que "EL REINO DE DIOS ESTÁ..."...  mostrándolo en la cercanía y en el buen trato con la gente... sobre todo hacia aquellos que padecen enfermedad o cualquier otra cosa que impida ver quiénes son en verdad...
PORQUE LA CERCANÍA SANA 
Y LA DISTANCIA HIERE.

Son enviados a mirar de una manera nueva... liberados de todo prejuicio o excusa que destruye y limita la vida. 

Son enviados para "bendecir" que no es otra cosa que "decir bien del otro" ante tanta palabra tóxica que nos lanzamos -muchas veces sin darnos cuenta-. Siendo conscientes de que para que esto, habrá que ser más libre de ese juez implacable que nos acusa desde dentro... que nos hace rechazar justo lo que tendríamos que reconocer y abrazar... haciéndoles pagar a los demás lo que no soportamos de nosotros mismos.
Propio del "fundamentalismo" es la cerrazón, la exigencia y la intolerancia, la imposición y el rechazo.

Son enviados con el encargo de "recrear la vida"... convirtiendo toda prisión -toda herida del pasado- en un profundo camino de transformación... acompañando en el perdón, como posibilidad para sanar lo que de otra manera queda abierto y se infecta. 

SON ENVIADOS A ALEGRARSE POR EL SIMPLE HECHO DE COMPARTIR UN DON QUE GRATUITAMENTE RECIBIERON.

"- La cosa más urgente - dijo Francisco - es desear tener el Espíritu del Señor. El solo puede hacernos buenos, profundamente buenos, con una bondad que es una sola cosa con nuestro ser más profundo.
Se calló un instante y después volvió a decir: - El Señor nos ha enviado a evangelizar a los hombres, pero ¿has pensado ya lo que es evangelizar a los hombres?
Mira, evangelizar a un hombre es decirle: “Tú también eres amado de Dios en el Señor Jesús.”
Y no sólo decírselo, sino pensarlo realmente. 

Y no sólo pensarlo, sino portarse con ese hombre de tal manera que sienta y descubra que hay en él algo de salvado, algo más grande y más noble de lo que él pensaba, y que se despierte así a una nueva conciencia de sí. 

Eso es anunciarle la Buena Nueva y eso no podemos hacerlo más que ofreciéndole nuestra amistad; una amistad real, desinteresada, sin condescendencia, hecha de confianza y de estimas profundas. Es preciso ir hacia los hombres.

La tarea es delicada.
El mundo de los hombres es un inmenso campo de lucha por la riqueza y el poder, y demasiados sufrimientos y atrocidades les ocultan el rostro de Dios.
Es preciso, sobre todo, que al ir hacia ellos no les aparezcamos como una nueva especie de competidores.

Debemos ser en medio de ellos testigos pacíficos del Todopoderoso, hombres sin avaricias y sin desprecios, capaces de hacerse realmente amigos.

Es nuestra amistad lo que ellos esperan, una amistad que les haga sentir que son amados de Dios y salvados en Jesucristo..."


(E. Leclerc . Sabiduría de un pobre - cap XII)