domingo, 30 de agosto de 2020

CaMino de JeruSalén - CaMino de ViDa. Mt 16, 21-27

"Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar 
a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, 
y sufrir mucho de parte de los ancianos..."

Aunque las palabras y los gestos de Jesús iban generando muchas preguntas y también conflictos; el texto remarca un momento donde se hace más explícito el camino que hay por delante si se continúa así.
Es como si comenzara un tiempo distinto en la vida de Jesús y en la de sus discípulos  marcado por una enseñanza nueva que se opondrá  a lo aprendido y a las esperanzas que tienen en Jesús.

CÓMO LES COSTARÁ VER 
DESDE UNA PERSPECTIVA NUEVA 
A QUIÉN TIENEN ENFRENTE.

Justamente el mayor obstáculo con el que se encuentra Pedro -y también los demás discípulos- será el creer que conocen a Dios... que saben lo que significa "ser mesías"... sin darse cuenta que detrás de la decisión de seguir a Jesús se ocultaban también sus propias expectativas y sus ambiciones, junto a falsas imágenes que nada tienen que ver con Dios.
NO será posible aceptar a Jesús y su mensaje sin un cambio en la manera de ver a Dios y por ende, de comprender la vida.

Jesús aclara que su itinerario desde aquí en adelante pasará por el rechazo de la gente más importante... por aquellos que justamente "saben de Dios"... rechazo hasta el desprecio de la vida.
Y aunque el "debía ir..." o en otros evangelios "es necesario que el Hijo del hombre..." marcan el anuncio de la pasión que, nos ha llevado a interpretar muchas cosas hasta el punto de reducirlo a un querer de Dios; esto no es más que la simple valoración humana de los hechos que da cuenta, que la vida de Jesús corría riesgo.

Aun así el paso del Mesías por el rechazo y el sufrimiento aportan luz y esperanza a nuestras vidas que buscan el bien en medio de la oposición con otros criterios... o simplemente en medio de la vida como ella es.

Y aquel que hasta hace un instante había sido alabado, porque había dicho palabras venidas de Dios, es el primero en reaccionar de manera negativa -una reacción lógica-, ante el anuncio de un "Mesías rechazado".
Pedro que hasta ahora había podido leer en Jesús los signos mesiánicos no puede darse cuenta que él también necesita cambiar su manera de ver a Dios para poder ver a Jesús.

Pedro advierte el dolor... percibe confusión y oscuridad... las esperanzas que tiene se apagan... y los proyectos sujetos a ellas están amenazados.
Pedro no capta la luz que viene de la entrega gratuita.

Y Pedro cree hablar en nombre de Dios...
"...lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá."

Pedro tiene la pretensión de corregir a Jesús... porque no se conoce.
Y Jesús tratando a Pedro con dureza desenmascara esa tentación tan humana que busca reservarse... cuidarse... sacar provecho de todo.
"Criterios de vida"  que parecen defender algo... pero que en verdad le temen a la entrega... a la desmesura... a lo gratuito... a los gestos exagerados... al riesgo de amar.

Pedro -como los discípulos - tendrá que hacer camino de pequeñez... de amor que acepta el riesgo a ser rechazado y no recurre jamás a la fuerza para imponerse.

Pedro tendrá que ver morir sus imágenes falsas de Dios que pretenden protegerlo de la muerte... salvarlo del sufrimiento... darle toda clase de seguridades.

Pedro aprenderá un modo de seguir a Jesús donde el servicio -expresión del amor- es capaz de atravesar toda muerte... todo sufrimiento y todo rechazo.
Pedro conocerá a Jesús cuando diga que no lo conoce... allí aprenderá que significa seguirlo... "ser amado"... porque de lo que se cree se desprende un modo de mirarse... un modo de vivir... un modo de buscar... un modo de amar que será siempre "estar aprendiendo".

"Pensamientos de Dios...
pensamientos de los hombres..."
Tal vez debemos caer en la cuenta que caminar detrás de Jesús es un camino que nos llevará toda la vida...  porque dentro nuestro podemos percibir que lo cómodo... lo fácil... lo prudente... el hasta acá... el para qué... se han convertido muchas veces en los criterios desde los cuales vivimos.

Hay cruz dentro nuestro cuando percibimos que esos criterios mueren dentro descubriendo nuevas posibilidades de entrega y servicio que estaban oscurecidas.

Necesitamos entonces  hacer desaparecer de nuestras agendas los cálculos que reclaman prudencia y comodidad.

Necesitamos seguir abandonando esas falsas ideas de Dios que están detrás de muchas oraciones que buscan que se nos salve de algo.

Cómo nos cuesta comprender que Jesús emprende este camino de amar como Dios ama -de no reservarse nada- en medio de la vida como la vida es... en medio de las contradicciones que tiene, sin pasar por alto ninguna situación humana como lo son el dolor y el sufrimiento. 
En toda situación siguió eligiendo desde lo más verdadero que llevaba dentro. 

Seamos conscientes de las ambiciones egoístas que habitan nuestro corazón. Soltemos tantas razones "lógicas" y excusas "razonables", que no hacen más que dejarnos siempre en ese lugar de comodidad, y pongamos nuestra vida al servicio de quienes hoy más lo están necesitando.

Y NOS ENCONTRAREMOS TENIENDO MÁS VIDA...
COMO LE PASÓ A JESÚS.


Caminar detrás de Jesús es encontrarse con la vida... con aquellos modos que nos conecta con lo más verdadero que llevamos dentro.

Ir detrás de Jesús es hacer de la vida cotidiana una Jerusalén donde se entrega -se ama-encontrando allí lo que hace más plena la vida.

Ir detrás de Jesús será dejarse estirar el corazón y experimentar que los límites de nuestra capacidad de amar se ensanchan. 




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