"Cuándo iba a ponerse el sol,
un sueño profundo invadió a Abrahán
y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso y vino la oscuridad...
Aquél día el Señor hizo Alianza con Abrahán..."
(cfr. Gén 15, 5-12. 17-18)
Abrahán tuvo que esperar en el miedo y en el terror.
El Señor vino cuando vino la oscuridad... y allí renovó su alianza.
Y la vida de Abrahán quedo alcanzada por una esperanza nueva.
Los que se han atrevido a caminar en la fe nos comparten la experiencia de que lo de Dios viene muchas en medio de situaciones que tienen estos mismos registros: noche, oscuridad, miedo, espera, angustia, incertidumbre, riesgo... donde una palabra en lo profundo -en el silencio- nos hace experimentar su Presencia... haciéndonos decir lo de Job... "antes lo conocía de oídas, ahora mis ojos lo han visto" (cfr. Job 42,5)
Experiencia que sucede cuando los sentidos y el entendimiento están a oscuras... experiencia que vivimos cuando las fuerzas fallan... cuando ya nada puede salir de nosotros.
(cfr. Gén 15, 5-12. 17-18)
Abrahán tuvo que esperar en el miedo y en el terror.
El Señor vino cuando vino la oscuridad... y allí renovó su alianza.
Y la vida de Abrahán quedo alcanzada por una esperanza nueva.
Los que se han atrevido a caminar en la fe nos comparten la experiencia de que lo de Dios viene muchas en medio de situaciones que tienen estos mismos registros: noche, oscuridad, miedo, espera, angustia, incertidumbre, riesgo... donde una palabra en lo profundo -en el silencio- nos hace experimentar su Presencia... haciéndonos decir lo de Job... "antes lo conocía de oídas, ahora mis ojos lo han visto" (cfr. Job 42,5)
Experiencia que sucede cuando los sentidos y el entendimiento están a oscuras... experiencia que vivimos cuando las fuerzas fallan... cuando ya nada puede salir de nosotros.
Silencio y oscuridad.
Y acontece un cambio - una transformación - de nuestra manera de mirar lo que estábamos viviendo... cambio que vino de la mano de sentirnos amados; por ende de la sensación de que "Todo puede estar" ("no pasa nada").
Y se recobra la esperanza... y las ganas de servir y dar vida.
Tal vez desde aquí podemos comprender la experiencia vivida por los discípulos en la montaña del Tabor... una experiencia vivida después de la pascua, desde la cual las palabras y los gestos de Jesús cobraron verdadero sentido.
Se hace difícil pensar a Jesús haciendo algo espectacular para ahorrarles dolor y frustración a los discípulos -experiencias humanas que ayudan a crecer y despojan de expectativas irreales- y también después de haber presenciado el rechazo a poner la vida y su aceptación social en la seguridad de un evento así... tercera tentación en el desierto.
Cómo muchas de nuestras propias experiencias que necesitan del "es como si..." para ser narradas; así también el relato del evangelio toma de muchos símbolos del AT para poner en palabras aquella experiencia que nublo la fe de los discípulos donde la sola escucha a la Palabra -"Cuando sonó la voz, Jesús se encontraba solo"- les revelaría quién es Dios y por donde caminar para encontrarlo.
Mientras la Luz muestra a Jesús acontece un diálogo con Moisés y Elías sobre la muerte... la oscuridad que viene de la pasión junto a la luz.
Los discípulos hacen esfuerzos por mantenerse despiertos.
Cuando las cosas parecen que no son como nosotros las hemos pensado pierden nuestro interés.
Y acontece un cambio - una transformación - de nuestra manera de mirar lo que estábamos viviendo... cambio que vino de la mano de sentirnos amados; por ende de la sensación de que "Todo puede estar" ("no pasa nada").
Y se recobra la esperanza... y las ganas de servir y dar vida.
Tal vez desde aquí podemos comprender la experiencia vivida por los discípulos en la montaña del Tabor... una experiencia vivida después de la pascua, desde la cual las palabras y los gestos de Jesús cobraron verdadero sentido.
Se hace difícil pensar a Jesús haciendo algo espectacular para ahorrarles dolor y frustración a los discípulos -experiencias humanas que ayudan a crecer y despojan de expectativas irreales- y también después de haber presenciado el rechazo a poner la vida y su aceptación social en la seguridad de un evento así... tercera tentación en el desierto.
Cómo muchas de nuestras propias experiencias que necesitan del "es como si..." para ser narradas; así también el relato del evangelio toma de muchos símbolos del AT para poner en palabras aquella experiencia que nublo la fe de los discípulos donde la sola escucha a la Palabra -"Cuando sonó la voz, Jesús se encontraba solo"- les revelaría quién es Dios y por donde caminar para encontrarlo.
Mientras la Luz muestra a Jesús acontece un diálogo con Moisés y Elías sobre la muerte... la oscuridad que viene de la pasión junto a la luz.
Los discípulos hacen esfuerzos por mantenerse despiertos.
Cuando las cosas parecen que no son como nosotros las hemos pensado pierden nuestro interés.
El entusiasmo se ve frustrado por lo real
que a veces es oscuro o feo.
y hasta las mejores intenciones fallan.
Y Pedro no entiende lo que pasa... no escucha la parte que supone entrega y muerte... esa no es la idea que tiene del Mesías... y quedándose con lo lindo del momento - sin pensar en él- pide hacer tres carpas.
Pedro... como nosotros... tendemos rápidamente a instalarnos... a retener lo conseguido... a conservar lo que tiene sentido de ganancia y a convertirlo en criterio de vida.
Pedro, Santiago y Juan son conducidos al interior de la nube...nube de la incertidumbre que resquebraja toda imagen falsa de Dios y toda seguridad... mostrando que el camino no pasará por el ganar o el poseer o el conservar... sino por el riesgo a perder... a derrochar... a entregar.
BASTA CON MIRAR A JESÚS.
Y Pedro no entiende lo que pasa... no escucha la parte que supone entrega y muerte... esa no es la idea que tiene del Mesías... y quedándose con lo lindo del momento - sin pensar en él- pide hacer tres carpas.
Pedro... como nosotros... tendemos rápidamente a instalarnos... a retener lo conseguido... a conservar lo que tiene sentido de ganancia y a convertirlo en criterio de vida.
Pedro, Santiago y Juan son conducidos al interior de la nube...nube de la incertidumbre que resquebraja toda imagen falsa de Dios y toda seguridad... mostrando que el camino no pasará por el ganar o el poseer o el conservar... sino por el riesgo a perder... a derrochar... a entregar.
BASTA CON MIRAR A JESÚS.
Sus sentidos -como los nuestros - no están acostumbrados a ese lenguaje ni a esos registros...
Todo eso tiene sabor a pérdida... a castigo... a no haber hecho bien las cosas.
Y es en ese camino de muerte - entrega y amor sin límites - donde el Padre dice:
"ESTE ES MÍ HIJO... ESCÚCHENLO..."
Y es en ese camino de muerte - entrega y amor sin límites - donde el Padre dice:
"ESTE ES MÍ HIJO... ESCÚCHENLO..."
Escúchenlo en sus búsquedas que lo llevan a los últimos... a los perdidos... a los excluidos.
Escúchenlo en su mirada que lo lleva a no condenar a nadie... a creer en la bondad que habita en todos.
Escúchenlo en su manera de estar entre la gente... al servicio y abajo.
Escúchenlo en su modo de amar y perdonar aún a aquellos que le pegan.
Escúchenlo en su camino de entrega... allí su libertad.
Escúchenlo en su mirada que lo lleva a no condenar a nadie... a creer en la bondad que habita en todos.
Escúchenlo en su manera de estar entre la gente... al servicio y abajo.
Escúchenlo en su modo de amar y perdonar aún a aquellos que le pegan.
Escúchenlo en su camino de entrega... allí su libertad.
ESCUCHEN cómo sólo Jesús sabe escuchar, en medio de todo lo que viven porque esa posibilidad está en nosotros y no es contraria a nuestras carencias.
ESCUCHAMOS cuando nos dejamos llevar por el derroche... por la entrega... cuando corremos el riesgo de perder.
ESCUCHAMOS cuando le permitimos a la fatiga, al cansancio, al miedo, a la oscuridad, a la duda... que desestabilice nuestros esquemas de creencias -nuestra seguridad y comodidad- y nos ponga en camino a Jerusalén - lugar de más entrega, lugar de más vida.
El mayor obstáculo a dejarnos transformar viene de nosotros mismos... de nuestras interpretaciones de lo que vivimos... de nuestros sutiles esquemas rígidos y viejos donde Dios parece que nada puede hacer.
Permanezcamos en la ESCUCHA... como podamos... a veces con sueño... otras con miedo... como los discípulos.